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sábado, 28 de febrero de 2009

Tortitas de masa madre - sourdough pancakes


Esta receta ha sido todo un descubrimiento. La he adaptado de una que encontré en el blog Wild Yeast (podéis ver la receta original, en inglés, aquí), y a partir de ahora va a ser desayuno obligado en casa (ya lo sabéis aquellos que vengáis de visita). Quedan esponjosas, sabrosas, ligeras....son las tortitas perfectas. Perfectas para comerlas antes de una dura jornada en el campo ;)

Ingredientes (para 6 tortitas grandes):

250 gr de masa madre de trigo blanco (quien aún no tenga un tarro de masa madre en su nevera, puede encontrar la manera de hacerla aquí)
1 cucharada sopera de azúcar moreno
1 cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra
1 huevo
1/4 de cucharada de café de sal
1/2 cucharada de café de levadura en polvo para repostería

La masa madre la refresqué el día anterior, y pasó la noche en la nevera. Mezclé la masa madre con el azúcar, el aceite, la sal, la levadura y la yema del huevo. Por otro lado monté la clara a punto de nieve, y la mezclé delicadamente con el resto de ingredientes.
Calentar una sartén antiadherente, echar la masa con un cucharón, y darle la vuelta a la tortita cuando aparezcan burbujas en su superficie.

Las desayunamos untadas de crème fraîche y mermelada de fresas orgánica (parte de mi regalo de cumple). Sin palabras. Tenéis que probarlas.

martes, 24 de febrero de 2009

HEMC#30: tarta crujiente de manzana, pollo y calabaza


Últimamente me he metido en demasiadas historias, y estoy llegando a casa tarde, cansada, ¡sin ganas de cocinar! Eso de tener tendencia a ir por ahí arreglando el mundo es una lata. La semana pasada creo que cené en casa sólo un día. Aún así, no podía dejar pasar el HEMC de este mes, porque lo ha organizado Vanesa, simpática repostera a la que conocí hace unas semanas, y que tiene un blog lleno de recetas para perder la cabeza. Yo tuve la suerte de probar su bizcocho de vino tinto y chocolate y os lo recomiendo totalmente. Tiene la receta en su blog, así que os animo a que vayáis a buscarla.
Vanesa ha elegido como tema del HEMC la manzana. Yo le tenía echado el ojo a una receta del libro Méditerranées, de Alain Ducasse, la Tourte croustillante de pommes acidulées, pero al final me salió esto, porque lo que necesitaba era algo para cenar, y además porque me gustan mucho las preparaciones dulce-salado (sucré-salé que dicen los franceses, aquí no sé si tenemos nombre para eso). Encima, por falta de tiempo, tuve que usar planchas de masa quebrada "industrial" (Canny, por favor, no me tortures por esto ;). Pero al final quedó algo bastante decente, y con una mezcla de sabores muy interesante.

Ingredientes:

2 planchas de masa quebrada
5 manzanas
1 pechuga de pollo, cocida o a la plancha, desmenuzada
un trozo de calabaza, en rodajas finas
1/2 cebolla en juliana
medio vaso de vino de miel
azúcar moreno
canela
1 huevo para pincelar

Pelar las manzanas, cortarlas en rodajas y dejarlas macerando 1/2 hora en el vino de miel.
Precalentar el horno a 210º. Estirar una de las planchas de masa quebrada, ponerla en un molde desmontable, disponer encima las rodajas de calabaza, la cebolla en juliana, sal al gusto, la manzana (escurrida), el pollo, el azúcar, la canela, y otra capa de manzana. Cubrir con la otra plancha, cerrar bien los bordes, agujerear con un tenedor la superficie y pincelar con huevo batido. Hornear 45 minutos.

Y como hace mucho que no os hablo de la huerta voy a aprovechar para daros un poco la brasa. Este invierno, como sabéis los que vivís aquí, ha llovido mucho, muchísimo. Así que las malas hierbas han proliferado entre nuestras fresas y la mayor parte del tiempo lo hemos tenido que dedicar a arrancarlas para que no atosigaran a nuestras plantitas. Aquí podéis ver el antes y el después de uno de nuestras hileras de fresas:


Y este es el aspecto que tiene ahora nuestra huerta:


Por lo demás, a parte de las fresas ahora mismo los único que tenemos plantado son lechugas. Las plantamos esta mañana, y como el terreno estaba un poco húmedo tuvimos que ir con mucho cuidado. Ahora esperamos que el tiempo nos de un descanso para poder empezar a plantar otras cosas, guisantes, rúcula, coliflor...ya os iré contando.

jueves, 19 de febrero de 2009

Galletas de naranja y aceite de oliva



Llevo siglos sin comprar pan, tampoco bizcochos ni magdalenas. Lo único que todavía era industrial en mi casa eran las galletas, no sé por qué pero siempre me han parecido un poco latosas de hacer, y no encontraba una receta con la que estuviera contenta del todo. Las galletas de chocolate están muy bien, pero yo buscaba algo que sirviera tanto para el desayuno como para picotear algo rico cuando llegas a casa con hambre. O sea, la galleta todoterreno. Y sin mantequilla.
Y encontrar recetas de galletas sin mantequilla no es fácil. Hasta que di con esta, de "Il cavoletto di Bruxelles". Os pongo mi receta porque, a) está en castellano, b) pongo las cantidades en gr, lo que facilitará la vida a quien se anime a hacerlas. A mi me salieron cantidades industriales de galletas, y eso que fui precavida y empecé con la mitad de las cantidades que él sugería.

Ingredientes (para 4 o 5 bandejas de galletas):

el zumo de 1 naranja (en mi caso, 125 gr)
el mismo peso de aceite de oliva virgen extra
el mismo peso de azúcar morena
300 gr de harina (aproximadamente, depende de el líquido que absorba)
1 huevo
8 gr de levadura para repostería
la cáscara rallada de la naranja o, en mi caso, las cáscaras de limón que aproveché de la crema de limoncello

Rallar la cáscara de la naranja (o picar las cáscaras de limón que aprovechamos de la crema de limoncello) Exprimir el zumo de la naranja y pesarlo.
Mezclar bien el zumo, el aceite de oliva, el huevo batido, la cáscara de la naranja o del limón, el azúcar y la levadura.
Añadir la harina, hasta obtener una masa que no sea pegajosa y se pueda extender en un lámina. Dejar reposar la masa en la nevera durante media hora.
Extender la masa formando una lámina de unos mm de espesor, y cortar con corta pastas.
Precalentar el horno a 180º. Poner las galletas en la bandeja de horno, y, si se quiere, pincelarlos con huevo o con leche. Hornear 15 minutos, o hasta que estén doradas.

Si se guardan en una caja de lata aguantan bien más de una semana (no sé cuánto más porque sólo nos duraron 8 o 9 días).
Y aquí os dejo otra de nuestras superproducciones: "La galleta caníbal"




sábado, 14 de febrero de 2009

Crema de limoncello


Mi blog ha cumplido un año y yo sin enterarme. Para celebrarlo, un brindis. Con un licor casero, claro.

Ingredientes, para 4 botellas (ya que nos ponemos, mejor hacer cantidad)

8-10 limones, depende del tamaño (ecológicos o al menos sin tratar con pesticidas y sin cera en la corteza)
1 litro de alcohol de 96º (para hacer licores, lo venden en farmacias)
2 litros de leche
1200 gr de azúcar
una pizca de azúcar vainillada
1/2 litro de agua

La receta nos la dio, como no, Giusseppe.
Pelar los limones, con cuidado de quedarnos sólo con la parte amarilla de la piel (la parte blanca amarga). Meter la piel de los limones en una botella con el alcohol, durante al menos dos semanas, en un lugar fresco y oscuro.
Pasado ese tiempo, filtrar el alcohol (recomiendo guardar la piel de los limones porque sirve para dar buen sabor a galletas o bizcochos). Calentar la leche, añadir el azúcar, remover bien, hasta que el azúcar se haya disuelto, retirar del fuego y tapar. Añadir el agua y dejar enfriar. Una vez frío, añadir el acohol y remover bien. Rellenar las botellas, y guardarlas en un rincón fresco.
Servir bien frío, pero mejor sin hielo. Como remate para una cena a base de pizza casera.

Y es altamente adictivo, luego no digáis que no os avisé.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Chiacchiere de Rosaria


Este dulce nos enseñó a hacerlo una amiga italiana, para aprovechar los retales de pasta que sobraron un día que vino a cocinar ravioli. Ella nos explicó que se llaman chiacchiere, que significa algo así como cháchara, y que se comen, sobre todo, en Carnaval. El otro día, vi una receta de chiacchiere, mucho más elaborada, por supuesto, en el blog de Cannella. Así que me decidí a colgar la mía para comparar, y porque además es una manera de aprovechar esos restos de pasta que sobran siempre que se preparan ravioli o canelones.
El procedimiento es muy simple,

opción a: los restos de masa que han sobrado de las placas de ravioli, se cortan en trocitos con un cortapastas, se fríen en abundante aceite, se dejan escurrir en un papel absorbente, se les pone azúcar glas por encima, y voilá.

opción b: si queréis hacerlos desde cero, estos son los ingredientes (los mismos que para hacer pasta fresca):

100 gr de harina (mejor 00 o sémola de trigo duro)
1 huevo
un chorrito de aceite de oliva virgen extra
sal

se amasan todos los ingredientes juntos, se forma una bola que se deja reposar, tapada, una hora. Pasado ese tiempo, hacer una lámina fina con el rodillo y cortar en trozos no muy grandes con un cortapastas. A partir de aquí, proceder como en la opción a.

El resultado es sorprendente. Para no llevar nada de azúcar, están deliciosos. Nosotros, de hecho, la última vez, fuimos aún menos ortodoxos, y como las placas de canelones las cortamos después de cocerlas, lo que hicimos fue freir los trocitos de pasta cocida que sobraron. Y también estaban muy buenos así.
Eso sí, si los vais a preparar de cero os recomiendo que sigáis la receta de Cannella, que aunque no la he probado seguro que es mucho mejor. La mía, para reciclar sobras, ¡que en tiempos de crisis viene muy bien!

domingo, 8 de febrero de 2009

Aprendiendo cada día: panes en piedra de hornear y nuevos amigos


Estos últimos fines de semana he podido empezar a hornear pan usando mi piedra para el horno. Como lo que quería era mejorar la técnica, la receta la he mantenido básica: unos 200 gr de masa madre, 240 ml de agua, 500 gr de harina y 8 gr de sal. Algunos panes llevan mitad de harina integral y mitad de harina blanca, otros harina de centeno, y otros los hice con masa madre que, partiendo del centeno, se está "reconvirtiendo" al trigo. Esto último lo he hecho porque estaba harta de no conseguir esos preciosos agujeros en la miga que le salen a los panes de Carmen, ¡me moría de envidia! Y daba igual lo que hiciera, amasar que no amasar, no lo conseguía. Pensé que era por mi tozudez de usar masa madre de centeno para todo, y lo cierto es que al usar mi masa madre "reconvertida" he conseguido que la miga tenga un aspecto mucho más aireado. Vamos por buen camino. Por lo demás, tras los primeros experimentos creo que donde más se nota el efecto de la piedra de hornear es en la corteza, sale mucho más crujiente.

Por otra parte, hoy he tenido la suerte de compartir un día muy muy agradable con Mari, Vanesa, Jonay, Silvia, Bea, Lourdes y Maria José. Hemos compartido, alrededor de una mesa (como tiene que ser) mucha conversación, una estupenda paella, multitud de bizcochos (que tengo que copiar porque estaban buenísimos), complicidades varias sobre nuestra afición/obsesión por la cocina y los cachivaches, y sobre todo un muy buen rato. Gracias a todos pero sobre todo a Mari, Vanesa y Jonay, que sois los que os habéis currado todo el sarao, y gracias por supuesto a Pedro, el marido de Mari, por esa tremenda paella que preparó ¡tengo parte de lo que quedó en un tupper en la nevera para comérmelo mañana en el trabajo!
Besos a todos, y hasta la próxima ;)

miércoles, 4 de febrero de 2009

Un tajine para Clementine


Una receta vegetariana para que Clementine estrene su tajine. Nunca había hecho antes tajine sólo de verdura, buscando un poco encontré esta receta. Y como no me gusta recomendar recetas que no he probado, aquí está la prueba. Mi tajine es enorme, como podéis ver, así que modifiqué las cantidades.

Tajine de berenjenas
Ingredientes, para seis personas:

4 berenjenas
1 cebolla y varios puerros pequeños (todo del huerto ;)
1 kgr. tomates maduros + una lata de tomate triturado
aceite de oliva virgen extra
2 cucharadas de azúcar moreno
1 cucharadita de comino molido
1 cucharadita de orégano
1/2 cucharadita de canela
sal
Cortar las berenjenas en rodajas y ponerlas, cubiertas de sal, a “sudar” en un escurridor (esto es importante si las berenjenas están demasiado maduras, para que no amarguen. Yo me lo salté). Lavarlas bien y secarlas antes de freirlas en aceite bien caliente. Escurrir sobre papel de cocina y reservar. Aquí tengo que decir que seguí la receta escrupulosamente, pero que la próxima vez haré las berenjenas a la plancha, porque fritas cogen demasiado aceite para mi gusto.

domingo, 1 de febrero de 2009

Mi piedra es redonda....pero mi pala es cuadrada


Pues sí, la única pala para pizza que he encontrado en toda la isla es cuadrada, de 30 cm de lado. Mi piedra de hornear es redonda, de 38 cm de diámetro, que viene a ser más o menos la diagonal de mi pala. Así que mis pizzas vuelven a ser cuadradas, sí.


Esta vez he variado la masa, para probar una harina de fuerza Allinson que encontré en un lugar surreaslista, un "super" sólo y exclusivamente de productos ingleses en el que la cajera ni siquiera había aprendido a decir buenos días (no me malinterpreteis, no es que sea xenófoba, es que como cuando voy a vivir a otro país siempre trato de aprender el idioma este tipo de actitud nunca la he entendido). Estaba en Los Cristianos, allí es donde conseguí la pala.

Para la masa (da para tres pizzas de 30 cm, de diámetro o de lado)
1 taza y 1/3 de agua
1/3 taza de aceite oliva virgen extra
2 tazas de harina de fuerza
1 taza y 2/3 de harina 00
1/3 de taza de sémola de trigo duro
2 cucharaditas de levadura fresca
1 cucharadita de sal ahumada

y para el relleno:
un trozo de calabaza en daditos
champis
passata de tomate, la preparé con una lata de tomate triturado y aceitunas negras
mozzarella di bufala


Para preparar la masa, se mezclan bien los ingredientes, se amasa y se deja levar 1 hora y 1/2. Extenderla con las manos o con un rodillo. Si se va a hornear en piedra, hay que tener en cuenta que la base tendrá que estar bien enharinada para que no se pegue a la pala en el momento de ponerla en el horno.
Por encima le puse la passata de tomate, la mozzarella, y los daditos de calabaza previamente rehogados con los champiñones.
Calentar el horno al máximo que de (el mío, 270º). Una vez que haya alcanzado la temperatura adecuada, pasar la pizza a la pala y de la pala a la piedra. Esto parece sencillo, pero tiene su arte. Yo fui incapaz, la pizza en lugar de deslizarse por la pala, se iba "p'atrás", así que tuve un momento de pánico, pedí auxilio, y tuvo que ser Daniel el que, con un golpe de muñeca magistral, depositó la pizza en la piedra sana y salva. En 4 minutos estaba hecha. Quedó crujiente pero elástica, así que le perdoné a la cajera su impermeabilidad lingüística.