Este fin de semana lo pasamos en La Gomera, pero el domingo llegamos temprano y nos dio tiempo a preparar una buena cena. Hacía mucho tiempo que no preparábamos pasta fresca, y aunque nuestra intención era usar la calabaza para rellenar unos ravioli, finalmente optamos por una versión más rápida. En realidad, preparar pasta fresca lleva menos tiempo del que podría parecer. Sólo hay que ser previsor, porque la masa tiene que reposar una horita al menos. Pero se puede preparar la masa, dejarla reposar y luego congelarla, y tenerla preparada para cuando a uno le apetezca hacer la pasta. Los ingredientes para la pasta son los típicos,
2 huevos
200 gr de sémola de trigo duro
un buen chorro de aceite de oliva virgen extra
un pellizco de sal
y algo de agua en caso de que la masa lo pida.
Con esto sale cantidad para tres personas, ¡o para dos personas con mucha hambre! Yo utilizo la sémola de trigo duro de De Cecco. No lo digo por hacerles publicidad, lo digo porque desde que se cruzó en mi camino la pasta fresca me sale siempre bien (está mal decirlo, pero es que antes me salía un desastre y fue un gran descubrimiento). Esta sémola es muy muy muy fina, y ahí está el truco.
Se amasa bien, se deja reposar hora y media, se vuelve a amasar, y o bien se usa en el momento o bien se congela. No debe quedar ni pegajosa ni muy dura, tiene que ser elástica. A partir de aquí hay dos opciones: rodillo o máquina de pasta. Lo del rodillo es una lata, la verdad, porque nunca queda la masa tan fina como con la máquina. Yo los preparé con máquina. Se coge un trozo de masa, no muy grande, se aplasta dejándolo con forma alargada, y se pasa primero por la posición cero de los rodillos un par de veces, y luego sucesivamente por el resto hasta dejarlo con el grosor que uno quiera. Yo los tagliatelle los dejo al 5, y la masa para ravioli al 6. Luego se enharina un poco y se pasa por el cacharrito que sirve para cortar. Se cuecen cuanto antes, o inlcuso también se pueden congelar una vez cortados. Eso sí, como me enseñó Canny, si se congelan no hay que descongelarlos cuando se vayan a preparar, se echan congelados tal cual en el agua hirviendo.
Se cuecen en un minuto o dos, no más.
Para hacer la salsa piqué un puerro, media cebolla, y un buen trozo de calabaza. Lo hice todo a fuego lento, aplastando de vez en cuando, le añadí un poquito de caldo de verduras, algo de orégano, y aceite de oliva. Lo dejé hasta que estuvo todo bien hecho.
Eso fue todo. Muy sencillo, pero la combinación de la pasta fresca con la calabaza siempre es deliciosa. Y según Daniel, con el parmesano rallado por encima aún mejor.
2 huevos
200 gr de sémola de trigo duro
un buen chorro de aceite de oliva virgen extra
un pellizco de sal
y algo de agua en caso de que la masa lo pida.
Con esto sale cantidad para tres personas, ¡o para dos personas con mucha hambre! Yo utilizo la sémola de trigo duro de De Cecco. No lo digo por hacerles publicidad, lo digo porque desde que se cruzó en mi camino la pasta fresca me sale siempre bien (está mal decirlo, pero es que antes me salía un desastre y fue un gran descubrimiento). Esta sémola es muy muy muy fina, y ahí está el truco.
Se amasa bien, se deja reposar hora y media, se vuelve a amasar, y o bien se usa en el momento o bien se congela. No debe quedar ni pegajosa ni muy dura, tiene que ser elástica. A partir de aquí hay dos opciones: rodillo o máquina de pasta. Lo del rodillo es una lata, la verdad, porque nunca queda la masa tan fina como con la máquina. Yo los preparé con máquina. Se coge un trozo de masa, no muy grande, se aplasta dejándolo con forma alargada, y se pasa primero por la posición cero de los rodillos un par de veces, y luego sucesivamente por el resto hasta dejarlo con el grosor que uno quiera. Yo los tagliatelle los dejo al 5, y la masa para ravioli al 6. Luego se enharina un poco y se pasa por el cacharrito que sirve para cortar. Se cuecen cuanto antes, o inlcuso también se pueden congelar una vez cortados. Eso sí, como me enseñó Canny, si se congelan no hay que descongelarlos cuando se vayan a preparar, se echan congelados tal cual en el agua hirviendo.
Se cuecen en un minuto o dos, no más.
Para hacer la salsa piqué un puerro, media cebolla, y un buen trozo de calabaza. Lo hice todo a fuego lento, aplastando de vez en cuando, le añadí un poquito de caldo de verduras, algo de orégano, y aceite de oliva. Lo dejé hasta que estuvo todo bien hecho.
Eso fue todo. Muy sencillo, pero la combinación de la pasta fresca con la calabaza siempre es deliciosa. Y según Daniel, con el parmesano rallado por encima aún mejor.
Anda, has cambiado la plantilla...
ResponderEliminarCon esa receta se me hace la boca agua´:)
Como disfruté de esta pasta!... la cebolla, puerro y calabaza tienen los tres un punto dulce que lo hacían convertirse casi en un postre. El parmesano rallado directamente en el plato, y para hacer los honores nos dimos el gustazo de abrir un buen vino. Los
ResponderEliminarGewurztraminer que los Somontanos están produciendo desde hace poco tiempo son de una calidad excepcional, especialmente los de Enate.(http://www.enate.es/enaesp/vinos/gewurztraminer.htm). No son vinos como para abrirlos todos los días, primero por precio y segundo porque tienen un sabor tan particular que uno terminaría por dejar de soprenderse.
Que maravilla de combinación.
Me ha encantado tu cena!!!!!! mmmmmmmmmmmmm qué rica!!!!!!
ResponderEliminarQue ricos!!!! Con calabaza!!!!
ResponderEliminarOye, he intentado ponerme en contacto contigo via mail pero no puedo hacerlo.
Mi mail está en el perfil de blogger, si quieres mandame un mail, tengo un par de cosas que comentarte respecto a la intolerancia a la laxctosa de tu Daniel...
Ana
Que apetecible, por favor...un besote
ResponderEliminarmuy buena receta, tienes mucha suerte de conseguir calabazas en esta época, aquí es imposible, he de esperar entonces. El vino que te acompaña se ve fresco y seco, excelente eleccion.
ResponderEliminarBesos kako
Ajonjolí, que maravilla de receta!, hacer la pasta lo veo algo lejano como me pasaba con el pan al principio, y a rodillo no sé si me iba a salir un churro en vez de un tagliatelle!! jeje (aunque no lo descarto), de todas formas me encanta y tu elección de hacerla con calabaza es deliciosa, me encanta!! Un besote.
ResponderEliminarHola chicas,
ResponderEliminarQalamana, la cambié porque quería personalizarlo un poco, ¿te gusta el dibujo?
Tristras, guapo, dentro de poco ravioli..
Salvia, Su, ¡muchas gracias!
Kako, aquí yo creo que hay calabazas y tomates todo el año. Es que hace bueno siempre :)
Ana, ya te escribí, muchas gracias.
Cristina, anímate a hacer pasta casera, el sabor está a años luz del de la pasta industrial. En el Casa venden una máquina no demasiado cara, que está bien para empezar.
Besos.
Bueno bueno buenoooo!
ResponderEliminaryo tb suelo hacer la masa casera. Esta riquisima, y como dices tampoco se tarda tanto.
ResponderEliminarLo de la semola de trigo duro, me costo a mi tb encontrarlo, y al final en el corte ingles en la zona del gourmet es donde la encontre, y la llaman tb semolina. Realmente queda mucho mejor, ademas del color q da y se amasa mucho mejor y no se te pega la pasta, q es lo q me pasaba a mi, y con la semolina queda genial. Cuando no tengo, a la harina normal cuando ya esta amasado le echo un chorrito de aceite, y bueno, queda algo mejor