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domingo, 29 de noviembre de 2009

Garbanzos con batata confitada en miel


Las tardes del domingo se me hacen tan cortas...... quiero hornear pan, leer el periódico, pasear, ir al cine, y encima hay que limpiar, poner la lavadora, hacer todas las cosas que nos ha dado pereza hacer durante el fin de semana pero que si no hacemos hoy se nos acumularán hasta el próximo. Los fines de semana deberían tener tres días, por ley. Dos para descansar y un tercero para la intendencia. ¿Qué? ¿Pedimos un referendum?
Hace poco os hablé del libro de recetas del restaurante "Ottolenghi" que me tiene totalmente enganchada. Bueno, pues esta es otra de las recetas que he probado y que me pareció más que buena, deliciosa. Unos garbanzos especiados, acompañados de batata cocinada lentamente en miel. La combinación de sabores, de nuevo, es espectacular.

para los garbanzos,
200 gr de garbanzos
1 cucharadita de bicarbonato
1 cebolla
1 cucharadita de semillas de comino y otra de semillas de cilantro
400 gr de salsa de tomate casera (hecha con tomates de la huerta :)
1 y 1/2 cucharadita de comino en polvo
100 gr de espinacas (de la huerta también, ¡pues claro!)
hojas de cilantro para decorar

La víspera, poner los garbanzos en remojo con el bicarbonato.
Al día siguiente, hervirlos en abundante agua hasta que estén hechos pero sin que lleguen a deshacerse. Yo usé la olla a presión. Colarlos y reservar.
Mientras tanto, en una olla sofreír la cebolla picada con las semillas de comino y cilantro. Cuando la cebolla esté transparente, añadir la salsa de tomate y el comino en polvo. Remover bien y añadir las espinacas, y luego los garbanzos. Mezclar todo bien y ajustar el punto de sal.

para la batata confitada con miel,
medio kilo de batatas, peladas y cortadas en rodajas de un par de cm de grosor
medio litro de agua
4 cucharadas de aceite de oliva
4 cucharadas soperas de miel
1/2 cucharadita de sal

Poner las rodajas de batata en una sartén junto con el agua, el aceite de oliva, la sal y la miel. Cuando rompa a hervir, bajar el fuego y dejar que se hagan a fuego lento hasta que hayan absorbido la mayor parte del líquido y la miel empiece a caramelizarse.

para la salsa de yogur,
100 gr de yogur natural
el zumo y la ralladura de un limón
3 cucharadas soperas de aceite de oliva
1 cucharadita de menta seca

Es lo más fácil, sólo hay que mezclar bien todos los ingredientes.

Servir los garbanzos con la batata confitada en miel por encima, las hojas de cilantro decorando y la salsa de yogur al lado para que cada comensal se sirva a su gusto.

Y aprovecho para avisaros que Noema ha organizado un divertido Calendario de Adviento en su blog, ¡estad atentos!

miércoles, 25 de noviembre de 2009

HEMC#38: patatas bravas madrileñas


El tema del HEMC de este mes lo ha elegido Erika, del blog La ventolera, y es "Comida de mi pueblo". Es un tema que me encanta, ya que cualquier cosa que sirva para potenciar la recuperación de recetas locales y el conocimiento de las tradiciones gastronómicas, me fascina. Así que tenía que participar.
Pero yo no tengo pueblo, nunca lo he tenido. Mis padres son de Granada, mis abuelos también, aunque unos vivían allí y otros en Madrid. Yo nací en Madrid, aunque hace ya más de 10 años que empecé a dar tumbos por el mundo. A pesar de que ahora me veáis tan campechana con mi huerta dando la brasa todo el rato con las múltiples virtudes de comer lo que uno planta, creo que mi primera vaca la vi cuando era muy, muy mayor.
Así que el tema de este mes me planteaba dudas, ¿cual es mi pueblo? ¿es donde vivo ahora? ¿es donde nací? ¿es Granada, de donde vienen la mayor parte de las tradiciones culinarias de mi familia? porque, al fin y al cabo, aprendí a cocinar viendo a mi madre, y platos como el pollo en pepitoria, el ajoblanco, o los piononos son cosa normal para mí.
¿De donde me siento realmente? Bueno, pues la respuesta me quedó clara el pasado fin de semana, cuando en un bar al pedir una cerveza nos dijeron "tenemos Mahou de barril". Fue escucharlo y sentirme como E.T.E. en la famosa escena de "mi caaaaaasaaaaaa". Sí, me siento madrileña por los cuatro costados, ¡qué le vamos a hacer!
Así que ahí van unas bravas para el HEMC. ¿Que las bravas no son de Madrid? A ver quien es el guapo que me lo dice en la calle........

Ingredientes:

1 cebolla
1 diente de ajo
1 vaso de tomate natural triturado
1 pizca de azafrán
1 cucharadita de azúcar
2 o 3 cayenas
1 cucharadita de pimentón
1 cucharadita de colorante alimentario
1 cucharada de harina
1 chorro de vinagre de jerez
sal y aceite de oliva

Picar la cebolla y el ajo y rehogarlos en aceite de oliva. Cuando la cebolla esté dorada, bajar el fuego y añadir el azafrán, las cayenas, el pimentón y el colorante, dar unas vueltas y añadir el tomate triturado. Añadir el azúcar y el chorro de vinagre de jerez. Dejar un rato a fuego medio, hasta que se reduzca un poco. Bajar el fuego y añadir la harina. Dejarlo en el fuego unos instantes, retirarlo y pasarlo por la batidora hasta tener una salsa homogénea. Salar al gusto.
Freír unas patatas en daditos. Para que se frían bien, el truco es tener el aceite muy caliente, no freír demasiadas a la vez, y salarlas cuando están friéndose. Esto lo aprendí de mi madre. En algunos sitios recomiendan cocer las patatas antes, ¡pero a mí eso no me gusta nada!
Servir las patatas con la salsa por encima, acompañadas de una caña de Mahou o un vermú, ¡ay!

N.A: esta es una de esas recetas que circulan por internet y que se encuentran por muchos sitios. El resultado es realmente muy semejante a las bravas de muchos bares de Madrid. Lo que pasa es que no sé a quien citar como referencia. Si alguien reconoce la receta como suya, por favor que me lo diga.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Berenjenas asadas con yogur al azafrán

Este verano muchos pudimos conocer virtualmente el restaurante londinense Ottolenghi, a través de las aventuras de Iban en su obrador. Iban se pasó todo el verano trabajando allí, y nos contaba los maravillosos ingredientes que usaban, el detalle que ponían en todo lo que hacían. A raíz de leer esto, Lola se compró el libro "Ottolenghi: the cookbook" y a su vez empezó a enseñarnos recetas llenas de combinaciones de sabores increíbles. Las recetas eran justo esas que a mí me gustan, en donde prima la calidad de los ingredientes y no se trata de enmascararlos, sino de combinarlos hábilmente y realzar su sabor.
Así que me compré el libro, y cuando vi esta receta fue un flechazo. La he hecho varias veces, y se ha convertido en uno de mis platos favoritos. Es sencilla de preparar pero el resultado es lo suficientemente sofisticado como para poder servirla hasta en la cena de navidad, con esos granos de granada que parecen rubíes. Una maravilla.

Ingredientes
un par de berenjenas
un puñado de piñones
los granos de media granada
hojas de albahaca
unas hebras de azafrán
150 gr de yogur natural
un chorrito de zumo de limón
aceite de oliva y sal

Precalentar el horno a 220º. Lavar las berenjenas y cortarlas en láminas o rodajas no muy gruesas. Pincelarlas con aceite de oliva, salar al gusto y ponerlas en la bandeja del horno encima de papel sulfurizado. Hornear unos 15 minutos, hasta que estén doradas.
Mientras, preparar la salsa. Calentar un par de cucharadas de agua, e infusionar el azafrán durante unos 5 minutos. En un bol mezclar el yogur, el zumo de limón, unas cucharadas de aceite de oliva, y la infusión de azafrán. Remover bien hasta tenerlo bien ligado, y reservar en la nevera.
Tostar los piñones en una sartén a fuego medio. Reservar.
Para servirlo, poner las láminas de berenjena en una fuente, la salsa de yogur al azafrán por encima, y finalmente los piñones, los granos de la granada y unas hojas de alabahaca fresca.

Merece la pena probarlo, y más ahora que estamos en temporada de granadas. Gracias Lola por la recomendación, este libro ha sido un gran descubrimiento.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Daring Cooks nov'09: sushi


The November 2009 Daring Cooks challenge was brought to you by Audax of Audax Artifex and Rose of The Bite Me Kitchen. They chose sushi as the challenge.

El reto de este mes de los Daring Cooks consistía en hacer sushi. Últimamente, hasta mis amigos los que no saben hacer ni un huevo frito (sí, S., va por tí) me venían con el cuento de que habían aprendido a hacer sushi. Vamos, que hasta el gato hacía sushi últimamente, y yo por mucho que les decía que me invitaran a cenar y me enseñaran a prepararlo, nada, no había manera. Bueno, pues al final ha hecho falta un reto DC para que aprendiera por mi cuenta. Y, la verdad, me ha parecido tan sencillo que no me extraña que hasta los más zotes sepan prepararlo.
El único truco que tiene esta receta es usar el arroz adecuado. Y precisamente eso es lo que menos me ha gustado, que no es una receta que se pueda adaptar fácilmente a ingredientes locales. Pero bueno, si ignoramos ese detalle, por lo demás ha sido muy interesante y el resultado bastante aceptable.
A pesar de que las explicaciones de Audax y Rose acerca de cómo preparar el arroz eran muy completas, decidí seguir las indicaciones del libro "La cocina japonesa de Harumi", que eran más sencillitas. Harumi Kurihara es algo así como "la Martha Stewart japonesa" (no la comparo con Arguiñano porque ella no es una cocinera profesional). Este libro está muy bien porque desmitifica mucho la cocina japonesa, explica las cosas de un modo sencillo y ofrece recetas que puede hacer cualquiera con un poco de maña.

Ingredientes:
300 gr arroz para sushi
70ml de vinagre de vino blanco (se debe usar vinagre de arroz, pero en ese punto ya había rebasado mi límite de utilización de productos procedentes de la otra punta del mundo, y usé vinagre del más acá)
1 cucharadita de azúcar
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de mirin

relleno: alga nori, aguacate, salmón, pepino, setas, atún... lo reconozco, usé lo que tenía a mano

acompañamiento: salsa de soja japonesa y wasabi.

Preparación del aliño de vinagre para sushi: para 300 gr de arroz, mezclar 70 ml de vinagre de vino blanco, 1 cucharada de azúcar, una de sal y una de mirin.

Preparación del arroz para sushi:
- primero lavé bien el arroz, hasta que el agua salía limpia,
- luego lo puse en un cazo con agua. Las proporciones que yo usé fue 1+1/5 de taza de agua por cada taza de arroz. Lo puse al fuego y cuando empezó a hervir bajé el fuego y lo dejé 10 minutos más, tapado. Luego comprobé que el arroz había absorbido todo el agua y que estaba hecho,
- lo puse en un bol ancho, añadí la mezcla de vinagre para sushi, y fui removiendo con cuidado con una cuchara de palo mientras abanicaba el arroz para que se enfriara. Una vez que está frío y ha absorbido todo el aliño, tapar y reservar.


Preparación del sushi:
Hay muchos tipos de sushi, pero yo hice estos tres: sushi maki, sushi ura maki y sushi oba.

- Sushi maki: con atún, aguacate y pepino. Este es el sushi típico, el enrollado que lleva el alga por fuera. Para prepararlo lo mejor es tener un makisu, una pequeña esterilla de bambú que sirve para enrollarlo muy fácilmente. Se pone un rectángulo de alga, se pone una capa de arroz encima, los ingredientes aproximadamente en el centro del rectángulo, y se enrolla con ayuda de la esterilla. El arroz, como es muy muy pegajoso hay que trabajarlo humedeciéndose las manos todo el tiempo. Y para que el rollo quede bien, hay que apretar bien con la esterilla para que se quede compacto.

- Sushi ura maki (rollo vuelto del revés): con salmón y pepino. Se hace de manera parecida, sólo que una vez que hayamos puesto la capa de arroz encima del alga, se pone un rectángulo de plástico de cocina transparente encima del arroz y se le da la vuelta, de manera que quede el plástico encima de la esterilla de bambú, encima el arroz, encima el alga, y encima ponemos los ingrendientes. Enrollamos (teniendo cuidado de no enrollar el plástico, ¡que no es parte de los ingredientes!) y apretamos bien.

Para cortar los rollos, usar un cuchillo afilado y humedecer la hoja después de cada corte.

- Sushi oba: unos con salmón y otros con aguacate y setas. El sushi oba son pelotitas de arroz con algún ingrediente encima. Se humedecen las manos, se coge un poco de arroz y se hace una pelotita. Vamos, ¡más fácil imposible!. Lo tradicional es hacerlos por pares, así que puse salmón ahumado encima de dos de ellos, y aguacate y setas encima de otros dos.

Al servirlos, poner en la mesa, delante de cada comensal, un platito en donde pueda poner salsa de soja y mezclarla con wasabi al gusto. Se toma un trozo de sushi con los palillos, se moja en la salsa de soja con wasabi, y a comer.
¡Qué aproveche!

lunes, 9 de noviembre de 2009

Pan de gofio y miel


Este es un pan denso, de sabor tostado y contundente. Lo he hecho con gofio, una harina de cereales tostados típica de las islas canarias. El gofio ya lo consumían los aborígenes de las islas en la época prehispánica, tostando cebada, trigo o raíz de helecho. En la actualidad se hace de trigo, maíz, centeno, o una mezcla de todos ellos y sigue moliéndose en molinos de piedra, por lo que conserva los minerales, proteínas y vitaminas que lo convierten en un alimento muy completo. Tiene un sabor muy característico, y aquí se consume mezclándolo con leche para el desayuno, con el potaje o "amasado", mezclándolo con miel, plátano o queso blanco.

Ingredientes:

250 gr de masa madre
300 ml de agua
2 cucharadas de miel
1/2 cucharada de aceite de oliva
200 gr de gofio de trigo
400 gr de harina de fuerza
10 gr de sal

El procedimiento es el típico: amasar bien todos los ingredientes, dejar reposar unas horas hasta que doble su volumen, bolear a conciencia para que la tensión superficial haga su trabajo durante el horneado y dejar que haga la segunda fermentación en el banneton. Precalentar el horno a 220º con la piedra de hornear dentro y un bol con agua. Hornear 15 minutos a 220º, pulverizando agua con un spray durante los primeros 5 minutos. Sacar el bol con el agua del horno, y dejar otra media hora a 190º. Dejar enfriar en una rejilla.
El resultado es un pan de miga compacta y un poco húmedo, como los panes de centeno. Va muy bien para el desayuno o para mojar en unos huevos fritos.

Y aprovecho para recordaros que este fin de semana se celebra de nuevo la Feria de la Miel. Los que os acerquéis a la Casa de la Miel en El Sauzal podréis comprar las mieles ganadoras del XIII Concurso de Mieles, una oportunidad única porque estas mieles no suelen llegar a las tiendas. El año pasado nosotros nos llevamos varios botes de miel de hinojo, retama, tedera y tasagaste. También tenéis hasta el 12 de noviembre, a las 14:00, para inscribiros en el Concurso de Postres con Mieles de Tenerife. Se premiará el mejor postre tradicional y el mejor postre creativo. Yo este año no puedo participar, aunque me quedaré con las ganas. Podéis pedir más información en el 922 56 27 11 o escribiendo a apiten@apiten.es.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Magret de pato con castañas y puerro caramelizado con miel


Seguro que mucha gente piensa que este es un blog de recetas vegetarianas. Y prácticamente lo es. Yo creo que, como máximo, en esta casa comemos carne o pescado una vez a la semana. Sobre todo por razones medioambientales. Pero la verdad es que no soy vegetariana estricta. Alguna vez que hemos estado sin comer carne durante varias semanas me daban calambres en la piscina, y me sorprendía a mí misma pensando en comerme un filete. Sé que mucha gente dice que se pueden sustituir las proteínas animales por proteínas de soja, pero tal y cómo está el asunto de la soja actualmente, no es una solución que me consuele. Así que, para esos momentos de debilidad, viene muy bien esta receta. Ya que, puestos a comer carne, mejor que sea de calidad y bien cocinada, ¿no? Esta receta además es extremadamente sencilla, y es de las de dejar a los amiguetes con la boca abierta ;)

Ingredientes (para 2 personas)

1 magret de pato
200 gr de castañas (cocidas y peladas)
1 cucharadita de jengibre molido
1/2 cucharadita de comino molido
una pizca de pimienta
una pizca de nuez moscada
1/2 cebolla
1 puerro
2 cucharadas de miel
30 ml de vino de miel (o jerez, o lo que tengamos a mano)
el zumo de 1/2 limón

Precalentar el horno a 200ºC.
Hacer unos cortes en la piel del magret, primero en una dirección y luego en la dirección oblicua, de manera que los cortes queden con forma de rombo. Mezclar el jengibre, el comino, la pimienta y la nuez moscada, y frotar el magret con las especias por el lado por el que hemos hecho los cortes.
Meter en el horno, 10 minutos con calor arriba y abajo y otros 10 minutos con el grill.
Mientras tanto, dorar la cebolla y el puerro en la sartén. Añadir el vino de miel y las 2 cucharadas de miel, y el zumo del medio limón. Dejar caramelizar y en el último momento añadir las castañas. Salar al gusto.
Cortar el magret en lonchas gruesas, y servirlo junto con las castañas y el puerro.

Receta adaptada de Elle Cuisine.

lunes, 2 de noviembre de 2009

¡Toma castaña!: crema de calabaza potimarron y castañas

Un día como hoy, hace 5 años, defendía mi tesis en Delft. El mismo día, por la tarde, mi amiga Ainhoa defendió la suya. Nos pusimos de acuerdo para que fuera el mismo día y poder celebrar un fiestorro conjunto, terminamos a las tantas de la madrugada en De Klok, el único garito de la ciudad que cerraba tarde, o que no cerraba, junto con la fauna delfiana más extraña, mientras nos llegaban noticias de que Bush estaba ganando sus últimas elecciones.
Ainhoa y yo tenemos transmisión mental, y es una amiga de las que se encuentran con cuentagotas y que hay que guardar como un tesoro. ¡Felicidades un año más, mevrouw doctor!

Hay algo mágico en la contemplación del cambio en las estaciones, pero cuando una vive en una isla tan afortunada en climatología, hay que estar especialmente atenta para percibirlas. Por mucho que el sol siga atizando y que la playa siga invitando a refrescarte entre sus aguas, la mejora manera de apreciarlo es a través de los avisos y mensajes que nos dan las plantas y árboles: ya no es época de florecer ni de dar frutos. Las cucurbitáceas (calabacines, bubangos, calabazas) han comenzado a rebrotar con hojas nuevas y sanas, e incluso han dejado ver alguna flor pero no quieren fructificar, y si lo hacen lo harán con mucho menos vigor que a comienzos del verano. Es tiempo de planificar los cultivos del invierno y empezar a abrir las conservas de las épocas de "abundancia" y utilizar aquellas calabazas que después de 2 meses han ganado en sabor y dulzura.

Los cambios estacionales son mucho mas evidentes en lo que que por aquí se llama las medianías (la zona comprendida entre los 600 y 1500 m), y en la zona norte de las islas. El mes pasado estuvimos en los bosques de Pinolere, donde se empiezan a recoger castañas y brotar setas (nos llevamos un fantástico Boletus Edulis para casa, y mas de 3 kg de castañas). Sobre castañas bien merece la pena preparar una entrada especial, porque me he dado cuenta que no hay apenas información en la red, pero valga como testigo de esta tarde castañera la crema otoñal que preparamos.

Ingredientes:

Un potimarrón de 2kg
1/4 kg de castañas asadas 1/2 hora la horno
una pizca de jengibre en polvo
una pizca de ras-el-hanout
sal al gusto
un chorrito de limón

La preparación, más fácil imposible: pelar la calabaza y las castañas, ponerlo todo en la olla exprés y cubrir con agua. Cuando esté hecho, pasar la batidora.
Degustar con un buen pan casero, y disfrutar de lo que nos trae de bueno el otoño.