"Comer es un acto agrícola", como bien escribió Wendell Berry, y con ello se refería a que no sólo somos pasivos consumidores de comida, sino que participamos en la creación de los sistemas de los que nos alimentamos. Dependiendo de cómo lo empleemos, el dinero de la compra puede ir a apoyar una industria alimentaria dedicada a la cantidad, la comodidad y el valor o puede nutrir una cadena alimenticia que gire en torno a valores como la calidad y la salud. Sí, comprar de esta manera cuesta más dinero y más esfuerzo, pero cuando empiece a considerar ese desembolso no como una compra simplemente, sino como una especie de voto -un voto por la salud en el sentido más amplio-, la comida dejará de parecerle el lugar más inteligente para economizar.
Michel Pollan, "El detective en el supermercado"
La primavera ha sido generosa con nosotros. Lechugas, rabanitos, espinacas, canónigos, guisantes, algún calabacín, más de 20 kilos de fresas..... Ahora ya apuntan los primeros tomates, aún verdes, las fresas han ralentizado su producción adormiladas por el calor del verano, los calabacines y las calabazas se han extendido por toda la huerta, y los pimientos y las berenjenas van creciendo poco a poco.
No hemos tenido grandes problemas, excepto unas molestas orugas negras que parecen disfrutar de lo lindo comiéndose las hojas de nuestras fresas. Pero incluso en ese caso ha quedado demostrado que respetar el equilibrio biológico, no usando ningún tipo de guarrería química, es efectivo. Repentinamente tuvimos una invasión de saltamontes, no sabíamos por qué. Pues bien, esta invasión coincidió con la aparición de las orugas. Los saltamontes vinieron a comerse las larvas de las orugas, restableciendo así el equilibrio en la huerta sin necesidad de químicos. No se a vosotros, pero a mí estas cosas me siguen maravillando.
No hemos tenido grandes problemas, excepto unas molestas orugas negras que parecen disfrutar de lo lindo comiéndose las hojas de nuestras fresas. Pero incluso en ese caso ha quedado demostrado que respetar el equilibrio biológico, no usando ningún tipo de guarrería química, es efectivo. Repentinamente tuvimos una invasión de saltamontes, no sabíamos por qué. Pues bien, esta invasión coincidió con la aparición de las orugas. Los saltamontes vinieron a comerse las larvas de las orugas, restableciendo así el equilibrio en la huerta sin necesidad de químicos. No se a vosotros, pero a mí estas cosas me siguen maravillando.
¡Que aspecto tan sano tienen esos guisantes!,me gustan crudos y esos están para comérselos. Y los rábanos, si mi madre los ve no te queda ni uno.
ResponderEliminarPreciosos y de aspecto saludable los productos de tu huerto y seguro de mejor sabor. Te felicito. Un saludo
Enhorabuena por tu huerto. Que maravilla¡¡¡ Yolanda
ResponderEliminar¡Gracias Susan! Los guisantes nos los comimos crudos en ensalada, es increíble lo diferentes que saben a los comprados :) Los excedentes los congelamos. Y los rabanitos no necesitan más que un poco de aceite y sal, y tenemos muchos, ¡dile a tu madre que se pase por nuestra huerta!
ResponderEliminarYolanda, ¡muchas gracias!
besos.
¡Felicitaciones por esta huerta maravillosa! Que alegría comer productos sembrados y cosechados por uno mismo. Todo tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarUn beso
Vaya si es milagroso! Que satisfacción comer lo que has cultivado y cuidado por tiempo. Que suerte poder tener huerto. A mi me gustaría pero viviendo en un piso es complicado ... Se que nada tiene que ver con la fruta triste de los supermercados, el olor, la gran diferencia que existe y sobretodo lo sano que es ... pero es complicado comprarlo todo ecológico, no que no comamos químico por un lado lo comeremos por otro ... pero la intención y la voluntad de cambiar está ahí presente! Besos, Montse.
ResponderEliminarSol, muchas gracias, la verdad es que sí, la huertita es una fuente constante de satisfacción :)
ResponderEliminarMontse, nosotros también vivimos en un piso, en el centro de Santa Cruz, y como no tenemos ni terraza pues alquilamos un terrenito a una chica que ha montado una finca ecológica a las afueras de La Laguna. Vamos un par de veces por semana. Sé que en otras ciudades también existen este tipo de iniciativas (por lo menos en Madrid y Barcelona, porque mi cuñado tiene una huertita en Alcorcón). Pero de todos modos también es increíble todo lo que se puede sacar de una maceta en la terraza :) ¡anímate!
Pero que envidia me das ¡¡¡
ResponderEliminarY hoy me sirves de freno, porque estaba al borde de pasar de orgánicos, resulta que me he escapado del trabajo a media mañana porque no tenía fruta, y me he acercado a Alcampo, por la cosa de que tienen ecológicos, he cogido cuatro manzanas, y al pagar 2,99€ ... la madre que nos ... en fin, egque son caros, pero encima cojo una para comerme y me fijo en la etiqueta, que si, que son ecológicas ¡¡¡ pero vienen de argentina ¡¡¡¡ osea que he pagado 2,99 por cuatro manzanas más bien chiquititas, que encima se han recorrido medio mundo consumiendo combustible ... y ya estaba yo diciendo, "pues se acabo, no vuelvo a comprar nada BIO" ...
Y entonces entro a tu blog y leo eso y veo el huerto y aysssss ... mierda de crisis ... ¿vendes excedentes??
eu, entiendo tu cabreo, la verdad que ahí me has dado, porque a mí también me repatea comprar cosas que vienen de lejos, por muy biológicas que sean. Al final, con tanto combustible quemado, ¡dejan de ser ecológicas!
ResponderEliminarTengo que reconocer que entre unos aguacates del norte de Tenerife que no son eco y unos del quinto pino que sí lo son, me quedo con los de Tenerife. Aunque en el caso de las manzanas, sabiendo la cantidad de pesticidas que les echan (las manzanas son de lo peorcito!) ¡creo que hiciste bien!
Los precios no me queman tanto, ahora que sé la dedicación que requiere una finca ecológica :)
Y excedentes, difícilmente, somos 7 los comuneros que trabajamos la huerta, ¡y nunca sobra nada!
un beso.
Ajonjoli,
ResponderEliminarNo me digas que ese huerto es tuyo! Que gozada, que envidia me das...
Bueno, tu anterior post también me ha dado mucha envidia...que pan!
De poner los dientes largos!
Lo mismo que marilu: qué E-N-V-I-D-I-A!
ResponderEliminarYo creo que, cuando se lo puede permitir uno, merece la pena pagar la diferencia, se nota mucho, y no sólo en la verdura y la fruta: también en los huevos, la carne, la harina...
Disfruta de tu huerto, qué suerte!
B*
Marilu, bueno mío solo no es, lo comparto con mi chico y con otros 5 colegas.
ResponderEliminarepa! mientras sea envidia sana.... :) En los huevos se nota muchísimo la diferencia, te tomas unos huevos fritos ecológicos con papas ecológicas, que deben saben a patata, y no tiene comparación. Ahora la chica que nos alquila la huerta va a meter gallinas, y ha dicho que podremos comprarle huevos en la finca, así que estoy encantada!
¡¡ huevos ¡¡¡ no me hableis de huevos, que tengo un vicio con unos huevos en concreto, que les he hecho hasta fotos ... jajajajaja
ResponderEliminarYo les llamo "huevos de gallina feliz"
He mirado bien, aquí, entre estas maravillas, falta algo ;-)))
ResponderEliminarDiosssss qué guisantes!
Uffffff!!! qué retraso llevo!!! que maravilla de.... todo!!!!! Enhorabuena hortelana!!! Besotes!!
ResponderEliminarPor cierto, es curioso lo de las orugas y los saltamontes.....
Que hermosa huerta y que abundante cosecha te ha dejado! muchas felicitaciones! seguire leyendo.
ResponderEliminarbesos!
Carola