Pues ya estoy de vuelta a la isla, que me ha recibido con unas estupendas turbulencias durante el aterrizaje, algo a lo que me empiezo a acostumbrar. De hecho, esta última vez me ha dado la sensación de que el avión daba saltos de alegría porque también tenía ganas de volver .... ¿será verdad?
La semana pasada aproveché para "obligar" a mi madre a que me enseñara a hacer croquetas, mi asignatura pendiente. Con lo poco que la veo ahora (muy a mi pesar) tengo que "explotarla" durante los ratitos que puedo pasar con ella. En realidad, al final hizo las croquetas ella, mientras yo observaba lo bien que se le da y lo rápido que las prepara, y hacía fotos de todo el proceso. Y lo buenas que le salen..... ¡he tomado croquetas de aperitivo casi todos los días y no me cansé!
Esta receta se puede usar para hacer croquetas de cualquier cosa, de bacalao, de verduras....pero esta vez las hizo de pollo y jamón. Los ingredientes de la bechamel son:
cebolla, pollo y jamón serrano troceaditos
leche (casi un litro)
harina (usando la típica cuchara de madera, cuatro cucharadas colmadas, creo que se puede sustituir por maizena)
nuez moscada
aceite de oliva
sal
y para rebozar: harina, huevo batido y pan rallado
Lo ideal es hacer croquetas con los restos de un cocido, por ejemplo, porque además así el pollo está más sabroso. Esta vez el pollo que utilizó es el que sobró de hacer una pepitoria, así que os podéis imaginar lo buenas que salieron las croquetas....
Se pone en una sartén, con el fondo cubierto de aceite de oliva, la cebolla, y cuando ya está transparente se echan el pollo y el jamón.
Se rehoga todo bien.
A continuación, y bajando un poco el fuego, se añade la harina, y se remueve sin parar para que la harina no se queme. Cuando ya hemos mezclado bien la harina con los demás ingredientes, se va añadiendo la leche, poco a poco. A partir de este momento, no se puede dejar de remover la bechamel, para que no se queme. Como veis mi madre remueve a velocidad de vértigo!
Mi problema era que no sabía pillarle el punto a la bechamel. El truco es retirarla del fuego en el momento en el que se convierte en una masa que se despega de la sartén, como se puede ver aquí:
Se retira la bechamel del fuego, y se deja enfriar. Una vez que está fría, se tritura (mucho o poco, esto ya depende de si a una le gustan las croquetas con tropezones o no, a mí me gustan como las hace mi madre, con la bechamel bien triturada). Después de triturarla, se le puede añadir a la bechamel huevo duro troceado. Para dar forma a las croquetas, se usan dos cucharas soperas. Se coge un poco de masa con una cuchara, se le da forma usando ambas cucharas, y a continuación se pasa por un plato con harina, por otro con huevo batido y finalmente se reboza con el pan rallado. Se fríen en aceite bien caliente, para que no "revienten". El resultado final es este:
¡Y estaban buenísimas!
Así como no voy a pensar que mi madre es la mejor del mundo.....
P.D: he corregido el post añadiendo la nuez moscada, que se me había olvidado ponerla, pero le da su punto a las croquetas.