viernes, 31 de octubre de 2008

Corona de centeno y pipas y el pan del maestro


Me estoy aficionando a esto del pan de centeno. Es cierto que los panes de centeno son menos amigables a la hora de amasarlos, se pegan los condenados a los dedos y tienes que estar mojándote las manos todo el rato para poder trabajarlos. Pero luego saben tan bien, huelen tan bien cuando los horneas, que eso compensa la dificultad que añaden a la labor panadera.
Para hacer este pan me he inspirado en una fórmula que vi en "El aprendiz de panadero". La fórmula no la seguí en absoluto, porque últimamente soy poco de libros y me da por experimentar, pero la forma del pan y la combinación de pipas y centeno sí la saqué de ahí.
Los ingredientes para hacer este pan son los siguientes:

250 gr de masa madre de centeno blanco
140 ml de agua
250 gr de harina de centeno oscuro
250 gr de harina de fuerza
10 gr de "sal de charco" (la compré en Lanzarote y se parece a la sal gris de Normandía, sólo que el nombre es menos pijo)
pipas de calabaza para la masa y de girasol para la corteza

Día uno: por la mañana, antes de irme a trabajar, refresqué la masa madre y la dejé a temperatura ambiente (aquí, 19º-20º, jeje). Por la tarde, mezclé la masa madre con las harinas, el agua y la sal, dejé que reposará 15 minutos para que las harinas absorbieran el agua y luego amasé, pero no demasiado tiempo. El centeno, amasado demasiado tiempo, puede quedar correoso (Mr Reinhardt dixit). Dejé la masa un par de horas a temperatura ambiente y luego la dejé toda la noche en la nevera. La novedad es que seguí el consejo de rociarla de aceite con un spray, y la verdad que así no se seca. Creo que este truco lo seguiré usando.

Día dos: por la mañana, mezclé la masa con las pipas, y aquí, debo reconocerlo cometí un error. La masa de centeno, lo mejor es desgasificarla lo menos posible una vez que ha fermentado. Pero claro, para incluirle las pipas, tuve que manosearla bastante. Así que, si alguien quiere hacer este pan, le recomiendo que incluya las pipas antes de la primera fermentación y no después. El pan sale bueno de todos modos, pero creo que debería haber subido más. Después de incluir las pipas en la masa, le di forma de corona, haciendo una bola primero, a la que se le hace un agujero en el centro y se va estirando para darle forma de rosca. Se pone la rosca encima de un papel de horno enharinado, se ponen las pipas de girasol por encima, y lo dejé a temperatura ambiente una media hora y luego en nevera hasta la tarde. A la vuelta del trabajo, lo saqué de la nevera y calenté el horno a 230º. Metí el pan en el horno, eché agua a las paredes del horno un par de veces los primeros 5 minutos, y dejé el pan 15 minutos a 220º y otros 15 minutos a 180º. A mitad de horneado lo giré 180º. Luego lo dejé enfriarse en un rejilla.
La combinación de sabor de las pipas y el centeno es brutal. Aunque la próxima vez, también tostaré las pipas.


Y ahora, para que os muráis de la envidia, os voy a enseñar el regalazo que me trajo un amigo que vino a verme la semana pasada de París. Tachán tachán......

¡una miche Poilâne!
Para los no iniciados, la Boulangerie Poilâne se considera una de las mejores panaderías de Francia, las miches Poilâne se hacen con harinas orgánicas, masa madre y horno de leña, y Monsieur Poilâne tiene sus ideas propias acerca del pan, como por ejemplo, que cada pan lo hace un panadero de principio a fin, y que sus hornos no tienen termostato y el panadero debe desarrollar un instinto que le indique cuando sacar el pan del horno. La verdad es que el pan era muy sabroso, de color cremoso, miga consistente y corteza crujiente, y nos duró más de una semana en perfecto estado. En fin, que anda que no me queda hasta que haga una hogaza como las del Poilâne......

martes, 28 de octubre de 2008

Crujiente de calabaza y gofio


Quiero agradeceros vuestros mensajes de apoyo tras el desagradable incidente con la entrada anterior. Espero que no se repita, pero durante una temporada ahí seguirá la moderación de comentarios, aunque es algo que no me guste demasiado. Debo aclarar que quien escribe "los consejos de Paco" no soy yo, es un "oso" de metro ochenta y cinco ex-jugador de waterpolo, de naturaleza tranquila pero al que es mejor no tocarle las garras. Así que si alguien tiene intención de molestarle, ¡le recomiendo que tenga el spray de pimienta a mano!

Esta receta es la que presentó Cannella en el HEMC dedicado a la calabaza. La receta original la podéis encontrar aquí. Yo modifiqué algunas cosas. Por ejemplo hice una versión vegetariana, sin jamón ni parmesano y sustituyendo la mantequilla para hacer el crumble por aceite de oliva porque es por todos sabido que a los estómagos de los osos adultos no les sienta bien la lactosa. También sustituí la harina por gofio. La combinación de calabaza con gofio me encanta, pero lo que no me salió demasiado bien fue el crumble con aceite de oliva. La verdad, no quedó nada crujiente. Ya me había avisado Bea, que para ciertas cosas la sustitución de mantequilla por aceite no es evidente, pero bueno, ¡tenía que probar! De todos modos, nos gustó mucho y nos sentó muy bien, al oso y a mí.

sábado, 25 de octubre de 2008

Los consejos de Paco: "Producto de Canarias"


Publico este artículo ante la indignación que me produce pensar en otros incautos ositos (e incluso otros humanos) que como yo, compren productos con el simbolito de "Producto de Canarias" creyendo que adquieren una cosa que realmente no es.


Nuestro consumo de productos canarios no se basa en ideas independentistas sino en criterios de sostenibilidad. Vivimos en unas islas y no podemos olvidar la distancia que nos separa del continente. La gente compra botellas de agua sin considerar que para traer una botella de Evian hay que desplazarla mas de 3000 kms de su fuente de origen... todo por la gran exquisitez de... ¿beber agua? Es por ello, por lo que en esta casa, preferimos consumir productos canarios. Por el medioambiente, y porque genera comercio e industria en las islas, porque en el caso de la agricultura nos porporciona productos más frescos y que hayan podido madurar en la planta y no en cámaras, y porque nos prepara para ser menos dependientes del petróleo para poder conseguir productos de primera necesidad... y bueno, también porque en las islas hay productos excelentes que nada tienen que envidiar a los que vienen de por ahí. Todo son ventajas.

Esto no es nuevo, pues es uno de los ideales que persiguen el colectivo de "Slow Food" y "Terra Madre", existe incluso ya la dieta de las cien millas, y en medio mundo se habla de la soberanía alimentaria. Que Canarias pueda autoabastecerse es probablemente imposible pero por lo menos podríamos intentar acercarnos a ese ideal.

Pero saltó la alarma: en la sección de carne de un supermercado, encontré este "filete de ternera" con el sello de los dos pajaritos, donde refleja "Producto de Canarias" y su trazabilidad:

Nacida en HOLANDA, Criada en HOLANDA, Sacrificada en HOLANDA, Despiece en HOLANDA... pero entonces ¿Por qué lleva el "Producto de Canarias"? Pues para captar a ositos ineptos como yo !!

Indignado escribí al Gobierno de Canarias, quien me contestó rápidamente con la respuesta a mis dudas:

"Le informamos que el logotipo de los dos pajaritos azul y amarillo es de carácter privado, propiedad de ASINCA, Asociación Industrial de Canarias."

De manera que el sello de ASINCA da lugar a confusión, y no sirve para asegurar que la materia prima sea canaria, sino que la empresa está afiliada a dicha asociación, que es algo muy diferente a lo que en esta casa vamos buscando.

El sello regulado (según este enlace del Diario Oficial de las Comunidades Europeas DOCE 1999/165/CE) es el otro, el de la izquierda, que nos asegura (y reproduzco literalmente):

1. El símbolo gráfico se aplicará a los productos naturales, agrícolas o pesqueros, obtenidos en Canarias.
2. Para los productos transformados específicos de la Comunidad Autónoma de Canarias, cuya característica principal proceda de la materia prima básica utilizada, esta deberá ser originaria de Canarias en, al menos, un 90% en volumen. Para los productos transformados en los que la característica principal sea el proceso de elaboración se atenderá a la especificidad de dicho proceso.
3. Todos estos productos deberán presentar características que sean propias de los productos de Canarias, entendiendo por tales aquellas que afecten a las condiciones, modos y técnicas de cultivo, de producción o de fabricación, así como en lo que respecta a normas de presentación y acondicionamiento.
4. El uso del símbolo gráfico queda reservado a productos de calidad superior. La calidad estará definida de acuerdo a las disposiciones de la reglamentación comunitaria o, en su defecto, por las normas internacionales.

Lo dicho, que cada uno compre lo que quiera, pero que nadie se confunda creyendo comprar lo que no compra. El símbolo de la izquierda asegura que apoyamos el comercio local, el de la derecha no.

Por motivos ajenos a mi voluntad no publicaré comentarios en esta entrada.

martes, 21 de octubre de 2008

HEMC #26: pollo kashmiri


Esta es mi contribución al HEMC #26: recetas aptas para diabéticos, que ha propuesto Don Lucho. El tema me parece interesante, porque poco se sabe de lo que en realidad un diabético debe o no comer. Que no deben tomar azúcar, está claro, pero no todo el mundo sabe que también deben tener cuidado con el alcochol o con los hidratos de carbono, porque se acaban transformando en azúcares, y que por el mismo motivo les es más recomendable el pan integral de centeno que el pan de trigo blanco.
Yo he decidido participar con esta receta que preparé en menos de media hora y que me pareció exquisita. Este es uno de mis platos favoritos de la cocina hindú, cuando estoy en Madrid y voy a alguno de los restaurantes indios que hay por Lavapiés me encanta pedirlo, pero no tenía ni idea de como prepararlo, hasta que lo encontré en "el gran libro del wok". Es muy muy fácil y el resultado es bastante sorprendente. Miré en la página de la Fundación para la Diabetes para asegurarme de que era apta para diabéticos, y vi que el yogur está catalogado como alimento de absorción rápida de consumo diario, y el pollo no hace subir el azúcar porque tiene grasas y proteínas pero no hidratos.

Ingredientes:

500 gr de pollo, deshuesado y cortado en dados
4 granos de pimienta
1 cucharadita de cardamomo en polvo
2 cm de rama de canela
2 cm de jengibre fresco, pelado y picado
1 cucharadita de pimentón dulce
250 ml de yogur natural
aceite de oliva virgen extra y sal

Como ya expliqué aquí, una de las cosas a tener en cuenta cuando se cocina con wok es que hay que tener todo preparado antes de ponerlo al fuego. Esto es particularmente importante si se va a cocinar pollo, porque hay que estar moviéndolo constantemente para que no se pegue, así que no habrá tiempo de preparar las especias ni de sacar el yogur de la nevera. Antes de calentar el wok, deshuesar y trocear el pollo, y poner todas las especias en un mortero y majarlas bien. Preparar el yogur para que esté a mano cuando lo necesitemos. Poner el wok al fuego, calentarlo un poco y añadir el aceite. Seguir calentándolo y cuando el aceite esté bien caliente echar los trozos de pollo y remover todo el tiempo mientras se van dorando. A los dos o tres minutos añadir las especias, remover hasta que veamos que el pollo está doradito y entonces añadir el yogur. Remover y bajar un poco el fuego, y dejar que cueza hasta que veamos que la salsa espesa.
Servir bien caliente, acompañando de arroz o fideos.

domingo, 19 de octubre de 2008

Mermelada canaria de otoño


El sábado pasado fui a un curso de cocina donde tuve el honor de conocer en persona a Bea, Lego, María Lunarillos y Dimpy. Hice una aparición un poco catastrófica, no sólo llegué tarde sino que además iba con mis mejores galas, directamente llegada de la huerta, ya que ese sábado tuvimos que plantar 100 plantas de fresas, ni más ni menos, y no me dio ni tiempo a pasar por casa a cambiarme. En fin, que espero que nos veamos en otra ocasión en la que tenga más tiempo y esté un poco menos cansada. El curso se llamaba "cocina para regalar", y aprendimos, entre otras cosas, a preparar una mermelada de calabaza. Unos días antes había visto una mermelada de calabaza en el blog de Cerise, y en la cabeza me rondaba la idea de prepararla, así que cuando la vi también en el curso ya pensé que era una señal y que no debía esperar más. El domingo me puse a ello. Decidí modificar la receta, porque para mi gusto en la mermelada que aprendimos a hacer en el curso predominaba demasiado la naranja. Como tenía en casa una manga (que, para los que no lo saben, no es exactamente igual al mango), que ahora están también de temporada en Tenerife, la incluí en mi receta, junto con los cítricos. Al final me quedó una receta casi casi "100 millas" (ya contaré otro día de que va el rollo este de las 100 millas), por eso la he llamado mermelada canaria de otoño.

Ingredientes:

1 kg de calabaza, pelada y cortada en dados
1 naranja
1/2 limón
1 manga
600 gr de azúcar
un trozo de raíz de jengibre pelada y picada

Quitar la piel a la naranja y al limón y dejarla en agua toda la noche. Poner la calabaza, la naranja, el limón y la manga pelados y cortados en trocitos, junto con el azúcar, en un bol y dejarlo macerar toda la noche. Al día siguiente, ponerlo todo en una olla grande, añadir el jengibre picado y la piel de los cítricos y hervir hasta que tenga consistencia de mermelada (yo estuve casi una hora con la mermelada al fuego). Si no os gusta la mermelada con trocitos, pasadlo por la batidora.

Envasar en botes limpios y hacer el vacío (explicado aquí) en caso de que se quiera conservar fuera de la nevera.

jueves, 16 de octubre de 2008

World day of Bread '08: pan dulce de kéfir y pasas y hogaza de trigo blanco pur levain


Esta es mi participación en el World Day of Bread, que organiza 1x umrühren bitte. Me he animado a participar porque me parece una buena iniciativa para convencer a más gente a que se anime a hacer y comer su propio pan. Es un participación doble, porque últimamente estoy haciendo dos panes a la semana y he decidido presentarlos los dos. El primero es más original, y el segundo es un clásico, el pan esencial podríamos decir, el que nunca debería faltar y del que una nunca se cansa.

Pan dulce de kéfir y pasas

1 taza de kéfir (250 ml)
tres tazas de harina de fuerza
1 cucharada de miel
1 cucharada de azúcar moreno
2 cucharaditas de levadura fresca de panadero
1 cucharadita de sal
pasas

Disolver la levadura en el kéfir, añadir la miel, el azúcar y la sal, y poco a poco ir añadiendo la harina. La cantida de harina depende de lo espeso que sea nuestro kéfir. Dejar la mezcla reposar 5 minutos, para que la harina vaya absorbiendo el agua, y luego amasar e ir incorporando las pasas. Dejar reposar la masa en un lugar cálido hasta que suba el doble de su volumen (en mi caso, una hora y media). Aplastar la masa y darle forma al pan tratando de manipular la masa lo mínimo posible. Dejar que vuelva a subir hasta el doble de su volumen. Mientras, precalentar el horno a 210 ºC. Volcar la masa en la bandeja del horno caliente, entallar, y hornear 15 minutos a 210º y 10 minutos a 180º. Dejar enfriar en una rejilla.
Este pan me sorprendió porque realmente olía a brioche cuando estaba horneándolo. He usado el kéfir como sustituto de la leche, porque las bacterias del kéfir digieren la lactosa, de manera que este viene a ser una especie de brioche sin lactosa, apto para alérgicos a la leche.



Hogaza de trigo blanco pur levain
Mi segunda contribución es el pan por antonomasia. Una simple hogaza de trigo blanco, hecha con masa madre. Y nada más.

1 taza de agua
1 taza de masa madre de centeno blanco, recién alimentada y burbujeante
500 gr de harina de trigo orgánico Harimsa
1 cucharadita de sal

Se mezcla el agua con la masa madre y la sal. Se va incorporando la harina. Se deja reposar para que la harina absorba el agua. Se amasa bien, dejando la masa un poquito pegajosa. Se deja reposar, en un bol cerrado, unas horas hasta que doble su volumen, o toda la noche en la nevera. Se aplasta la masa y se da forma a la hogaza, y se vuelve a dejar que suba al doble de su volumen. Se hornea 15 minutos en horno precalentado a 220ºC, y luego 15 minutos más a 190ºC.
De este pan no me cansaré jamás. Aúna sencillez y autenticidad.

martes, 14 de octubre de 2008

Más razones para boicotear a Starbucks

La cadena estadounidense Starbucks consume tanta agua como la que necesitaría la población de Namibia

La cadena estadounidense de cafeterías Starbucks ha sido acusada por un diario británico de malgastar 23 millones de litros de agua al día por una política de higiene que obliga a mantener abiertos ininterrumpidamente los grifos de sus 10.000 sucursales.
El tabloide The Sun calcula que cada 83 minutos podría llenarse una piscina olímpica con el agua desperdiciada y que los millones de litros malgastados diariamente servirían para proveer de agua a la población de Namibia, uno de los países más secos del planeta.
Cada cafetería de Starbucks tiene un fregadero detrás del mostrador que se utiliza para lavar cucharas y otros utensilios y cuyo grifo, de agua fría, está abierto ininterrumpidamente, incluso cuando no hay nada para enjuagar.
El periódico decidió llevar a cabo una investigación tras escuchar la historia de una pareja que se quejó a Starbucks al darse cuenta de que el establecimiento que frecuentaban malgastaba agua. Según esta pareja, la compañía le explicó que los grifos están abiertos como una medida de higiene para evitar que las bacterias se reproduzcan en las tuberías.
Tras la repercusión de la noticia, la compañía multinacional, que se define como una firma respetuosa con el medio ambiente, se defendió de las acusaciones alegando que este sistema de limpieza "asegura o excede los estándares de salud" dictados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los organismos competentes de la Unión Europea y EEUU.
En un escenario mundial en el que el agua es un bien cada vez más escaso, The Sun explica que la cantidad de agua desperdiciada por un grifo de la cadena de cafeterías durante tres minutos correspondería a la cantidad que necesitaría un ciudadano africano para sobrevivir un día.
fuente: Rebelión

¡únete al boicot a Starbucks!

domingo, 12 de octubre de 2008

Hogaza de centeno, miel y matalauva



Mi masa madre ha tardado una semana en volver a tener el brío que tenía antes de las vacaciones. He recuperado las buenas costumbres, y vuelvo a hornear pan los domingos, y el domingo pasado hice este pan que por fin creció por donde debía, de manera uniforme, no como los primeros panes que hice nada más regresar.
Estos son los ingredientes para una señora hogaza de 1200 gr:

360 ml de agua (1 taza y 1/2)
360 ml de masa madre de centeno integral
500 gr de harina de centeno clara
250 gr de harina de fuerza
2 cucharadas de miel
1 cucharadita de sal
matalauva al gusto

Se mezcla la harina con el agua y la masa madre y se deja reposar unos 10 minutillos para que la harina pueda absorber la humedad. Luego se amasa otros diez minutos, añadiendo más harina si es necesario pero teniendo en cuenta que al tener mucho centeno la masa tiene que quedar algo pegajosa. Se deja reposar, bien fuera de la nevera hasta que doble su volumen, o bien como hice yo toda la noche dentro de la nevera, metido en un bol y bien tapado para que no se seque.
A la mañana siguiente, se aplasta la masa para que se deshinche, y, sin manipularlo demasiado, se da forma al pan. Se deja subir en su cestito (o en una bandeja) metido en una bolsa de plástico dentro de la nevera, se va una al curro, y cuando vuelves calientas el horno a 220º, sacas el cestito de la nevera, vuelcas el pan en la bandeja precalentada, lo entallas y lo horneas 15 minutos a 220º y otros 15 a 190º. Para que quede la corteza crujiente, echar agua con un spray un par de veces al principio del horneado. El pan está hecho cuando suene a hueco al darle unos golpecitos por la base.
A mi me gusta mucho el sabor que le da la matalauva al pan. Este pan lo comimos con una crema de calabaza y estaba de vicio.
Que empecéis bien la semana.


jueves, 9 de octubre de 2008

La alegría de la huerta


El huerto sigue llenándonos de alegría. Ahora son las fresas, que tras el calor del verano han agradecido las primeras lluvias y el fresquito, y se han puesto a producir como locas. Sólo tenemos una hilera con 6 o 7 plantas, pero están dando más de un kilo de fresas a la semana. Ayer recogimos 450 gr. No da para hacer mermelada, pero sí para un estupendo postre. Y este fin de semana, si lo permite la meteorología, vamos a plantar 6 hileras más. Así que la próxima primavera, ¡nos vamos a poner las botas! Son las mejores fresas que he comido (si exceptuamos las fresas salvajes que crecen en los Alpes). En septiembre fueron los higos y ahora las fresas, esto es una maravilla.
Además por fin ha salido una calabaza, cruzaremos los dedos para que prospere. Y los tomates ya están madurando, tardíamente porque los plantamos en julio.


Y por supuesto seguimos teniendo acelgas, alguna lechuga (y eso que muy pocas han sobrevivido al calor del verano) y alguna mini zanahoria que hemos recogido tras realizar un clareo para que el resto engorden más.

Y se me olvidaba, ¡las piñas de millo! (mazorcas de maíz para los peninsulares).

martes, 7 de octubre de 2008

Cocinando con el wok: noodles vegetarianos


Hemos estado informándonos sobre como usar el wok, y después de algunas pruebas creo que ya le vamos pillando el truco. Un wok como el nuestro, de hierro fundido, tiene la ventaja de calentarse mucho de manera que la comida se hace rápidamente sin perder sus nutrientes. Las verduras, que es lo que más cocinamos, quedan crujientes pero no crudas, un punto que es muy difícil de conseguir con una sartén normal. Para cocinar en wok hay que seguir unas pautas. La más importante es tener todo preparado antes de poner el wok al fuego. Hay que cortar todo y dejar las salsas preparadas, porque una vez puestos en faena, tendremos que remover constantemente lo que hayamos puesto al fuego, porque se hace realmente rápido, de manera que no nos dará tiempo a andar pelando y cortando otros ingredientes. También hay que cortar todo en trozos de un tamaño uniforme, y no demasiado grande.
Al principio hacíamos verduras rehogadas sin más, pero ya el otro día nos animamos a hacer algo un poquito más elaborado.
Teníamos por la nevera unas judías verdes, zanahorias y puerros. Lo partimos todo en trozos no muy grandes (pero tampoco picado) y lo reservamos. Preparamos una salsa con dos cucharadas soperas de salsa de soja tipo japonés, una cucharada de salsa de ostras, una cucharada de miel, cilantro fresco picado, y la salsita que nos había sobrado de hacer unos muslos de pollo al horno. Como la salsa de ostras era muy espesa, lo diluí con un poquito de agua.
Entonces pusimos el wok al fuego, cuando ya estaba un poco caliente pusimos un poco de aceite de oliva virgen en el fondo, no demasiado, esta es otra ventaja del wok, que se puede cocinar sin apenas aceite. Cuando esté bien caliente el aceite, se rehoga durante unos minutos las judías verdes y la zanahoria, removiendo constantemente, y luego se añade el puerro. Se rehoga otro par de minutos, y se añade la salsa. Como está tan caliente, la salsa empezará a hervir rápidamente, y en cinco minutos las verduras estarán en su punto.
Previemente habíamos preparado unos noodles al huevo. La manera de prepararlos depende del tipo de noodles, en este caso había que hervir agua y añadir los noodles justo cuando hierve, retirar del fuego, tapar, dejar 5 minutos, y al colador.
Cuando estén las verduras, se añaden los noodles al wok y se mezclan bien. Una vez preparado, hay que servir rápidamente y comer bien caliente.
A mi me gustó porque es otra manera de comer las judías verdes, diferente del típico hervido o de las judías con patatas. Además, que en 10 minutos tienes una cena deliciosa y muy sana. La verdad que nos hemos aficionado y lo usamos mucho.
El wok hay que limpiarlo con una esponja y agua sin jabón. No se debe dejar sucio mucho tiempo ni tampoco con agua, para que no se oxide. Una vez limpio, aplicar una capita de aceite. De esa manera se conservará en óptimas condiciones durante mucho tiempo.

viernes, 3 de octubre de 2008

Lanzarote


Esto empieza a parecer un diario de viajes más que un blog de cocina. Pero no os preocupéis, para bien o para mal este es el último viaje de las vacaciones. Ahora toca centrarse, enfrentarse al horario de invierno de nuevo, y volver a cocinar, eso es lo bueno.
El lunes por la noche volví de Lanzarote. A mi lo de volar no me emociona, pero para ir a las islas orientales no hay más remedio. La otra opción es el ferry, que tarda una noche entera, y eso te impide hacer escapadas de fin de semana. Así que apechugué y me subí en "el avión pepito", como llama mi madre a los aviones/avionetas de hélices que hacen los trayectos entre islas. Estos aviones saltan a la mínima turbulencia y hacen un ruido infernal, pero lo bueno que tienen es que en menos de 50 minutos llegas a la isla más alejada de Tenerife, que es Lanzarote, y en 30 minutos llegas a La Palma o a Gran Canaria. Para la gente de aquí, es casi como la guagua.
A los que piensen que todas las islas Canarias se parecen les diré que se equivocan. Cada isla es un mundo, son todas diferentes y muy interesantes cada una a su manera. Lanzarote es la más volcánica de todas. Tiene unos paisajes muy dramáticos, muchos pequeños volcanes, coladas de lava por todas partes, además de lava tipo hawaiiano, que es mucho más impresionante. Además es una de las islas que ha controlado más el turismo, gracias a la influencia del artista César Manrique que empezó a alertar sobre las nefastas consecuencias que tendría llenar toda la isla de resorts de vacaciones. En el sur de la isla se encuentran Arrecife, Puerto del Carmen y Playa Blanca que es la zona de los grandes hoteles y las playas de guiris, pero en el norte de la isla el paisaje se ha mantenido casi intacto, y recorrerla es un placer porque hay zonas en las que no hay trazas de civilización hasta donde te alcanza la vista. En el centro de la isla hay grandes extensiones de viñedos, los característicos viñedos de Lanzarote, donde cada viña hay que protegerla con un murete de rocas debido a la fuerza que alcanza el viento y donde se utiliza el polvo negro de la roca volcánica para tapar el suelo y que de esa manera se conserve la humedad y la temperatura.
Nos alojamos en Casa Dominique, una casa rural preciosa al lado de la Caleta de Famara. En ese pueblo no hay ni farmacia, ni cajero automático, ni nada, me recordaba al pueblo donde yo veraneaba de pequeña en el Mar Menor. A pesar de que había bastantes extranjeros, el pueblo ha mantenido su aspecto y sus costumbres. Calles de tierra, casas blancas, y ¡todo cerrado a las nueve! El lugar perfecto para ir a descansar y a desconectarte del mundo, yo a la vuelta no me acordaba ni de mi nombre. Nos despertaba el sol y dedicábamos al menos una hora a desayunar, porque Dominique además de ser encantadora prepara unos super desayunos. Estábamos tan a gusto en la casa que nos costaba ponernos en marcha.

Aún así pudimos visitar algunos lugares, como el Parque Nacional de Timafaya. El Parque está en los terrenos que quedaron cubiertos de lava durante las erupciones que asolaron la isla durante seis años. Esa zona era el granero de la isla, la zona de tierras más fértiles, y la erupción fue un gran desastre. Ahora el Parque se puede visitar sólo en guagua, está prohibido el acceso en coche particular y sólo se puede visitar a pie con las rutas guiadas que hay que reservar con mucho adelanto. Pero la visita merece la pena por las espectaculares vistas que ofrece.

Otras vistas recomendadas son el Mirador del Río, desde donde hay una preciosa vista de la isla de la Graciosa, la casa de César Manrique, la zona de La Geria donde están la mayor parte de las bodegas (que producen la mítica Malvasía de Lanzarote) los pueblos de Teguise y Haría. Lo mejor es tomárselo con calma, disfrutar del excelente pescado fresco (muy recomendable el restaurante Amanecer en Arrieta), aprovechar las playas del norte, nada masificadas, y ver la tierra rodar un rato.
A mi lo que me gustó mucho fue la calma y el descanso para la vista que representa el paisaje de la isla. Lo dicho, muy recomendable para quien necesite olvidarse de todo.