Hace mucho que no os daba la lata con el huerto. Y es que los últimos meses varias razones nos han mantenido más alejados de la tierra de lo que hubiéramos deseado. Razones familiares, pero también razones logísticas. La razón logística consistió en que por motivos ajenos a nuestra voluntad tuvimos que dejar el terreno que tuvimos alquilado los últimos años. Una pelotera entre la propietaria de la tierra y la chica que alquilaba las huertitas nos puso a todos de patitas en la calle. Un lío, vaya, sobre todo porque un tercio de nuestro terreno estaba ocupado por fresas, las niñas de nuestros ojos, que son plantas que duran varios años y que no estábamos dispuestos a dejar allí. Yo sólo tenía clara una cosa: no quería quedarme sin huerto. He llegado a un punto en el que lo de la huertita se ha convertido para mi en un desahogo, una terapia..... si estoy de mal humor se me pasa, si estoy triste el contacto con la tierra me ayuda a relativizar las cosas... En fin, que había que encontrar una solución. Afortunadamente ahí estaba nuestro amigo R., nuestro compañero de trigo, que nos acogió en su huerta, a nosotros y a nuestras 100 pequeñuelas, así que ahora estamos empezando una nueva etapa huertana.
Todo este lío unido a los sucesos de los últimos meses han hecho que recuerde a menudo la frase con la que termina Cándido o el optimismo, la novela de Voltaire. Es increíble como para algunas cosas los seres humanos hemos cambiado poco, ya que en el fondo seguimos teniendo los mismos problemas de los que trata esta novela del siglo XVIII. En ella Cándido se dedica a recorrer el mundo persiguiendo a su amada Cunegunda, y por el camino le suceden todo tipo de infortunios, aunque el protagonista mantiene su filosofía de que "todo sucede para bien en el mejor de los mundos posibles". Cándido se encuentra en su camino a todo tipo de personajes, ricos aristócratas y pobres mendigos, y se sorprende al darse cuenta de que todos ellos, tanto los ricos como los pobres, los monjes o las duquesas, le confiesan que se consideran las personas más desdichadas de la tierra. Al final de su viaje, Cándido, tras ver tantas desgracias, pierde por completo su acostumbrado optimismo, pero entonces conoce a un hombre que se considera afortunado y feliz, un hombre que se dedica a trabajar su huerta cerca de Estambul. Allí se establece Cándido con sus compañeros de viaje, y termina su largo viaje en busca de la felicidad diciendo "il faut cultiver notre jardin". Hay que trabajar nuestra huerta. Hay múltiples interpretaciones de este final, pero para mi está claro: la tierra es lo que permanece, y estar en contacto con ella y cuidarla nos ayuda a centrarnos y valorar lo que de verdad es importante. O como dice R., ¡menos hablar y más trabajar!
Así que tras tanta meditación pensé que si os daba las 10 razones por las que merece la pena dedicar el escaso tiempo de que disponemos a cultivar una huerta quizá alguien más se animaría a ponerse manos a la obra. Estamos en febrero, hay que empezar a hacer semilleros, así que es el momento ideal para empezar, ¡no lo dejéis para junio!
Estas son mis 10 razones para cultivar una huerta:
- Porque no hay productos más frescos que los recién recogidos de la huerta, y el sabor es absolutamente imbatible.
- Porque conocer el cultivo es la única manera de saber cuando un producto es de calidad, cuando está fresco y cual es verdaderamente la temporada de cada producto.
- Porque cultivando nos cultivamos, aprendemos los cuidados que necesitan los cultivos, y a su vez nos cuidamos tanto físicamente como mentalmente.
- Porque reducimos nuestra huella ecológica, y hacemos nuestro aporte al eliminar CO2, de manera activa (lo que consumen tus hortalizas) como pasiva (lo que no tiene que ser transportado ni enfriado para ser comprado en el supermercado).
- Porque nos ayuda a conocer nuestro entorno, el clima, las estaciones, y recuperamos la relación directa con el medio.
- Porque devolvemos a la tierra parte de lo que la tierra nos da. Cultivar de manera ecológica enriquece los suelos y los vuelve más fértiles.
- Porque contribuímos a la biodiversidad, creando verdaderos micro-ecosistemas en nuestros cultivos compuestos por lombrices, gusanos, arañas, saltamontes, abejas, pájaros...y mas aún si cultivamos semillas locales de variedades que no le interesan a la industria por motivos económicos.
- Porque aprendemos a trabajar en equipo, si es una huerta comunitaria.
- Porque aprendemos a valorar la agricultura como se merece, y entenderemos que para comprar productos nutritivos y sabrosos es necesario que el agricultor reciba un precio justo por ellos.
- Porque mejoramos el aspecto de nuestro paisaje, recuperando probablemente un poco de esa superficie agraria abandonada y por tanto entristecida.
Y ya si os animáis a sembrar trigo, al nirvana directos. El nuestro ya nos llega por las rodillas.
Qué bonito, Ajonjolí... y qué cierto. Incluso para los que vivimos en una gran ciudad y no podemos tener un huerto (los únicos que encontré aquí en Madrid estaban tan lejos que no había otra manera de llegar que... en coche) tener aunque sea un par de macetas en el balcón y tener que cuidarlas te recuerda un poco todas esas cosas.
ResponderEliminarY quizás otras tareas como hacer pan, etc. tienen mucho que ver con eso; a mí, desde luego me ha ayudado mucho en épocas malas, como cuando me quedé sin trabajo. A tus 10 razones sumaría la del gusto que da ver crecer algo que has plantado tú mismo. Yo no tengo esa suerte, pero al menos me doy el gustazo cuando visito a mi familia en Extremadura.
B*
Creo que me has convencido.
ResponderEliminarA ver si nos ponemos este año, que por terreno no será...
Ohhhh ¡¡¡ Me has emocionado de verdad ¡¡¡¡ Yo que cultivo en el balcón, en macetas, estoy deseando poder cultivar en un espacio mayor, y si fuera en un trocito de tierra sería genial. Maravilloso tu post. Un abrazo.
ResponderEliminarSi yo las razones las tengo clarísimas... me falta la voluntad de ponerme a ello... a ver si este año pongo aunque sea unas matitas de tomates.
ResponderEliminarAjonjoli, que bonito post!!! Estoy totalmente de acuerdo en todo lo que dices... Y el trigo esta magnifico!!!!
ResponderEliminarMis macetas en el balcon es de lo mejor que nos ha pasado... mis hijos disfrutan y aprenden muchisimo!!!
Ahora estoy de excedencia (para poder estar con mis peques) pero en cuanto empiece a trabajar (por los tanto, a cobrar) tengo pensado montar un huerto. Tengo el terreno pero necesito hacer la inversion en el riego por goteo (para que aun sea mas ecologico y aproveche al 100% los recursos naturales).
Vaya rollo te he metido!!!! Lo dicho, que me ha encantado el post! Un besazo
Oh! después de ver estas fotos, yo quiero uno entero para mí sola.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me parece genial.....ojalá un día pueda tener un mini huerto...de momento con un par de macetas en el balcón pues ya es algo no???
ResponderEliminarbesitos
Pues después de leer tu texto estoy por okupar el parque de delante de casa y plantar unas fresitas :) Aunque aquí en Suiza igual es un poco más complicado, por lo del frío y eso... Igual hago como Núria y me animo primero con un par de macetas en la terraza, así los vecinos no me denuncian por ocupación ilegal...
ResponderEliminarBuen fin de semana!
Ajonjolí, me has emocionado. He disfrutado mucho leyendo tu comentario sobre el libro de Voltaire. Ten por seguro que lo buscaré y lo leeré. "Es necesario cultivar nuestro jardin": estoy de acuerdo con tu interpretación, en la que cultivar en la tierra relaja y nos hace mejores y nos damos cuenta de lo que de verdad importa, pero nada más leer la historia con ese final es pensado de manera metafórica: nuestra alma debe enriquecerse día a día con nuestro trabajo, con nuestras vivencias con los demás, con nuestro aprendizaje, debemos cultivarnos culturalmente y espiritualmente, y que todo lo que nos pasa en la vida, bueno o malo, nos sirva para aprender, reflexionar y actuar, en resumidas cuentas: contribuir a "cultivar nuestro jardín", "notre jardin intérieur".
ResponderEliminarYo vivo en la ciudad, me encantaría tener un huerto aunque fuera a las afueras, pero mi pareja es muy urbanita y yo no me siento preparada para llevar un trozo de terreno yo sola. Más quisiera. Por eso admiro tanto a todos los que cultiváis y nos enseñáis vuestros frutos: inyectáis vida, son vuestros hijos de la tierra.
Muchas gracias y mantennos informada de las evoluciones de tu nuevo huerto.
Un besazo!
Totalmente de acuerdo contigo. Yo estoy empezando a invadir el tremendo terreno de mi abuelo, que el pobre ya no está para andar cosechando, porque así me aseguro de que lo que como es de calidad. Un abrazo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Voltaire y con Cándido... Yo siempre he sido muy urbanita; me encanta la gente, el bullicio de las ciudades. Sin embargo, cada día descubro cosas de mi que no sabía que deseaba: tranquilidad, meter las manos en la tierra y ensuciarme como una niña en clase de cerámica, arrancar un tomate y darle un bocado, sentarme en un muro con las piernas colgando, arrimarme a los rompeolas y mojarme... No sé; creo que eso me da mucha vida y es como si me enchufasen a una batería. Si hasta voy a hacer un curso de repostería!
ResponderEliminarPor suerte, nosotros podemos disfrutar de las tierritas de mis padres y hacemos y deshacemos. A ver si el lunes hago fotos, que vamos a recoger algunas papas y preparar un cachito de tierra para el millo.
Te entiendo perfectamente... Cada día más.
Un besote y feliz fin de semana
Yo lo disfruto mucho. Ya tengo mis semilleros en marcha y mis plantones ya empiezan a echar sus primeras hojas "verdaderas"... nuestros jardín es comunitario y cada vecino tenemos nuestro trozo de huerto. Aquí es muy habitual. Como dices es terapéutico el contacto con la tierra. Removerla para que respire, dejar que se caliente, que descanse, que beba... cada día un poquito y cuando empieza a echar frutos la locura. A partir de junio, todos los vecinos nos encontramos cuchillo y cesto en mano a la hora de comer: coger las hojas de lechuga para la ensalada, las hierbas para la verdura, la hierba maggi para la sopa... un ritual maravillo. Mis tomates son los más bellos y ricos así que reparto por entre los demás. A Oma se le dan los calabacines y las calabazas de miedo, así que reparte... y así cada uno... se comparte... ver a lucas "sirviéndose" solo de rabanitos, fresas y zanahorias... un placer que no es comparable. Por cierto, cada vecino planta estos frutos solo para Lucas:-) me gusta y lo que siento es que aquí sea tan corta la temporada... Besos y me encantó tu entrada. Ese buscar de Cándido y al final, como suele pasar, el equilibrio interior solo se consigue si estás en equilibrio con la naturaleza que te rodea: un paseo por lo monte, un baño en el mar, cuidar un huerto... más sano para el alma casi imposible:-)
ResponderEliminarLlevo un par de años que quiero plantar algo (en un pequeño espacio que tenemos, no llega a huerto, pero para algo da) y no me decido. Vamos, que no me pongo con ello! Siempre se me pasan fechas y lo voy dejando. El año pasado fue mi suegra la que me plantó el calabacín...y fue suppppeeer gratificante recolectar las flores como los calabacines. Así que con ese recuerdo como motivación y tus 10 razones, ya no tengo excusa! Y sí, tengo que empezar ya!!Un beso
ResponderEliminarEn casa hoy por fin hemos decidido sacar hierbas y pasar el multicultor.
ResponderEliminarEste año me daba un poco de pereza, pero se que si no hago huerto después me da mucha rabia.
Hoy he comprado una escarola que parecía una plaza de toros. Enorme !! Las mias siempre son más pequeñas, pero saben mil veces mejor y además se lo que como.
Estoy de acuerdo contigo que muchas veces sirve de terapia.
Lo que daría yo por tener un espacio así, cuando voy a casa de mis padres, en la isla de enfrente, mi madre siempre me lleva a su huerta, me cuenta lo que ha plantado, lo que recoge y se me ponen los dientes largos. Me parecen unas diez razones muy "razonables". Un beso guapa.
ResponderEliminarYo tambien cultivo mi huerto y me encanta recoger los productos , ver el colorido , como crecen .La naturaleza es muy agradecida ...BESOS MARIMI
ResponderEliminarMe gustó muho tu post, además que me termina de animar en algo que tenía tiempo ideando. Tengo unas semillas de Limón y quiero sembrarlas. Si me pudieras recomendar alguna pagina web donde encuentre más información sobre los huertos, los tiempos ideales para sembrar y los cuidados que hay que darle a las plantas, sería estupendo!
ResponderEliminarHOLA HOY;
ResponderEliminarSOLO VENGO A PEDIR AYUDA.
REALMENTE LA NECESITO Y CUANTOS MÁS ME AYUDÉIS MEJOR.
VETE A MI BLOG Y LO ENTENDERÁS.
MUCHAS GRACIAS POR AYUDARME.
POR FAVOR, PÁSALE EL COMENTARIO A TODO EL MUNDO QUE CONOZCAS, CUANTOS MÁS ME AYUDEN , MEJOR.
Nombre: Elena Zulueta De Madariaga
Il faut cultiver le jardin!.
ResponderEliminarNo hay cosa que me gratifique más que cultivar mi mini-huerto, tengo un jardín a 1300 metros tipo pradera, en este momento helado, pero cuando empieza allí la primavera comienzo mi plantación calabacín, pimiento, pepino y lechugas de todo tipo, es diminuto pero cada año procuro ampliarlo un par de palmos. Hace quince días estuve removiendo la tierra que estaba helada, no sabes como sudé, pero que placer, acabé reventada pero feliz. Me ha gustado tu espanta-pájaros, yo quiero hacer uno pero no tengo muy claro como hacerlo, pues allí llueve mucho. Un beso
Hola a todas, gracias por vuestros comentarios, estoy hasta arriba de curro así que últimamente lo de contestar es una tarea difícil, pero me ha alegrado enormemente ver cuantas horticultoras hay a mi alrededor!!!
ResponderEliminarElena, te he dejado un comentario en tu blog, no sé si te ayudará pero bueno, al menos habrá que intentarlo....
Anais, yo siempre acudo a http://www.infojardin.com/ cuando tengo dudas sobre algún cultivo. Hay un foro donde preguntar y fichas sobre muchas plantas con muchas información, seguro que te ayuda.
Me encanta tu huerto y tu blog, en casa solo tengo una terraza donde cultivar, en macetas, pero me estoy dando maña para empezar y aprender. También estoy volviendo a cocinar cosas más "elaboradas", se siente bien y es más sano.
ResponderEliminarUn saludo desde Uruguay.
Claudia.
Y si sembramos lentejas o soja (no transgénica)el suelo se nitrogena de forma natural!!
ResponderEliminarMe encanta!
ResponderEliminarsaludos desde Compostela!
lamam.
¡Menudo manifiesto! Cuánta verdad... yo que ando con mi pequeño maceto-huerto del balcón, también siento entusiasmo al tocar la tierra o mirar las plantas como el que se desprende de tus palabras. Gracias por compartirlo :)
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