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viernes, 3 de octubre de 2008

Lanzarote


Esto empieza a parecer un diario de viajes más que un blog de cocina. Pero no os preocupéis, para bien o para mal este es el último viaje de las vacaciones. Ahora toca centrarse, enfrentarse al horario de invierno de nuevo, y volver a cocinar, eso es lo bueno.
El lunes por la noche volví de Lanzarote. A mi lo de volar no me emociona, pero para ir a las islas orientales no hay más remedio. La otra opción es el ferry, que tarda una noche entera, y eso te impide hacer escapadas de fin de semana. Así que apechugué y me subí en "el avión pepito", como llama mi madre a los aviones/avionetas de hélices que hacen los trayectos entre islas. Estos aviones saltan a la mínima turbulencia y hacen un ruido infernal, pero lo bueno que tienen es que en menos de 50 minutos llegas a la isla más alejada de Tenerife, que es Lanzarote, y en 30 minutos llegas a La Palma o a Gran Canaria. Para la gente de aquí, es casi como la guagua.
A los que piensen que todas las islas Canarias se parecen les diré que se equivocan. Cada isla es un mundo, son todas diferentes y muy interesantes cada una a su manera. Lanzarote es la más volcánica de todas. Tiene unos paisajes muy dramáticos, muchos pequeños volcanes, coladas de lava por todas partes, además de lava tipo hawaiiano, que es mucho más impresionante. Además es una de las islas que ha controlado más el turismo, gracias a la influencia del artista César Manrique que empezó a alertar sobre las nefastas consecuencias que tendría llenar toda la isla de resorts de vacaciones. En el sur de la isla se encuentran Arrecife, Puerto del Carmen y Playa Blanca que es la zona de los grandes hoteles y las playas de guiris, pero en el norte de la isla el paisaje se ha mantenido casi intacto, y recorrerla es un placer porque hay zonas en las que no hay trazas de civilización hasta donde te alcanza la vista. En el centro de la isla hay grandes extensiones de viñedos, los característicos viñedos de Lanzarote, donde cada viña hay que protegerla con un murete de rocas debido a la fuerza que alcanza el viento y donde se utiliza el polvo negro de la roca volcánica para tapar el suelo y que de esa manera se conserve la humedad y la temperatura.
Nos alojamos en Casa Dominique, una casa rural preciosa al lado de la Caleta de Famara. En ese pueblo no hay ni farmacia, ni cajero automático, ni nada, me recordaba al pueblo donde yo veraneaba de pequeña en el Mar Menor. A pesar de que había bastantes extranjeros, el pueblo ha mantenido su aspecto y sus costumbres. Calles de tierra, casas blancas, y ¡todo cerrado a las nueve! El lugar perfecto para ir a descansar y a desconectarte del mundo, yo a la vuelta no me acordaba ni de mi nombre. Nos despertaba el sol y dedicábamos al menos una hora a desayunar, porque Dominique además de ser encantadora prepara unos super desayunos. Estábamos tan a gusto en la casa que nos costaba ponernos en marcha.

Aún así pudimos visitar algunos lugares, como el Parque Nacional de Timafaya. El Parque está en los terrenos que quedaron cubiertos de lava durante las erupciones que asolaron la isla durante seis años. Esa zona era el granero de la isla, la zona de tierras más fértiles, y la erupción fue un gran desastre. Ahora el Parque se puede visitar sólo en guagua, está prohibido el acceso en coche particular y sólo se puede visitar a pie con las rutas guiadas que hay que reservar con mucho adelanto. Pero la visita merece la pena por las espectaculares vistas que ofrece.

Otras vistas recomendadas son el Mirador del Río, desde donde hay una preciosa vista de la isla de la Graciosa, la casa de César Manrique, la zona de La Geria donde están la mayor parte de las bodegas (que producen la mítica Malvasía de Lanzarote) los pueblos de Teguise y Haría. Lo mejor es tomárselo con calma, disfrutar del excelente pescado fresco (muy recomendable el restaurante Amanecer en Arrieta), aprovechar las playas del norte, nada masificadas, y ver la tierra rodar un rato.
A mi lo que me gustó mucho fue la calma y el descanso para la vista que representa el paisaje de la isla. Lo dicho, muy recomendable para quien necesite olvidarse de todo.

9 comentarios:

  1. Como bien dices, todas las islas tienen su encanto y Lanzarote no podía ser menos.
    Hace ya muchos años de la última vez que fuí, pero tengo un buen recuerdo, y para descansar es un buen lugar si te alejas un poco de los "guiris" jejejeje.
    Tomo nota de la casita donde se quedaron... porque eso de estar desayunando una hora... jejejejeje, así da gusto!
    Un besote grande

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  2. Hace como 12 años estuve por primera y única vez en Lanzarote... Y quedé maravillada con sus paisajes.
    La arquitectura "controlada", los colores de Manrique en las casas, me pareció acrecentaban su belleza, además de salvarla de la construcción salvaje.
    Timanfaya, impresionante. Y los jameos del agua? Y los dromedarios? Tantas cosas me han quedado grabadas...
    Pero te quería preguntar, qué son los guiris?
    Un saludo y me alegro que hayas pasado tan bien,
    Marcela

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  3. Ahhhhhh! O sea que yo soy "guiri"? :D
    Conozco solo un poquito de Tenerife, y Lanzarote. Pero que ganas de volver!
    Un beso,
    Marcela

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  4. Magnífica narración, dan ganas de coger un avión y plantarse allí ahora mismo, es como en la cocina, con buenos elementos se pueden elaborar buenos platos, pero si se es mal cocinero haces auténticos desastres.
    ¡Enhorabuena paisana!

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  6. Estupenda crónica, me pasa como a Pedro, pillaría un avión e iría corriendo hacia allí. Me anoto todas las referencias que das para un próximo viaje. Estuve allí hace muuuuuuuuuchos años, pero viajé como si fuera una guiri y no disfrute nada, siempre recuerdo Lanzarote como una isla desgastada por el turismo salvaje. Tomo nota y en la próxima ocasión me pido esa casa de turismo rural. Saluditos y besos.

    canela

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  7. Animarte a que nos hagas otra vez estos reportajes tan maravillosos, he disfrutado un montón

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  8. Bueno!!! Pues tendré que acercarme a Lanzarote a casa Dominique porque con esto que nos cuentas...... además mis padres fueron de viaje de novios a Lanzarote (y creo que de ahí vengo yo.....). Estupendo el reportaje, lo del "avión pepito".... genial el nombre!!! Besotes!!!!

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  9. Canela, yo creo que la imagen que se te queda de un lugar depende mucho del lugar donde te alojes, y esta vez tuve suerte porque me alojé en el norte y no puse ni un pie en Arrecife! Supongo que por eso me dejó tan buena impresión.

    Su, muchas gracias, desgraciadamente ya no tengo vacaciones hasta navidades....

    Salvia, el nombre te aseguro que les va como anillo al dedo! y es que mi madre tiene mucha gracias :)

    besos.

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