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jueves, 28 de julio de 2011

De la huerta a la mesa: col china al wok con tallarines

Llevo una semana bastante cabreada. Un individuo (un científico español, aunque no sé si merece el nombre, el de científico, quiero decir) acaba de publicar un panfleto en el que se dedica a poner a parir la agricultura ecológica y a defender las transgénicos. Mi cabreo es monumental porque este individuo en cuestión tiene intereses, claros y demostrados, en la industria OGM, y ha aprovechado lo de ser profesor universitario para que su panfleto pase por verdad absoluta, aunque no aporta ni una prueba de su afirmación de que los alimentos ecológicos no son más saludables, mientras que otros estudios, estos serios, demuestran que sí lo son, como ya os comenté aquí. La información que aporta es pura manipulación, en el enésimo intento de la industria OGM por atacar lo ecológico. Y mi cabreo es doble porque viendo el currículo del individuo no acierto a entender cómo ha llegado a profesor, cuando su nivel de publicaciones está en el de un postdoc mediocre, lo que reafirma mis sospechas de que o bien algo huele a podrido en el sistema científico español o bien la sombra de la Garmendia es, efectivamente, muy muy alargada. Y no os doy el nombre del científico ni del panfleto porque no quiero hacerle publicidad.

Y ahora al plato, que me voy por las ramas, y además necesito alegrarme y la visión de mi huerta es suficiente para quietarme las penas.

La gracia de esta receta son, sobre todo, los ingredientes, que proceden de nuestra huerta. Las zanahorias, las cebollas, los puerros y la enorme col china. La col china viene de semillas que nos regaló Au. Ya os he dado mucho la lata con lo maravilloso que es comer verduras que has visto crecer, verduras recién cosechadas, que sabes perfectamente qué tienen y qué no tienen. En este caso, además, sabíamos hasta de donde venían las semillas.
La col china, Brassica pekinensis, es una verdura rica en vitaminas A y C, aunque no se debe consumir en exceso ya que contiene glucosinolatos, que aunque previenen el cáncer en pequeñas dosis en grandes dosis pueden ser tóxicos.
Y como es una receta sencilla que se basa en la materia prima, decidimos cocinar con el wok para preservar al máximo el sabor de la verdura. Un wok de hierro fundido tiene la ventaja de calentarse mucho de manera que la comida se hace rápidamente sin perder sus nutrientes. Las verduras quedan crujientes pero no crudas, un punto que es muy difícil de conseguir con una sartén normal.

Para cocinar en wok hay que seguir unas pautas:
  • tener todo preparado antes de poner el wok al fuego
  • calentar el wok a fuego vivo
  • cortar todo y dejar las salsas preparadas, porque una vez puestos en faena, tendremos que remover constantemente lo que hayamos puesto al fuego, porque se hace realmente rápido, de manera que no nos dará tiempo a andar pelando y cortando otros ingredientes
  • cortar todo en trozos de un tamaño uniforme, y no demasiado grande
  • ir añadiendo las verduras por tandas

En este caso, pelamos y cortamos todas las verduras y preparamos una salsa con dos cucharadas soperas de salsa de soja tipo japonés y una cucharada de miel diluída con un poquito de agua. En este vídeo podéis ver cómo se prepara la col china.
Ponemos el wok al fuego, cuando ya estaba un poco caliente pusimos un poco de aceite de oliva virgen en el fondo, no demasiado, esta es otra ventaja del wok, que se puede cocinar sin apenas aceite. Cuando esté bien caliente el aceite, se rehogan las verduras removiendo constantemente. Cuando estén a punto se añade la salsa. Como está tan caliente, la salsa empezará a hervir rápidamente, y en cinco minutos las verduras estarán en su punto.
Previemente habíamos preparado unos noodles al huevo. La manera de prepararlos depende del tipo de noodles, en este caso había que hervir agua y añadir los noodles justo cuando hierve, retirar del fuego, tapar, dejar 5 minutos, y al colador.
Añadir los noodles al wok y mezclar bien. Una vez preparado, hay que servir rápidamente y comer bien caliente.
El wok hay que limpiarlo con una esponja y agua sin jabón. No se debe dejar sucio mucho tiempo ni tampoco con agua, para que no se oxide. Una vez limpio, aplicar una capita de aceite. De esa manera se conservará en óptimas condiciones durante mucho tiempo.


miércoles, 20 de julio de 2011

De la huerta a la mesa: ensalada de pepino, berenjena asada y tahini, y ¡recetario!


Bueno, ¡pues por fin terminé de editar el recetario! Han sido 38 recetas, todas estupendas, y quiero daros las gracias a todos los que habéis participado. Como ya os dije mi intención es ofrecérselo a las cooperativas de agricultores que estén interesadas en usarlo para publicitar el consumo de pepino, o de hortalizas en general, ya que el resultado ha sido un compendio de recetas estupendas con verduras. Podéis descargarlo aquí, y, por favor, si conocéis a alguna cooperativa a la que le interese, hacédselo llegar. También dejaré el enlace para descargarlo en la columna izquierda del blog.

Estos pepinos son los primeros de la temporada. Son de unas plantas que sembramos con las semillas que nos pasó Au el invierno pasado, cuando pasó por Tenerife. Unos son pepinos de tipo "Akito", alargados y de piel fina, y los otros son "cohombros", cortos y de piel gruesa. Por lo que he podido leer, los cohombros se supone que no son pepinos sino algo a medio camino entre un pepino y un melón. Pero, que queréis que os diga, a mi estos me parecen pepinos 100%. En todo caso, ambos tipos están muy buenos y nada amargos. Además producen bastante, así que iré poniendo en práctica el recetario. Para empezar la temporada, elegí esta receta de Plenty (sí, sí, de nuevo, a este paso voy a ser la versión contemporánea de Julie Powell con Ottonlenghi en lugar de Julia Child). En este plato se equilibran de maravilla el sabor fresco del pepino con el sabor más seco del tahini y la berenjena (no sé si me explico, con eso de que un sabor sea "seco", pero me entendéis, ¿no?). Es fácil de hacer y perfecta para el verano.

Ingredientes,
2 pepinos, de los cortos (en nuestro caso uno del tipo Akito y otro "cohombro", de la huerta :)
2 berenjenas medianas
70 gr de tahini
60 ml de agua
2 cucharaditas de miel de palma (la receta original usa melaza de granada, pero yo no tengo de eso)
1 cucharada sopera de zumo de limón
1 diente de ajo, machacado
3 cucharadas soperas de cilantro fresco picado
un chorrito de aceite de oliva virgen extra
sal y pimienta


Preparación,
Pelar los pepinos y cortarlos en dados.
Asar las berenjenas usando el grill, a máxima potencia, durante unos 30 minutos, dándoles la vuelta de vez en cuando. Antes de sacarlas deben estar bien tostadas.
Cuando se enfríen lo suficiente les quitamos la piel y dejamos la carne de las berenjenas en el colador hasta que se escurran bien.
Picamos las berenjenas y las mezclamos con el resto de los ingredientes, excepto los pepinos.
Ponemos los pepinos en un plato y la berenjena por encima. Decoramos con unas hojas de cilantro.


jueves, 14 de julio de 2011

Daring Cooks Jul'11: tagliatelle de azafrán especiados - spiced saffron tagliatelle


El reto de este mes de los Daring Cooks es la elaboración de pasta fresca. Los que me visitais desde hace tiempo ya sabéis que me encanta la cocina italiana en general y la pasta fresca en particular. Empecé a preparar la pasta fresca mucho antes de tener blog. Me aficioné gracias a Canny, la reina de la cocina italiana en la blogosfera, cuyas recetas "fusilaba" en mi cocina habitualmente. Me aficioné tanto que una de las primeras entradas que puse en este blog, hace ya tres años, fue la Guía para "dummies" sobre cómo hacer ravioli. Después me fui animando con otras recetas y últimamente me atreví con preparaciones más arriesgadas como los ni-hachi soba. Mi próximo reto son los noodles 100% de alforfón, aunque dicen que son muy difíciles de hacer. Si tenéis curiosidad podéis encontrar todas mis recetas de pasta fresca aquí.

Steph from Stephfood was our Daring Cooks' July hostess.  Steph challenged us to make homemade noodles without the help of a motorized pasta machine.  She provided us with recipes for Spätzle and Fresh Egg Pasta as well as a few delicious sauces to pair our noodles with!
Steph from Stephfood fue la anfitriona del Daring Cooks de julio. Steph nos propuso preparar pasta fresca sin ayuda de máquinas eléctricas.

Para este reto elegí una receta de Plenty, el libro de recetas vegetarianas de Yottam Ottolenghi, a la que le había echado el ojo hace tiempo. A primera vista puede parecer que la mezcla de especias es excesiva, que se le ha ido la olla a Mr Ottolenghi, pero os aseguro que se combinan a la perfección las unas con las otras alcanzando un equilibrio indescriptible. La única diferencia con la receta original es que la de Plenty usa mantequilla en lugar de aceite de oliva.


Ingredientes para la pasta, para 2 personas
2 huevos
100 gr de sémola de trigo duro fina + 100 gr de sémola de trigo duro mediana
un buen chorro de aceite de oliva virgen extra
un pellizco de sal
1 cucharada sopera de agua caliente, en la que se infusiona media cucharadita de hebras de azafrán


Ingredientes para el aceite especiado,
5 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
1 cebolla pequeña, picada
40 gr de piñones
1/2 cucharadita de jengibre en polvo
1/2 cucharadita de pimentón dulce
1/2 cucharadita de cilantro en polvo
1/4 cucharadita de canela
1/2 chile molido (esto depende de cuanto os guste el picante)
1/4 de cucharadita de cúrcuma
1/2 cucharadita de sal
pimienta negra

2 cucharadas soperas de hierbabuena fresca picada y cilantro fresco picado

Elaboración del aceite especiado
En una sartén calentamos el aceite de oliva a temperatura media, rehogamos la cebolla hasta que empiece a estar transparente, añadimos los piñones y los tostamos, bajamos el fuego, añadimos las especias (ojo, las hierbas no las echéis, esas se pondrán al final en la pasta antes de servirla) rehogamos todo junto hasta que las especias empiecen a desprender su aroma, apagamos el fuego y reservamos caliente.

Elaboración de la pasta
No quiero ser insistente, pero la elección de la harina es fundamental para el éxito de la pasta fresca. La harina normal del super no vale, la pasta hecha con harina normal absorbe demasiada agua y engorda un montón al cocerla, de manera que aunque trates de hacer tagliatelle finitos al final el resultado es basto. Lo mejor es usar harina italiana 00 o sémola de trigo duro o una mezcla de ambas. Encontrar harina 00 en Santa Cruz es misión imposible, y desde hace unos meses tampoco encuentro sémola de trigo duro de Cecco ni Biogra, ecológica, que eran las que yo usaba. Afortunadamente, en el Foro del Pan alguien comentó que usaba para hacer pasta fresca la sémola que venden en las tiendas árabes. Así que me acerqué a una tienda, pregunté, y voilá. Ya puedo respirar tranquila, tengo un proveedor estable de sémola.
Se amasan bien los ingredientes, y en caso de usar sémola mediana se deja reposar 15 minutillos para que la sémola absorba el líquido, ya que la sémola mediana engaña y aunque parezca que la masa está pegajosa es porque tarda un rato en absorber el líquido. Se continúa amasando, y si pasado ese tiempo pensáis que la masa necesita más sémola la añadís. Se deja reposar un par de horas, se vuelve a amasar, y o bien se usa en el momento o bien se congela. No debe quedar ni pegajosa ni muy dura, tiene que ser elástica. A partir de aquí hay dos opciones: rodillo o máquina de pasta. Yo los estiro con mi máquina, pero oye, antes de comprarla tiraba de bíceps (lo confieso, no tiraba de "mis" bíceps, le pasaba el rodillo a D. y que estirase él la pasta... suena poco feminista, lo sé, pero es así). Para estirarla con la máquina, se coge un trozo de masa, no muy grande, se aplasta dejándolo con forma alargada, y se pasa primero por la posición cero de los rodillos un par de veces, y luego sucesivamente por el resto hasta dejarlo con el grosor que uno quiera. Yo los tagliatelle los dejo al 5, y la masa para ravioli al 6. Luego se enharina un poco y se pasa por el cacharrito que sirve para cortar.
Se cuecen cuanto antes, 3-4 minutos, en agua salada. Se escurren y se echan en la sartén donde está el aceite especiado. Se remueven bien y se sirven inmediatamente, con las hierbas picadas por encima. Creo que los italianos dicen que es el comensal el que tiene que esperar a la pasta y no la pasta al comensal :)


lunes, 11 de julio de 2011

Recetas tradicionales: cannoli de Giuseppe


Este fin de semana me está tocando currar. Tres días seguidos en el Observatorio, trabajando por las noches, sin ver a D, se puede hacer un poco largo. A cambio, lo bueno de estas campañas es que durante el día tienes tiempo de pasear, leer, o actualizar el blog :)
Así que aprovecho para compartir con todos la auténtica, única, incomparable receta de cannoli sicilianos de Giuseppe. Creo que a estas alturas ya todos conoceis a nuestro querido Giuseppe, nuestro chef italiano de cabecera, el hombre que prepara la mejor pasta fresca de Tenerife. Hace unos meses decidió empezar a servir en su restaurante especialidades del sur de Italia, de donde es él. Empezo con las arancini, rellenas de gambas y mozzarella, o de guisantes y ragú de ternera, riquísimas. Y ahora sirve de postre cannoli. Me gustaron tanto que le pedí la receta porque quería preparárselos a mi hermana P. por su cumpleaños.
Los cannoli son una especialidad tradicional siciliana que consiste en unos canutillos de masa frita rellenos con una mezcla de queso fresco, azúcar y frutas confitadas. Son relativamente sencillos de hacer, únicamente hacen falta unos cilindros metálicos donde poner la masa para que mantenga la forma mientras se fríe. El relleno de ricotta y frutas es el tradicional, aunque creo que hoy en día en las pastelerías sicilianas encuentras todo tipo de rellenos, de crema, de chocolate... Giuseppe utiliza para el relleno requesón de cabra, de la cooperativa de Benijos, que es 100% local, en lugar de ricotta, para usar ingredientes de aquí, así que yo hice lo propio.  Y  por cierto, hablando de fusiones con la gastronomía local, otro plato que Giuseppe está haciendo de manera habitual son los gnocchi de almogrote. A mi ya sabéis que no me gusta el queso, pero los que disfrutan con él dicen que merece la pena probarlos. Aquí os dejo una foto de los susodichos.

los gnocchi de almogrote de Giuseppe

Ingredientes (para 12 cannoli)

para la masa,
150 gr de harina blanca de trigo
10 gr de cacao en polvo
1 huevo
20 gr de aceite de oliva (o mantequilla)
1 cucharada sopera de marsala, o vino blanco seco

para el relleno,
500 gr de requesón o ricotta (Giuseppe usa requesón de cabra de la cooperativa de Benijos, para darle el toque local a sus cannoli, y yo hice lo propio)
270 gr de azúcar
1/2 cucharadita de esencia de vainilla (facultativo)
100 gr de frutas confitadas

Preparación

Mezclar los ingredientes de la masa hasta tener una pasta homogénea y un poco dura (no debe quedar una masa muy blanda). 
Dividirla en 12 trozos (de unos 25 gr cada uno) y hacer una bolita con cada uno de ellos, y aplastarla hasta tener un disco.
Si tenéis máquina de pasta, usadla para aplanar cada disco de masa hasta tener un disco fino. Yo usé mi Imperia con los rodillos puestos en el 5. Si no tenéis máquina, aplastad los discos con ayuda de un rodillo hasta tener un disco fino, de unos mm de espesor.
Calentar abundante aceite en una sartén, a fuego vivo. Enrollar los discos de masa en los rodillos, sin apretar demasiado, y sellando el borde con huevo batido.
Freír por tandas, depositar en papel absorbente y cuando se haya enfriado lo suficiente para no quemarnos sacar el cilindro metálico con cuidado de no romper el canutillo.
Mientras se enfrían los canutillos preparamos el relleno. Colamos la ricotta o requesón para quitarle el exceso de suero. A continuación lo batimos con el azúcar y la esencia de vainilla. Picamos muy bien las frutas confitadas y las añadimos a la mezcla. Ponemos el relleno en una manga pastelera y cuando los canutillos estén fríos los rellenamos. En realidad, si no vais a consumir todos los cannoli de una vez es mejor ir rellenándolos a medida que los vayáis a comer, para que los canutillos no se ablanden.

Y ya si podéis disfrutarlos con una copita de crema de limoncello, os aseguro que os quitarán cualquier pena.

jueves, 7 de julio de 2011

Transgénicos, la cara y la cruz: la falacia del presunto trigo “sin gluten”, un caso paradigmático de intoxicación informativa


Ante la campaña de intoxicación informativa para lavar la cara a los transgénicos que estamos presenciando estos últimos meses en la blogosfera, he decidido reaccionar inaugurando esta sección. En ella intentaré discutir los puntos principales de los transgénicos y desmontar alguna de las mentiras con las que están intentando colárnoslos.

Empiezo, como no podía ser de otra manera, con el trigo.

Recientemente tuvimos conocimiento de un estudio del CSIC, del (al loro con el nombre) Instituto de Agricultura Sostenible (la sombra de la Garmendia es alargada). Este estudio dice que científicos de dicho centro han conseguido una variedad de trigo con menos cantidad del tipo de gliadinas que son más tóxicas para los celíacos (1). Misteriosamente, nos hemos topado con la nota de prensa sobre dichas investigaciones hasta en la sopa. Incluso en webs de cocina. Esto nos puso en guardia. Porque, hoy día, existe una cosa que se llama Community Manager, y no sería sorprendente que ASEBIO, los representantes del lobby OGM en España, tuviera a uno de estos pájaros dando distribución a esa información por toda la blogosfera. Los transgénicos vienen para hacer nuestra vida mejor, tratando de ayudar a un colectivo “sensible” como es el de los celíacos. Oooooh, ¡qué entrañable! Pues bien, mi opinión, humilde, es que más que ayudarles lo que están tratando es de utilizarlos, y a continuación os explico por qué.

El caso del trigo es paradigmático. Monsanto trató de colar en Canadá el trigo Roundup Ready (2) pero los agricultores canadienses después de su desastrosa experiencia con la colza transgénica se plantaron y se negaron a que se jugara con su trigo. Como no pudieron colarlo en Canadá, ahora han emprendido la ofensiva en Europa. Pero primero quieren forzar la puerta con el presunto trigo "para celíacos", tan políticamente correcto, por el bien de la humanidad, y cuando les autoricen un tipo de trigo será más fácil meter el Roundup Ready, que es el que verdaderamente les interesa. Vamos, es que la estrategia es de libro. ¿Y por qué quieren colar el trigo Roundup Ready? Pues porque Monsanto con lo que hace negocio, sobre todo, es vendiendo herbicida Roundup (3). Aquí está el meollo de la cuestión.

Lo del trigo "para celíacos" me parece una tomadura de pelo y una manipulación porque pretenden que han inventado la rueda cuando la rueda ya está inventada ¿Y cual es la rueda que ya está inventada? Pues los trigos tradicionales. Lo que pasa es que los trigos tradicionales no se pueden patentar. Trigos como el monococcum, llevan años siendo estudiados por la baja toxicidad que presentan para los celíacos. Un estudio de la Universidad de Padua que dio como resultado que la gliadina de este trigo no causó ningún daño a cultivos in vitro de células de un intestino con celiaquía (4). Otro estudio de la Universidad de Oslo (que participa también en el estudio del CSIC) investiga variedades de trigo duro (5). Incluso el trigo barbilla que es el que sembramos nosotros es un trigo de bajo contenido en gluten. Estos trigos se abandonaron porque a la industria de la repostería y la panificación les interesaba el trigo con mucho gluten para poder hacer el pan con el método de Chorleywood, que quizá sepáis que es el que se utiliza actualmente para la panificación (6). Lo que más me molesta de este tema es que se utilice a un colectivo "sensible" para poner a la opinión pública de su parte. Otro gran clásico de las estrategias de manipulación informativa.
Lo que tendría que hacer la industria alimentaria si de verdad les importan los celíacos es recuperar esas variedades que no les hacían daño y volver a ponerlas en uso.

Y a los amigos celíacos os ruego que no mordáis el anzuelo. Esto es la misma milonga que el famoso arroz dorado que iba a terminar con el hambre en el mundo. Nunca llegó. El hambre no ha hecho sino aumentar desde la llegada de los transgénicos (volved a la referencia 3, aunque hablaré de esto en el próximo capítulo). A lo máximo conseguirán un trigo de baja toxicidad, pero es que ese trigo ya existe. Es el que se sembraba hace años en Europa. Está ahí, es natural, y además no hay que pagarle a una multinacional por las semillas. Sólo hay que sembrarlo.

No olvidéis que los OGM son un asunto de política y de poder. Sobre todo de poder. Defender los transgénicos es defender que se deje en manos de 4 multinacionales la alimentación mundial. No sé si lo sabéis, pero los transgénicos usurpan al agricultor el derecho a guardar semillas de su cultivo para el año siguiente, de manera que pasa a depender de una empresa que en cualquier momento puede subir el precio de las semillas arruinándole por completo. Por ende también podrán subir el precio de la alimentación mundial, teniendo en sus manos a países enteros, máxime tratándose de cereal. Si habéis cultivado algo alguna vez sabréis que es imposible no dejar en los campos ni traza de las semillas que se han sembrado en un anterior cultivo. Por ello cuando un agricultor siembra transgénicos una vez es muy difícil que pueda dejarlo, porque llega Monsanto, descubre esas trazas, le acusa de haberse quedado con semillas, le pone un juicio y le arruina. Esta ha sido la manera de operar de estas empresas en EEUU, y eso es lo que han intentado en Europa y les hemos parado los pies. Nuestra soberanía alimentaria está en juego. Quien controla la alimentación controla el mundo.


Referencias:

(1) El CSIC desarrolla variedades de trigo aptas para la mayoría de celíacos
(2) Definitive Global Rejection of Genetically Engineered Wheat
(3) "Transgénicos: el haz y el envés", de Jorge Riechmann
(4) Estudio de la Universidad de Padua que dio como resultado que la gliadina de este trigo no causó ningún daño a cultivos in vitro de células de un intestino con celiaquía
(5) Otro estudio de la Universidad de Oslo también ha estudiado los trigos antiguos
(6) "Bread Matters", de Andrew Whitley.

viernes, 1 de julio de 2011

De la huerta a la mesa: tourte de blettes, torta provenzal de acelgas


Llevo unas semanas desaparecida en combate. Un curso, un viaje, las jornadas de puertas abiertas del observatorio y la revisión de un proyecto gordo gordo se me han ido solapando uno tras otro a lo largo del mes de junio y me han mantenido alejada de la cocina y del blog.  Pero un kilo de acelgas de la huerta reclamaba mi atención, así que saqué un ratillo para hacer esta torta de acelgas, típica de la cocina provenzal. La receta la encontré en el blog de David Lebovitz, él también hace la masa, pero yo, por falta de tiempo y porque hace calor, decidí usar unas placas de hojaldre compradas. No dudo que el resultado con masa casera será aún mejor, pero incluso con masa comprada el sabor es excepcional. Además está buenísima de un día para otro, así que es perfecta para ir de excursión, y la  sorprendente mezcla de sabores hace que sea apta incluso para aquellos a los que no les gusten las acelgas (o sea, los niños en general).


La Provenza es  una de mis zonas favoritas de Francia. Está cerca del mar, de la montaña, y tiene un clima y una geografía perfecta para cultivar vegetales. La cocina provezal suele estar llena de recetas de verdura, la ratatouille, la ensalada nicoise, la soupe au pistou, las beignets (sobre todo las de flor de calabacín, la primera receta que publiqué en este blog).
Hace unos años pasamos nuestras vacaciones en las Calanques, las montañas cerca de Marsella. Como podéis ver en las fotos es un sitio idílico, con unas calas de aguas turquesas a las que sólo se puede llegar andando. Nos alojamos en el albergue, que en realidad es como un refugio de montaña, porque no tiene ni duchas pero está en un sitio precioso y había un ambiente estupendo entre los que allí nos alojábamos. Marsella es una ciudad caótica pero con el encanto del cruce de culturas que suele caracterizar casi todas las ciudades portuarias. Recuerdo un pequeño restaurante llamado "Le Resto Provençal", en la Cours Julien, una zona que me gusta mucho de Marsella. Comimos allí varios días, era un sitio de cocina sencilla centrado en las especialidades regionales, platos de pescado y verduras, aunque la especialidad es la daube, un guiso de carne, verduras y hierbas provenzales.  Y de postre, tarta de higos. Parece que sigue abierto, según la guía Petit Futé. Si vais a Marsella, 64 Cours Julien, no dudéis en pasar.


Ingredientes

Esta es una mezcla de ingredientes muy similar a la de las espinacas con pasas y piñones que hace mi madre, y que es un clásico de la cocina andalusí granadina. No sería de extrañar que el origen de ambas recetas fuera común.


900 gr de acelgas (de la huerta)
60 gr de pasas, remojadas en ron
30 gr de piñones
sal y pimienta
1/2 cucharadita de canela en polvo
100 gr de azúcar moreno
2 huevos
1 manzana reineta (lamentablemente ya no es época de manzanas en Tenerife, pero encontré unas reinetas de Aragón)
Azúcar para espolvorear

2 placas de masa de hojaldre de 250 gr cada una

Limpiar las acelgas y hervirlas en agua salada durante 15 minutos, hasta que estén blandas. Escurrirlas muy bien, para quitarles todo el agua que sea posible, trocearlas, y reservar.
Tostar los piñones, escurrir las pasas y reservar.

Mezclar en un bol las acelgas, las pasas y los piñones, los huevos batidos, la canela, el azúcar y los huevos batidos. Salpimentar.
Pelar la manzana reineta y cortar en láminas finas.
Calentar el horno a 180ºC.
Extender una de las placas de hojaldre en un molde de tartas de los de borde bajo. Cubrir con el relleno y poner por encima las láminas de manzana. Cubrir con la otra placa de hojaldre y sellar bien los bordes.
Hacer unos agujeros en el hojaldre con ayuda de un tenedor, meter al horno y hornear unos 40 minutos, hasta que esté dorada.
Espolvorear con azúcar y dejar enfriar antes de cortarla.

Ya es la segunda vez que hago esta torta y me encanta. Y pienso hacerla en breve para el picnic que organizo todos los años en el festival de jazz ;)