Cuando una vuelve a su casita lo mejor es que retoma esas pequeñas, sencillas, buenas costumbres del día a día que son las que hacen que la vida sea un poco más hermosa. Hacer pan. Los desayunos. La huerta.
Desde la última vez que subimos D. y yo, el 12 de diciembre, nadie había vuelto por allí. Casi un mes sin cuidados. Y nos encontramos esto.
¡La huerta completamente asalvajada! Me acordé de las palabras de Michael Pollan sobre lo esforzado que es mantener el orden en la naturaleza. La vida se impone. Las malas hierbas, o mejor llamarlas hierbas adventicias, campan a sus anchas. Así que nos cargamos de paciencia, doblamos el lomo, y nos pusimos a trabajar. A quitar las hierbas. A arrancar las lechugas espigadas.
Tras tres horas y media, la huerta tenía otro aspecto.
Las lechugas volvieron a aparecer.
Y también las fresas.
Porque aunque parezca increíble, aún tenemos fresas. No sé si es bueno o malo, no sé si es el cambio climático, pero disfrutamos del hecho de poder seguir comiendo fruta plantada y cuidada, mimada más bien, por nosotros. De la huerta a la mesa. Esto, para mí, es el auténtico lujo, ni caviares ni angulas ni salmones. Unas fresas recién recogidas, una lechuga fresca, y un pan de masa madre amasado con cariño. La felicidad auténtica que produce disfrutar de las cosas sencillas.
¡La huerta completamente asalvajada! Me acordé de las palabras de Michael Pollan sobre lo esforzado que es mantener el orden en la naturaleza. La vida se impone. Las malas hierbas, o mejor llamarlas hierbas adventicias, campan a sus anchas. Así que nos cargamos de paciencia, doblamos el lomo, y nos pusimos a trabajar. A quitar las hierbas. A arrancar las lechugas espigadas.
Tras tres horas y media, la huerta tenía otro aspecto.
Las lechugas volvieron a aparecer.
Y también las fresas.
Porque aunque parezca increíble, aún tenemos fresas. No sé si es bueno o malo, no sé si es el cambio climático, pero disfrutamos del hecho de poder seguir comiendo fruta plantada y cuidada, mimada más bien, por nosotros. De la huerta a la mesa. Esto, para mí, es el auténtico lujo, ni caviares ni angulas ni salmones. Unas fresas recién recogidas, una lechuga fresca, y un pan de masa madre amasado con cariño. La felicidad auténtica que produce disfrutar de las cosas sencillas.
Vaya trabajo con la huerta!
ResponderEliminarDisfrutad esas fresas y esos pequeños momentos que son más difíciles en las ciudades grandes.
Saludos blancos (aquí en Madrid nieva)
Jo!!que razón tienes... esto es lujo, de la huerta a la mesa...!! y el olor a tierra húmeda del rocio de la noche en la mañana!! y la satisfacción de comer pan echo en casa amasado por tus manos... Eso es lujo... no la exclavitud que vivimos en las ciudades, el estrés y la ansiedad de que se nos escapan los minutos y la sensación de que nos hacen falta horas al día.
ResponderEliminarCreo que me ha salido la vena filosofica con tu post...jejeje!!
Hola, esta es mi primera visita a tu blog, y por supuesto que seguiré pasando por aquí. Qué linda tu huerta! Vaya trabajo para mantenerla, pero vale la pena seguramente.
ResponderEliminarsaludos,
Hola, esta es mi primera visita a tu blog, y por supuesto que seguiré pasando por aquí. Qué linda tu huerta! Vaya trabajo para mantenerla, pero vale la pena seguramente.
ResponderEliminarsaludos,
Qué gustito ver las lechuguitas después de la sesion de salvamento que os disteis, y esas fresas rojeando, ay qué envidia, que yo no te puedo enseñar las mias por que estan en un iglu bajo toda la nieve, bueno eso espero, que no me puedo ni asomar.....
ResponderEliminarQué razon tienes, con qué poquita cosa podemos ser felices!!
Besotes
Cuánta sabiduría!!! Si todo el mundo compartiera tu filosofía (que yo ya lo hago) qué diferente sería todo...yo hecho de menos la huerta que teníamos cuando yo era pequeña...y no veas cómo te entiendo. Es un placer pasearse por tu blog
ResponderEliminar¡Menudo trabajo! Luego la verdad es que se agradecen los frutos, peor hay que cuidarla doblando el lomo.
ResponderEliminarDa gusto ver esas imágenes verdes y casi primaverales, cuando en este Madrid que acabais de abandonar, ha caido una buena nevada.
Besotes,
Ana y Víctor.
Qué bonita imagen... trabajo duro, es cierto, pero vuestro y para disfrutar ese huerto!!!
ResponderEliminarEsas fresas tomadlas a vuestra salud!!! (y la nuestra envidiosa :D)
Qué maravilla! y qué razón, como dejes una huerta a su aire se convierte en una selva tremenda. Pero da tantas satisfacciones, verdad? yo disfruto mucho cuidándola y como la tengo en el jardín pues tampoco me cuesta mucho cuidarla a diario. ahora, mi huerta es canija canija... jajajajajaja. Un beso
ResponderEliminarYo creo que me daba algo si veía la huerta así de asalvajada. Seguro se dieron un tremendo trabajo, eso yo ya no lo puedo hacer, mi espalda está muy resentida luego de mi época como veterinaria.
ResponderEliminarPero concuerdo contigo, es un manjar de dioses el tener esas frutas recién sacadas de tu propio terreno.
El desayuno, encantador.
Un beso.
Me encanta tu huerta...las malas hierbas se han cebado eh??
ResponderEliminarNo sabes como me gustaria tener una huerta y poder comer de ella....
un beso
Querida amiga!!! Feliz año (con 11 dias de atraso pero bueno!). Tus buenas costumbres me encantan, tu huerta es una locura de bonita. Un beso y disfruta de tu clima!!
ResponderEliminarCoincido plenamente con vos. No hay nada como disfrutar de la cosecha propia y de las cosas hechas con tu manos. Flor de trabajo les dió la limpieza de la huerta! Pero tus productos fieles estaban ahí esperandote lozanamente
ResponderEliminarCariños
De mayor quiero una huerta, cada día lo tengo más claro!
ResponderEliminarDigo de mayor porque de momento viviendo en Madrid es algo así como imposible...
Disfrutala!!!
Y felicidades por tu blog!
ESO SÍ QUE ES UN DESAYUNO!!!
ResponderEliminarLo de la huerta... para qué negarlo, me da una envidia loca, pero al menos los reyes me han traido cositas para montarme un maceto-huerto, a ver qué tal se me da.
B*
Coincido contigo. Eso si que es un placer. ¡Lo que yo daría por mi propio huerto!
ResponderEliminarbesos
con la que está cayendo por la Mancha, ha sido un soplo de calor, ver tu "verdes"
ResponderEliminarUn besote
¡Bienvenida "de vuelta" a la isla!Protegidas por la maleza o por una capa espesa de nieve, como aquí, al final las plantas, con los cuidados que les proporcionamos, ¡siempre vuelven a asomar!Es bonito retomar las costumbres...
ResponderEliminarComo te puedes imaginar, no volví a Madrid el día 4; con o que se estaba preparando, nos pareció mñas prudente que nuestros huéspedes hicieran el viaje de vuelta en el tren , porque con el coche nunca sabes, por estas fechas, dónde te metes. De todas formas, antes o después coincidiremos en algún lado ;-)))
Un beso ENORME, feliz año.
Monica
Uff que bajón debió de darte al verla, no?? retomar costumbres...hace que te sientas segura en la rutina..apuesto por ello. Un besito.
ResponderEliminarLo salvaje vuelve a ver la luz!
ResponderEliminarAprovechad las cosas mientras os duren, que suerte!
Un abrazo y feliz año!
Hola wapa, muchisimas gracias por tu comentario sobre el sirope de agave en el resumen del HEMC.
ResponderEliminarRespecto al sirope de agave la gente que lo propuso, en su gran mayoría, eran diabéticos. Yo personalmente lo he comprado, pero estoy esperando a hablar con el endocrino de mi padre para ver si lo puede tomar o no, ya que tiene más del setenta por ciento de hidratos de carbono y no las tengo todas conmigo.
Puse lo de la fructosa porque eso sí que tengo claro que no lo pueden tomar los diabéticos.
Estaré expectante a tu post-aclaración.
Muchas gracias. Paula
http://conlaszarpasenlamasa.cultura-libre.net
Todo un esfuerzo, pero la imagen del después lo merece, tener tu propio huerto es reconfortante,que fresitas más buenas, un abrazo.
ResponderEliminarHola otra vez, la pesada, jajaja
ResponderEliminarMira la stevia sí que no me he atrevido a comprarla, porque en la herboristeria me dieron información y en el papel ponía que es un producto no aprobado por la UE.
Yo los postres los hago para mi padre, que es diabético, pero también tiene colesterol, hipertensión, operado del corazón... acabo antes si te digo lo que no tiene, así que no me la voy a jugar con la stevia.
Besos. Paula
http://conlaszarpasenlamasa.cultura-libre.net
la stevia no está autorizada por la UE, el sirope de agave no lo se, pero no se supone que el sirope de agave se saca de una planta mexicana???
ResponderEliminarAins, toy muy pendiente de tus comentarios y post's ;)
Salu2, Paula
http://conlaszarpasenlamasa.cultura-libre.net
Querida amiga, cuanta razón tienes, y lo que disfrutaste al ver aparecer entre los hierbajos las lechugas? y esas fresas? nada comparable con un día en la huerta , es relajante , agradecido y mil cosas mas.
ResponderEliminarMi huerta está abajo cero casi y deberíamos estar sembrando habas espinacas y ajos, pero el hielo no nos deja así qeu ya veremos estos días, pronto caerá la crónica estoy deseando meterle mano.
Un abrazo , ah y deseando ver tu pan .
Por cierto , lo del ágave pues no lo he utilizado , estaré esperando lo que sepas de él, por mi parte me informo también.
ResponderEliminarbesos
Ajonjolí, qué bonitas esas lechuguitas y esas fresitas. Qué placer es comer lo que una saca de la tierra con sus manos... A mí me pierde esa sensación. Realmente un placer, quienes podemos disfrutarlo...
ResponderEliminarUn besote
Feliz Año Ajonjolí. Y qué satisfacción después del trabajo en el huerto ehhh, el milagro de la Naturaleza enseguida se hizo ver, qué gusto poder coger sus frutos sin intermediarios.
ResponderEliminarTe deseo muy buena cosecha para este Año 10
Besos.
Ana
Pero ¿esos desayunos os los pegáis todos los días? Me voy a vivir con vosotros ya, no me importa si me atáis a esa huerta y me tenéis de esclava quitando maleza todo el día, con ese clima y a dieta de fresas creo que lo soportaré.
ResponderEliminarUn abrazo de año nuevo.