viernes, 23 de septiembre de 2011

O Canada


Para allá que me voy. Han sido semanas intensas de mucho curro. Ayer más que cansada estaba extenuada. Le pegué a D. cuatro gritos que no se merecía. Pero es que llegué al límite de mis fuerzas.
Pero esta mañana pensé en lo orgulloso que estaría. Y en que soy una privilegiada. Tengo el trabajo de mis sueños. Mucha suerte en la vida. Y ningún derecho a quejarme. Así que para adelante.

En una semana, cuando acabe el congreso, D. se reunirá conmigo en Vancouver. Allí tenemos una cita muy especial. Y luego, las Rocosas. Si no me convierto en "comida silvestre" para osos volveré a mediados de octubre.

Y, mientras tanto, no os olvidéis de que el II Concurso de Comida Silvestre sigue adelante. No se ha animado mucha gente, pero aún queda tiempo. ¡Hasta el 31 de octubre espero vuestras recetas!

¡Besos y hasta pronto!


miércoles, 14 de septiembre de 2011

Isla de pan: el primer pan con nuestro trigo


Se cierra el círculo. El proyecto Isla de Pan ha llegado a su fin. En realidad no es un fin, porque tras esta experiencia, que tanto nos ha gustado, tenemos intención de seguir sembrando trigo. Con más experiencia, eso sí. Hay cosas que no repetiremos, otras que haremos diferentes. Pero en diciembre volveremos al ataque y sembraremos, aún no sabemos donde ni de qué manera, pero lo haremos.

Este es el primer pan que hemos hecho con la harina conseguida moliendo nuestro trigo.  Es un pan negro, el más oscuro que he visto en mi vida, porque sólo quitamos la parte más gruesa del salvado, pero dejamos casi todo. Y además el trigo que pudimos recoger fue el que salvamos de las ratas, que se comieron el que mejor había llenado. Así que, como dice nuesto colega R., nuestra harina era "300% integral" jajajaja
 Aunque tampoco es que la harina pasada por el tamiz fino, el de 0.5 mm fuera muy blanca que digamos. Realmente hay una diferencia abismal con las harinas compradas, en el color y en el aroma.


Como ya os conté hace un tiempo, tras mucho meditarlo me compré un molino. Es el modelo Carina de Salzburger, el único que encontré con piedra natural que tuviera un precio asequible. El rollo con las piedras de los molinos es que la mayoría los hacen con un material que se llama corindón, y que se saca de la bauxita. Este material se amalgama con compuestos cerámicos en un molde y de ahí se saca la piedra. El proceso de extraer el corindón, que no es más que un óxido de alumino, de la bauxita es muy, muy contaminante, y genera un subproducto que son los famosos "lodos rojos", un asunto muy tóxico y difícil de reciclar. Lo que las empresas hacen con los lodos rojos es acumularlos en balsas, lo que es un peligro potencial para el medio ambiente, ya que si se rompen pueden producir una contaminación desastrosa, como el año pasado en el Danubio. En fin, que como ninguna empresa me aseguraba de donde venía su corindón de las narices, opté por comprarme un molino con piedra de granito. Un bloque de granito alpino, cortado y tallado. Punto pelota. Eso sí, como hay que tallarlo a mano, el precio del molino se encarece. Pero a cambio es para toda la vida, porque te la pueden volver a tallar, mientras que las de corindón no.

Todo este rollo para deciros que una vez que llegó el molino a nuestras manos, molimos nuestra harina, y la dejamos reposar en un saco doble en la nevera. La harina recién molida produce un gluten débil, una masa floja y un pan denso. Pero cuando se deja reposar la harina en contacto con el aire, mejoran el gluten y las propiedades de cocción, porque el oxígeno del aire libera paulatinamente los grupos sulfurosos de los extremos de las cadenas proteínicas de glutenina, que reaccionan entre sí formando cadenas de gluten cada vez más largas, lo que confiere a la masa una mayor elasticidad. Por eso conviene dejarla reposar al menos una semanita.

Una vez reposada la harina, hicimos este pan. 300 gr de masa madre, 300 ml de agua, 8 gr de sal, y 500 gr de harina de trigo barbilla totalmente integral.

A pesar de lo integral que es el pan, no era un ladrillo. No quedó alveolado, pero la textura era agradable. Y el sabor, sobre todo, era increíble. Sabía como si tuviera frutos secos, a pan de nueces y centeno, a pesar de que no llevaba ni lo uno ni lo otro. Pero es que la harina fresca es tan aromática.

 
Y así es como llegamos de aquí:
 
 
aquí:
 
 
Continuará......

viernes, 9 de septiembre de 2011

De la huerta a la mesa: chutney especiado de tomates y hamburguesas vegetarianas de arroz



Sigue la temporada de tomates, y aquí os traigo otra idea para usarlos en caso de que tengais excedentes. Es una receta del Garden Cookbook de Sarah Raven, un libro que últimamente uso mucho porque da ideas para cocinar los productos de la huerta, y está ordenado por temporada y producto. Lo sorprendente es que las temporadas en Inglaterra coinciden con las temporadas aquí, algo que nunca se me habría ocurrido, dado que aquello es mucho más frío. Pero las coles, los tomates, las berenjenas.... todo más o menos cae en los mismos meses, así que el libro me está viniendo genial.

Este chutney, según la autora, es una receta del restaurante De Kas, en Amsterdam. Este restaurante lo han montado en un antiguo invernadero, que han renovado y puesto de nuevo en marcha, y sirven cada día un menú con lo que recolectan. Lo inauguraron este año, supongo que por eso ni lo conocía, pese a mis largos años holandeses, pero parece una buena referencia para próximos viajes.

Aprovecho también que me he tomado la mañana libre (anoche me tocó currar en el Observatorio) y os doy la receta de las hamburguesas vegetarianas que acompañamos con este chutney. Son fáciles de hacer y una buena idea cuando os sobra arroz. Y, además, son perfectas para llevarlas en el tupper al trabajo.

Ingredientes para el chutney,

1.5 kg de tomates de la huerta
2 anises estrellados
3 vainas de cardamomo
1 cucharadita de semillas de cilantro
3 clavos
1 vaina de vainilla
la ralladura de la piel de un limón
el zumo de dos limones
300 gr de azúcar moreno
sal y pimienta
un tarro de 750 ml

Elaboración,

en una sartén pequeña, tostar las especias hasta que suelten su aroma, y cuando se enfríen reducirlas a polvo con ayuda de un mortero. Reservar.
Cortar los tomates en trozos grandes y ponerlos en una sartén de fondo grueso (de hierro fundido mejor que mejor) a fuego medio. Añadir las especias, la vaina de vainilla partida por la mitad (a lo largo), el azúcar, la ralladura de la piel del limón y el zumo. Salpimentar. 
Hervir a fuego lento, hasta que los tomates de deshagan, y seguir removiendo hasta que se reduzca el chutney y alcance el punto de una mermelada. Esto se ve poniendo una gota en un plato, dejando que se enfríe, y dándole la vuelta al plato. Si no gotea, es que ya está.
Guardar en tarros esterilizados, y seguir las instrucciones si quereis conservarla.

Dejarlo un par de días antes de consumir. Es un chutney fresco, con un punto dulce, un sabor muy especiado pero bastante equilibrado.

Otras recetas con tomate, aquí.



Ingredientes para las hamburguesas,

350 gr de arroz hervido (unos 175 gr de arroz en seco)
1/2 berenjena troceada finamente
1 zanahoria troceada finamente
1 cebolla picada
1/2 cucharadita de comino
2 huevos batidos
una cucharada sopera de harina de maíz
sal
Elaboración,

rehogar la cebolla con la zanahoria y la berenjena. Mezclar con el arroz, los 2 huevos batidos, el comino, y salpimentar. Guardar media hora en la nevera. 
Poner una sartén de fondo grueso a fuego medio. Hacer bolitas con la mezcla de arroz y aplastarlas hasta que tengan forma de hamburguesas pequeñas. Poner en la sartén con un poco de aceite y hacer 5 minutos por cada lado, dándole la vuelta sólo una vez con ayuda de una espumadera. 
Aguantan muy bien el transporte y quedan bien calentadas en micro, así que además de la cena fue mi comida del día siguiente :)


Y no olvideis que hasta finales de octubre podeis enviar vuestras recetas al concurso de Comida Silvestre. Me voy volando, que esta tarde me largo a Madrid a ver a la familia.

jueves, 1 de septiembre de 2011

II Concurso de Comida Silvestre, con licor de madroño para acompañar


Empezamos el curso, en breve será otoño, terminan las vacaciones (para los que han tenido), el tiempo empieza a hacerse más fresco, y ¡empieza la temporada recolectora! Por aquí ya estamos liados con los higos de leche, los higos picos, y las moras, y en breve haremos nuestra primera incursión de la temporada a por rebozuelos. Así que he pensado que era un buen momento para convocar el concurso anual de Comida Silvestre. El año pasado lo convoqué en noviembre, y se que para los que habitáis por latitudes menos meridionales ya era tarde y había poco que recolectar. Así que este año he decidido convocarlo antes y dar dos meses de plazo, de manera que todo el mundo que quiera tenga tiempo de recolectar y procesar algún producto silvestre. Septiembre será bueno para los que estáis más al norte, y octubre espero que para los que estáis más al sur, ya que la temporada setera empieza ese mes.

Como ya expliqué el año pasado, lo que quiero conseguir organizando este evento es que todos recordemos, por una vez al menos, que todo lo que hoy en día comemos surgió de la naturaleza y terminó en las estanterías del super tras un largo proceso de domesticación. Hemos perdido ese enlace directo con nuestro entorno y nuestra comida, y es lo que me gustaría que recuperásemos, aunque sea sólo por un rato. Paraos a mirad el entorno en el que vivís, preguntad a los mayores del lugar. Hay multitud de plantas comestibles alrededor nuestro, con sabores y olores totalmente desconocidos, probablemente mucho más potentes que sus hermanas, las plantas domesticadas. Además, recoger frutos salvajes a lo largo del año nos ayudará a conocer las estaciones y su influencia en nuestro habitat, incluso nos servirá de excusa para hacer deporte. Coged la mochila y salid a explorar.

Para participar en el concurso lo único que tenéis que hacer es recolectar, pescar o cazar algún tipo de producto silvestre y preparar un plato con él. Al igual que el año pasado, es suficiente con que al menos un ingrediente sea silvestre, y vale cualquier cosa desde setas, orégano, diente de león, té de roca, moras, castañas, lechuga de mar, menta, higos chumbos, endrinas...... hasta un pulpo, unas lapas, sardinas o un conejo. Como ya dije el año pasado, no quiero herir la sensibilidad de nadie, ni tampoco hacer apología de la caza (mucho menos en este blog casi-vegetariano) pero lo que se pesca o caza también es comida silvestre, y por eso creo que debo incluirlos en el evento. Michael Pollan ya escribió una extensa discusión sobre este aspecto en su libro El dilema del onmívoro, cuya lectura os recomiendo. Pero, eso sí, quien quiera incluir una receta de caza tiene que tener la sangre fría de cazar él o ella misma.

Lo más interesante del concurso del año pasado fue leer vuestras historias, donde encontrasteis tal o cual planta, cómo vuestro abuelo os llevaba con él a recolectar lavanda o endrinas, así que contadnos qué habéis encontrado, en donde, lo que habéis aprendido sobre esa planta.  Colgad la receta en vuestro blog enlazando a este evento, y dejadme el enlace en los comentarios de la entrada. Quien no tenga blog y quiera participar puede enviarme la receta por correo electrónico a comida(punto)silvestre(arroba)gmail(punto)com junto con una foto y yo la colgaré en el blog cuando haga el resumen). Tenéis hasta el  31 de octubre para participar. Si queréis, podéis anunciar el evento con su logo en vuestro blog copiando el siguiente código:

 <a href="http://laflordelcalabacin.blogspot.com/2011/09/ii-concurso-de-comida-silvestre-con.html"><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtv06YYALV3x6cpezOFNAG2e1wNi3NHJyies3-M54aUZG-EM6UfmjT-NK6bWv_vEzKWR6aPEKptao_wg-2aOqgB-opFxcLiwXGYDePOwq5Wmp3Zi19vh9Q9yOH4YL1xmtY4XdEnyKlDQ/s1600/WILD-FOOD-2011-escaramujos-200x200.jpg" width="200" /></a>

Entre las recetas participantes realizaremos un sorteo y el ganador o ganadora recibirá un mandil de cocina con el logo del concurso y un paquete con productos preparados por nosotros con comida silvestre. Y de nuevo me comprometo a hacer un resumen con todas las recetas, ordenadas por temas (setas; flores, hierbas, y plantas aromáticas; frutas y bayas; frutos secos; caza y pesca) que nos pueda servir de inspiración a todos. El resumen del año pasado lo podéis encontrar aquí.

Os dejo algunos recursos que os pueden ser de utilidad, aunque lamentablemente en España aún no hay mucha información al respecto:
  • para los que habláis inglés: la web de Green Deane "Eat the weeds", donde hay fichas y vídeos sobre multitud de plantas, o la de Fergus Drennan, "Wild man wild food"
  • para los que vivís en Canarias: el blog del osito Paco, "Locávoro"
  • información sobre plantas en general: infojardín
Y algunos consejos para ser un buen recolector silvestre:
  • nunca arranquéís las plantas enteras. Tomad trozos de varios especímenes, tratando de no matar la planta, para que pueda seguir produciendo. Es útil llevar una navaja o tijeras.
  • tratad de no llevaros las semillas, sobre todo de plantas anuales, de manera que puedan volver a germinar al año siguiente. Si recogeis setas, nunca uséis bolsas plásticas, usad cesta, para que las esporas caigan al suelo. Tampoco uséis rastrillos ni utensilios que perturben el habitat.
Y, por si os sirve de inspiración, este año me gustaría animaros a que me envieis recetas de licores. La receta de pacharán de vuestra familia, esa receta de licor de higos que os enseñó una amiga, de moras, de laurel.... Yo os dejo nuestra receta de licor de madroño.

Licor de madroño

1/2 botella de madroños
350 ml de aguardiente de caña (o 125 ml de alcohol del de hacer licores + 200 ml de agua)
75 gr de azúcar

Este licor lo hicimos con caña, que es un aguardiente que se saca de la caña de azúcar y que tiene una gradación del 37,5%. Si lo hacéis con alcohol del de hacer licores, del que venden en la farmacia (pero no el de las heridas, ¿eh? tiene que ser alcohol etílico apto para consumo humano), como tiene una gradación del 96% tendréis que diluirlo para que el licor final tenga una gradación cercana al 30% o 40%. Para ello se ponen los madroños en el alcohol, y más tarde a la hora de añadir el azúcar esté se diluirá con el agua y el sirope resultante se añadirá al alcohol. Por ejemplo, 135 ml de alcohol de 96% con 215 ml de agua en la que disolveremos el azúcar, darían un licor de gradación del 37% (0,96*135/(135+215)), más o menos lo mismo que usando caña. En realidad, el licor tendrá algo más de gradación, teniendo en cuenta que subirá por la fermentación de los azúcares y, en este caso porque los madroños ya son algo alcohólicos de por si.


Procedimiento:
Lavar los madroños, ponerlos  en una botella de cuello ancho y cubrirlos con el alcohol o la caña. Dejarlos reposar en un lugar oscuro durante un par de meses (los nuestros se tiraron en ese estado 8 meses, ejem ejem). 
Pasado ese tiempo, filtrar el contenido de la botella. Añadir el azúcar y remover bien. Si usáis alcohol en lugar de caña, disolver el azúcar en al agua y añadir este sirope al alcohol. Remover bien, y dejar en un lugar oscuro hasta que se disuelva todo el azúcar, removiendo de vez en cuando.

Beber con moderación y en buena compañía.
Animaos a participar en el concurso, ¡esperamos vuestras recetas!