martes, 31 de mayo de 2011

Film&Food: granola de chocolate casera


La película propuesta este mes por las chicas de Film&Food es "Chocolat". Yo me propuse verla pero como desde el 15 de mayo no he parado mucho por casa, ya sabéis por qué, no ha podido ser. Pero lo que no quería era dejar de publicar la receta. Teníamos que hacer una receta elegida por otro blogger y a mi me tocó la que escogió Victoria del blog Hoy cocina Vivi: coulant de chocolate. Y como ella no tiene ninguna receta de coulant decidí revisitar la fabulosa receta de fondant au chocolat de D., una receta que nos trajimos de Francia y que fue la cuarta receta que publicamos en el blog hace ya más de 3 años. Nunca he sido capaz de encontrar diferencia alguna entre un fondant y un coulant, quizá el segundo lleva más harina. Ambos son bizcochitos, normalmente de chocolate, con un interior de chocolate derretido que se desparrama al partirlo. Una delicia, vaya. 
En esta ocasión, quería cambiar el relleno de chocolate por un relleno de helado de mango. Hice el helado de mango, pero con nata fresca no como lo hago habitualmente, y bueno, al incorporarlo al fondant resulta que se deshizo, flotó sobre el bizcocho, y terminé teniendo una especie de soufflé de mango sobre bizcocho de chocolate. 
Y como lo de publicar recetas fallidas no va conmigo, decidí presentar al evento esta granola casera de chocolate que le ha gustado a todo el mundo que la ha probado y es muy polivalente, lo mismo sirve para un desayuno que para un postre, sirviéndola con yogur o con fruta fresca o con helado. Ha hecho feliz a mucha gente, que es de lo que trata la película, ¿no? Así que saltándome el protocolo, ahí va la receta.

Esta es una receta muy popular entre los blogs anglosajones. Yo he ido probando recetas de aquí y de allá hasta conseguir hacer una mezcla de mi agrado.

400 gr de copos de avena+100 gr de espelta hinchada (0 500 gr de avena, o de arroz hinchado si queréis granola sin gluten)
100 gr de pipas de calabaza
un puñadito de almendras laminadas
2 cucharadas soperas de semillas de sésamo
1/8 de cucharadita de sal
100 gr de azúcar moreno
100 ml de agua
30 ml de aceite de oliva virgen extra
100 gr de miel
1 y 1/2 cuchraditas de extracto de vainilla (facultativo, si no tenéis no pasa nada)
150 gr de chocolate negro

Calentar el horno a 180ºC.
Poner en un bol la avena, la espelta, las pipas, las almendras, el sésamo y la sal.
Calentar a fuego medio el agua con el azúcar y el aceite de oliva. Cuando se haya disuelto el azúcar añadir la miel y el chocolate troceado finamente. Remover hasta que se derrita el chocolate, retirar del fuego y añadir el extracto de vainilla.
Echar la mezcla de chocolate en el bol donde está la avena y remover hasta que todo se haya impregnado bien de chocolate.
Verter en una bandeja de horno, extender todo lo posible la mezcla, y hornear 30 minutos o hasta que veamos que se ha secado. Cuanto más se hornea más crujiente queda, pero hay que tener cuidado con que no se queme.
Una vez frío, guardar en tarros herméticos. Se conserva muy bien durante semanas.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Taftoon & Mast-o Khiar - Pan plano persa con salsa de yogur y pepino


Tengo el blog un poco abandonado, pero es que están pasando tantas cosas en estos momentos que mi atención no da abasto y he dejado la gastronomía un poco de lado. Estoy intentando asistir a las asambleas de la acampada de la Plaza de la Candelaria, porque creo que se pueden sacar cosa buenas de este movimiento si somos capaces de que no nos venza el desánimo y la pereza, y creo que es la oportunidad de juntarnos y hablar de las cosas que nos preocupan a todos y de cómo podemos cambiarlas. Pero por otro lado veo que hay muchas posturas encontradas, unos piensan que hay que dar prioridad al cambio de la ley electoral, otros piensan que debemos aprovechar para reivindicar una renovación más profunda,.... y no terminamos de ponernos de acuerdo. Y esa es nuestra debilidad. Pero aún confío en que esta vez, esta sí, podamos superarla. En fin, crucemos los dedos.
De todos modos, como ya dije una vez, para reivindicar hay que estar bien alimentado. Y esta es una receta fácil de hacer, rápida, y perfecta para llevarla a un picnic..... o a una acampada. 

Estos panes planos los comí por primera vez en Alounak, un pequeño restaurante persa que hay en Londres. Tienen un horno parecido a los tandoor en donde están haciendo pan todo el rato. Los sirven como entrante, acompañados de varias salsas: de berenjena con pimientos, hummus, y salsa de yogur con pepino, entre otras. Encontré muy poca información en internet sobre estos panes, y las recetas sólo coincidían en dos cosas, la primera que se hacían con una mezcla de harina integral y harina blanca, y la segunda que tenían una alta tasa de hidratación. En realidad, la receta que circula por internet a todas luces nadie la ha probado jamás, ya que lleva 4 tazas de harina y 2 y 1/2 de agua, es decir, si hacéis las cuentas, 600 ml de agua para unos 600 gr de harina, ¡una hidratación del 100%! Yo modifiqué las cantidades para tener una hidratación del 80%, y ya era dificilillo trabajar con esa masa. Por otra parte, había visto al menda hacer los panes y sabía que había que estirar la masa bien fina y cocer los panes en piedra, a falta de un buen tandoor. Y con esta poca información me lancé a hacer pruebas. El resultado no fue exactamente lo que yo había comido en Alounak, pero de todos modos salió un pan bastante bueno para mojarlo con la salsa de pepino y yogur que hice siguiendo la receta de My persian kitchen. La próxima vez creo que pondré menos harina integral y dejaré que la masa repose más tiempo, para que se desarrolle mejor el gluten y conseguir panes más elásticos.


Taftoon, pan plano persa

150 gr harina blanca de trigo
225 gr de harina integral de trigo
1/2 sobre de levadura de panadero en polvo
300 ml de agua
5 gr de sal (3/4 de cucharadita)

Mezclamos las harinas con la levadura, y amasamos mientras vamos añadiendo el agua. A mitad del amasado añadimos la sal. Seguimos amasando hasta que nuestra masa supere la prueba de la ventana.
Calentamos el horno a 230ºC con la piedra dentro.
Separamos la masa en 3 o 4 bolas (depende del tamaño de vuestra piedra)  y las dejamos reposar una media hora.
Una vez que el horno esté caliente, cogemos una bola, la estiramos hasta tener un disco fino, le hacemos agujeros con ayuda de un tenedor (este paso es MUY importante, ya que no queremos que los taftoon se hinchen como si fueran pitas) y con la pala o una bandeja la pasamos a la piedra y la horneamos 3 minutos, hasta que empiece a estar tostado.
Vamos reservando los taftoon en una bandeja tapados con un paño mientras hacemos el resto de panes.


Mast-o-khiar, salsa persa de yogur y pepino

250 gr de yogur natural
1 pepino
1 cucharada sopera de menta fresca picada
sal y pimienta

Ponemos el yogur en un bol. Rallamos el pepino y lo mezclamos con el yogur. Añadimos la menta picada. Salpimentamos al gusto. Servir bien frío.
Más fácil imposible, ¿no? Y está buenísima.

Servir los taftoon recién hechos acompañados con varias salsas: la salsa de yogur y pepino, hummus o babaganoush.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Planeta en venta


Ayer vi este documental y me quede impactada. Trata sobre un fenómeno reciente pero muy inquietante: la carrera por parte de las corporaciones agroalimentarias, grandes bancos, y grupos financieros de todo pelaje por "colonizar" las tierras de cultivo de ciertos países, por lo general pobres, con gobiernos corruptos o escasa democracia.
El motivo de esta carrera es sencillo, "la crisis financiera de 2008 ha despertado al mundo de las finanzas que ha visto en la agricultura un nuevo mercado, mucho más seguro que la especulación bursátil. El repentino interés de los inversores por las tierras, se debe a que se han dado cuenta de que con este tipo de inversión no corren riesgo de quiebra."
El documental se centra en el caso de Etiopía, un país en el que actualmente gran parte de la población pasa hambre y sigue siendo alimentada con ayuda internacional. Su gobierno está arrendando las tierras de cultivo a grandes corporaciones, de Arabia Saudí, de India, de Japón, con la excusa de que esas extensiones no pertenecen a nadie, ignorando el hecho de que en esas tierras siembran teff y sésamo los campesinos locales. Estos se encuentran en el mejor de los casos trabajando para el nuevo terrateniente por una cantidad ridícula que no le llega para alimentar a su familia, y en el peor de los casos exiliados en su propia tierra. Según el gobierno etíope, el arrendamiento de las tierras contribuirá a la modernización del país, lo que reducirá el hambre. Según la FAO, a lo que contribuirá es a aumentar aún más la pobreza de esos campesinos. Porque estas corporaciones se dedican a jugar en bolsa con los alimentos que producen, creando un mercado inestable con el consiguiente riesgo para la soberanía alimentaria de mucho países. Y si una burbuja inmobiliaria ya es algo grave, imaginaos una burbuja alimentaria. Las consecuencias pueden ser catastróficas.

Un caso paradigmático fue Madagascar, en donde las violentas revueltas populares, que se saldaron con muchos muertos, obligaron al gobierno a dimitir y a anular un contrato que concedía a la multinacional Daewoo la explotación del 50% de las tierras cultivables del país durante 100 años, a cambio de nada.

Pretenden colarnos el gol por la escuadra con la excusa de que van a esos países en donde se desaprovechan las tierras para producir alimentos para paliar el hambre en el mundo, porque alguien tiene que hacerlo. Pero según la FAO, eso es mentira. La FAO dice que la única manera de terminar con el hambre en el mundo es apoyar al pequeño campesinado, ellos son los que de verdad pueden terminar con esa lacra. Las multinacionales no sólo no ayudan, sino que emperoran el problema, ya que por lo general usan métodos agresivos de cultivo, con maquinaria pesada, energías fósiles, pesticidas. Envenenan los acuíferos y luego, cuando se marchan de una tierra, la dejan baldía e inservible. Y, además, no usan lo que producen para alimentarnos. Lo usan para especular.

¿Y la moraleja cual es? Pues que hoy, más que nunca, hay que practicar el consumo responsable. No podemos seguir mirando para otro lado, pensando que nuestros pequeños actos del día a día no son importantes y no influyen en la vida de otros. El pequeño acto de comprar unas rosas en un supermercado londinense puede estar contribuyendo a la injusticia, si esa rosa ha sido producida en Etiopía por un empresario que le ha robado sus tierras a los campesinos locales, con la connivencia de las autoridades. Haceos de una cooperativa de consumo local, comprad a los agricultores de vuestra zona, cultivad vuestra propia comida.... lo que sea. Cualquier cosa vale, menos mirar para otro lado. El mundo está globalizado y queramos o no nosotros contribuimos a ello con nuestro modo de vida.

Yo, por mi parte, tengo más motivos que nunca para cuidar de esos 600 m2 de trigo. Aún no hemos recolectado y ya estamos pensando en cómo vamos a sembrar el año que viene. Y es que lo que empezó como una diversión se está convirtiendo en un acto político, porque producir tus propios alimentos tal y como está la situación actual es un acto de rebeldía. Podéis leer aquí lo que escribió D. al respecto.

El documental lo podéis ver aquí, pero daos prisa porque sólo lo cuelgan durante un par de semanas.

Y podéis encontrar más información sobre el problema en la página de GRAIN.

lunes, 16 de mayo de 2011

De la huerta a la mesa: hamburguesas vegetarianas de habas frescas


Me estoy aficionando a las hamburguesas vegetarianas. Primero fueron las hamburguesas de quinoa y berenjena, luego las hamburguesas de soja. Hoy os traigo una tercera versión, aprovechando que la huerta está en la cúspide de su producción de habas. Esta es una receta de Plenty, libro que a este paso voy a traducir completo al castellano, receta a receta. Buscando recetas con habas me di cuenta que tiene un montón, supongo que se debe a que su uso está muy extendido en la cocina árabe. Esta me llamó la atención particularmente, ya que buscaba un plato principal en el que las habas fueran protagonistas absolutas. No es precisamente rápido de hacer, pero el resultado merece la pena.


500 gr de habitas, preferentemente frescas (en nuestro caso, de la huerta)
225 gr espinacas frescas
350 gr de patatas, peladas y cortadas en cuadrados
1 cucharadas sopera de semillas de comino y otra de semillas de cilantro
3 cucharadas soperas de aceite de oliva
1/4 de cucharadita de cúrcuma
3 cucharadas soperas de cilantro fresco picado
40 gr de pan rallado
1 huevo
sal, pimienta, y aceite de oliva para freir

Blanquear las habitas (o sea, hervir durante unos minutos en abundante agua). Colar, quitarles la piel y reservar en un bol.
Hervir las patatas en agua con sal, unos 10 minutos o hasta que estén tiernas.
Mientras tanto, sofreir las espinacas en una sartén a fuego vivo con una cucharada sopera de aceite. Retirar del fuego, y cuando se hayan enfriado lo suficiente para poder manejarlas estrujar para sacar el líquido, trocear y añadir al bol donde están las habitas. Colar las papas y añadirlas también al bol.
En la sartén en donde hicimos las espinacas freir las semillas de cilantro y comino hasta que empiecen a soltar su aroma. Pasar a un mortero, moler y añadir al bol.
Añadir además las 2 cucharadas soperas de aceite restantes, la cúrcuma, sal y pimienta. Con el mazo del mortero o, si tenéis, con un "potato masher" (ni idea de cómo se traduce, es un machaca-patatas que abundaba mucho por Holanda y países anglosajones) machacar todo hasta reducir a un puré, aunque si quedan trozos de habitas no pasa nada (de hecho, a mi me gusta con trozos de habas enteras).
Añadir entonces las espinacas, el pan rallado y el cilantro picado. Remover bien.
Por último, añadir el huevo.
Lo dejamos reposar un ratito en el frigorífico.

Cuando vayamos a hacer las hamburguesas, ponemos una sartén a fuego medio, con un poco de aceite. Nos mojamos las manos, cogemos montoncitos de masa y hacemos hamburguesas de unos 2 cm de espesor. Las hacemos bien por un lado antes de darles la vuelta, para que no se rompan.


Sí, la receta es trabajosa y se tarda un buen rato en prepararla, sobre todo se tarda en pelar las habas. Pero cunde mucho, salen bastantes hamburguesas. Yo me llevé hamburguesa de habitas en el tupper del curro un par de veces y D. otro tanto. También se pueden congelar una vez formadas. Y si no otra opción es que os animeis a preparar los panecillos de hamburguesa perfectos, y montéis una barbacoa deli para los amiguetes, que seguro que os lo agradecerán.
Aquí os dejo una foto de mi tupper. Yo creo que es el tupper más gourmet de todo el curro ;) O, como dice mi suegra, el más sibarita. ¡Al menos comiendo bien se enfrenta una a la semana con más animo!

 

miércoles, 11 de mayo de 2011

De la huerta a la mesa: hinojo caramelizado y ensalada de flores

Llevo todo el mes de mayo sin sentarme a escribir. Y no porque no tuviera ganas ni nada que contar, sino porque sentarme me resultaba bastante incómodo. Me caí (sería más correcto decir que me despeñé, unos cuantos metros) en los Alpes, y aunque todo acabó en un gran susto mi nalga izquierda se llevó todo el golpe (aún me dura el hematoma) y en cuanto llegaba a casa tenía que tumbarme con una buena bolsa de hielo sobre mi trasero. Y si no estaba tumbada, prefería estar de pie, ¡cualquier cosa menos sentada!. Así que no he publicado pero he cocinado mucho, tengo una larga lista de recetas que iré publicando, pero hoy quiero empezar con estas dos, porque me sorprendieron gratamente y porque así aprovecho y os enseño cómo va la huerta.

Empiezo con las recetas.


Hinojo caramelizado
 
Esta receta es una adaptación del "Caramelized fennel with goat's curd" del libro Plenty. El hinojo de bulbo, Foeniculum azoricum, es diferente del hinojo salvaje, Foeniculum vulgare, del que se sacan las semillas de hinojo que se venden para cocinar. Yo nunca lo había probado, así que tenía mucha curiosidad por cocinarlos. Buscando recetas me topé con esta, y después de probarla la recomiendo al 100%. El resultado es sorprendente. El hinojo de bulbo tiene un sabor que recuerda ligeramente al regaliz, o al anís estrellado, porque contiene anetol. Combinado con el caramelo y el limón el resultado es algo absolutamente delicioso. Un delicatessen. Asegurado.

2 bulbos de hinojo no muy grandes
2 cucharadas soperas de aceite de oliva
1 cucharada sopera de azúcar
1 cucharadita de semillas de comino
un puñadito de las hojas del hinojo, picadas
medio limón confitado en sal, finamente cortado
sal gorda y pimienta negra

Cortar las ramas verdes del hinojo, cortar también la parte de las raices y quitar las hojas externas que estén más duras. Cortar cada bulbo a lo largo en láminas de 1 cm de ancho.
Calentar el aceite de oliva en una sartén, y cocinar las láminas de hinojo, 3-4 minutos por un lado, darles la vuelta, y hacer otros 3-4 minutos hasta que ambas caras estén doradas. Reservar. 
Cuando hayamos terminado de hacer todas las láminas de hinojo, ponemos en la misma sartén el azúcar, las semillas de comino, sal gorda y pimienta negra. Le damos unas vueltas durante un minuto, y a continuación añadimos las láminas de hinojo a la sartén y caramelizamos un par de minutos por cada lado.
Pasamos el hinojo a un plato, espolvoreamos con el limón confitado y con la hojas del hinojo picadas.


Ensalada de flores

Esto realmente no es una receta, sino más bien una sugerencia. Puede que a vosotros os parezca de cajón pero a mi no se me ocurrió poner flores a la ensalada hasta que vi a R. (nuestro chef vegeta de cabecera ;) echar caléndula en una.
Hay muchas flores comestibles: caléndula, capuchina, borraja, rúcula, diente de león, rosa, violeta, jazmín... pero de todas las que ha probado hasta ahora mis favoritas son las flores de rúcula y las capuchinas. La rúcula sabe como la hoja de rúcula pero concentrada, y las capuchinas tienen un sabor dulce y muy floral, pero sin llegar a saber a colonia. Las flores nosotros las recogemos en la huerta, pero las capuchinas en particular en Tenerife las podéis encontrar por todas partes. Preparamos una ensalada muy sencilla,  para no restar protagonismo a las flores, sólo con tomate y aguacate, y con capuchinas, flores de rúcula y de borraja. El sabor de las flores es delicado así que os recomiendo que no uséis un aliño fuerte. Como podéis ver queda muy bonito, para una comida o cena especial.


Y ahora la huerta. En estos momentos está que da gusto verla. Las fresas han agarrado bien y están produciendo, aunque parece ser que nuestras fresas se han hecho muy populares entre todos los niños de la zona, que no dejan ni una (este finde puede recoger 6, jajaja).  Esto da que pensar. Hemos sido capaces de vencer a las arañas, a los lagartos, a varios tipos de insectos y/o plagas, pero.... hete aquí que no contábamos con la peor: los niños, ¡me estoy planteando poner un pastor eléctrico!


Las habitas están produciendo mogollón, pero mogollón mogollón. Los guisantes lamentablemente los tumbó el viento y hay un bicho que está aprovechando la tesitura para zampárselos. Y en la foto de arriba podéis ver los repollos, las habichuelas, las lechugas y las cebollas rojas. Y han faltado por fotografiar los puerros, las zanahorias, los hinojos de bulbo, los ajos.... Y este fin de semana ya nos toca plantar los tomates y los pimientos.

Y, por último, el trigo. La niña de nuestros ojos. Algunos seguís el blog Isla de Pan en donde D. está colgando todo el proceso desde que comenzamos en diciembre. Para los que no, os pongo aquí algunas fotos del estado en el que se encuentra actualmente. Dentro de un mes aproximadamente nos tocará segar y trillar. Se nos ha pasado el tiempo volando.