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miércoles, 20 de agosto de 2008

Lo que da de si un pan (y una cosecha)


Hacer pan ya se ha convertido en una costumbre más en casa. Los domingos por la noche toca hornear pan. Es una buena manera de terminar la semana. El pan llega hasta el miércoles por la noche, a veces hasta el jueves (porque me dedico a hacer hogazas de kilo) en perfecto estado. A veces dura sólo un par de días, si viene alguien a cenar, ¡y entonces hay que hacer pan otra vez el martes! Pero en último caso se recurre a la máquina de pan, que siempre será mejor que el pan industrial.
Esta hogaza la hice con tres medidas de masa madre de centeno integral, dos medidas de harina integral de espelta, dos medidas de harina de fuerza, dos cucharaditas de sal gorda, avellanas y pasas. Refresqué la masa madre por la mañana, dejé la masa subiendo todo el día en la nevera, y horneé el pan por la noche. Lo bueno de hacer pan con masa madre es que puedes dejar la masa en la nevera 24 horas si te da la gana, que no le pasa nada.
Y dio de si. Para varios desayunos, acompañada de mermelada de higos casera. Para varias cremas de zanahoria (con zanahorias del huerto). Para unas "tartines" con un calabacín de niza del huerto también. Y ayer para mojar en unos huevos fritos con papas del huerto, y pimientos de padrón (del huerto de Luciano, ¡todo "100 millas"!).


Dio de si el pan y está dando de si el huerto, y eso que acabamos de empezar. Las zanahorias las "heredamos" de la mujer que trabajaba antes en los 35 metros extras que acabamos de agenciarnos. La comuna espinaka ha crecido, a partir de ahora seremos 9, y 35 metros se quedaban un poco cortos. Las papas también las hemos heredado, y las coles y las cebollas, junto con el terreno. En realidad son "papas de la risa", porque crecieron allí accidentalmente, de papas que se olvidó alguien de recoger. Pero para ser de la risa salieron unas cuantas. El bubango es de nuestro huerto, y la lechuga también. Y ya han empezado a salir los primeros tomates y pimientos, aunque aún están verdes. Hubo un momento de pavor porque los primeros tomates tenían unas manchas negras que pensamos que era podredumbre, pero finalmente ha quedado sólo en un susto porque el tomate ha seguido creciendo y la mancha no. Aunque la podredumbre es una enfermedad muy común en el tomate, en un huerto ecológico es más complejo porque uno no quiere echarle pesticidas ni plaguicidas ni fungicidas para que atajen el problema rápidamente a cambio de tener un dudoso efecto en nuestra salud. De todos modos, por ahora no nos podemos quejar, excepto el oídio, que lo mantenemos a raya a base de podas, no nos ha tocado nada más ¡crucemos los dedos!

7 comentarios:

  1. Un placer señorita.
    En estos tiempos que corren, lo dicho un placer

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  2. que buena pinta todo :P
    todo un descubrimiento este blog!
    Un saludo

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  3. Qué buena pinta el huerto, el pan, todo!!! qué buena costumbre la de hornear pan los Domingos......las "patatas de la risa" una suerte oye!!!!!! Besotes!!!

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  4. Muchisimas gracias =) me ha hecho un montón de ilusión, me encanta todo lo francés, checo, austriaco...tiene un punto especial, que no se sabe explicar muy bien con palabras pero a la vista ¡se nota!.En breve tendré una tienda virtual, y las camisetas están dentro de los futuros proyectos. Buen día y ¡sulud!

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  5. voy disfrutando cada pedacito de la huerta con Uds y del pan mujer ya no te digo mas nada, un espectaculo, es otra cosa comer el pan hecho en casa.

    un besote, daniela

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  6. Uhmmm, el pan con avellanas suena riquísimo...
    Y la huerta ampliada, da envidia. :)
    Tengo curiosidad, qué es el bubango?
    Suerte con la cosecha.
    Muchos saludos,
    Marcela

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