Tengo que haceros una confesión. Sí, yo también he seguido Masterchef. Empecé a verlo porque Clara, cuyo blog me gusta mucho, anunció su participación. Como vivo en la Luna hasta ese momento ni me había enterado de la existencia del programa. No lo veía en directo, prefería verlo en diferido en mis ratos tontos porque de esa manera podía saltarme las partes lacrimógeno/emotivas, que eran las que menos me gustaban, y porque además a D. no le interesaba un pimiento. Reconozco que los últimos programas fueron mejores porque se centraban más en la parte culinaria, pero aun así desde el principio pensé que todo era demasiado estructurado como para no seguir un guion: los concursantes habían sido elegidos según unos perfiles muy claros, para que hubiera de todo: el cabroncete, el resabido, el noblote, el ama de casa, el joven.... Cada uno de un rincón del país. Poco a poco fueron cayendo los perfiles que menos juego daban, y quedaron los más mediáticos. Y bueno, finalmente ganó Juanma, el concursante que caía bien a todos, el de la superación personal, el que tuvo que ponerse a trabajar muy joven para mantener a su familia. Un final del que se puede extraer una moraleja muy edificante, perfecta para estos momentos de crisis: con esfuerzo se consigue todo en la vida. No os voy a negar que se me saltaron las lagrimillas cuando dijo aquello de que su padre estaría orgulloso de él, joder, cualquiera que haya perdido a su padre debía estar a moco tendido en ese momento, y me alegré por el chaval que va a recibir esa formación de cocinero que siempre quiso. Pero, aunque nunca he sido muy de conspiranoias..... ¿no os parece un final demasiado perfecto? Que la tele manipula lo sabemos todos. Y bueno, realmente no creo que a la audiencia le hubiera gustado que ganara Cerezo, el canalla del grupo (aunque el de las ocurrencias mejores, fuesen suyas o del guion, seguido de cerca por Fabián y su afirmación de que "El Brujo debió ser el David Guetta de su generación"). Y es cierto que entre tanta telebasura está bien que haya un programa que trate de inculcar esos valores que tanta falta hacen, no tanto a la ciudadanía como a muchos políticos. Pero por otra parte me molesta pensar que nos hayan tomado el pelo, a los espectadores y a los participantes, y que todo el asunto estuviera organizado desde el principio. Porque el mensaje es bonito pero, reconozcámoslo, lamentablemente muchas veces ganan los que no nos caen bien, incluso los malos. Y muchas veces se lleva el gato al agua no el que más se esfuerza, sino el que más suerte tiene. Y creo que el mensaje que hay que hacer llegar no es "con esfuerzo todo se logra", porque no es verdad, sino que merece la pena el esfuerzo aunque no lo logres, porque al final del día estarás orgulloso de ti mismo por haberlo intentado. El peligro del rollito ese del esfuerzo es que mucha gente acabará frustrada porque a pesar de intentarlo con toda su alma no lo conseguirán. Y entonces ¿qué? ¿cómo se enfrentan a eso?
Disfrutemos del camino, eso es lo importante. Disfrutemos intentándolo. Y si además conseguimos nuestros objetivos ¡genial! Y si no, que nos quiten lo bailao, amigos.
Y bueno, nada mejor que una receta sencilla para un día de pensamientos espesos. Una ensalada de judías borlotti aderezadas con salvia. Unas buenas borlotti frescas, de la huerta, salvia recién cortada, de la maceta del balcón. Eso es todo. Sin intermediarios. Sin florituras. Sin mensajes equívocos.
Receta del libro "Sarah Raven´s Garden Cookbook"
Ingredientes,
500 gr de judías borlotti frescas (o 250 gr de judías secas) en Canarias las llaman "manto de la virgen" y en el mercado de La Recova las venden frescas
un par de dientes de ajo asado
un buen puñado de hojas de salvia
3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen
un chorrito de vinagre
2 cucharaditas de mostaza
un puñado de rúcula
sal y pimienta
Poner las judías, el ajo y la salvia troceada en una cacerola, cubiertas de agua, a fuego medio. Cuando rompa a hervir lo dejamos 30 minutos hasta que las judías estén tiernas.
Escurrimos, mezclamos con una cucharada sopera de aceite de oliva, y reservamos.
Mezclamos el aceite de oliva restante con el vinagre, la mostaza, sal y pimienta, hasta obtener una vinagreta cremosa.
Aderezamos las judías con la vinagreta, y ponemos por encima más hojas de salvia picada y la rúcula.
Se puede comer tibia o fría.
Y ya sabéis, dudad, dudad de todo. Y luchad por lo que queréis, pero sobre todo sed felices mientras lucháis, porque si no, no merece la pena.
No sabía que se llamaban así, me encantan, aquí llegan pero muy caras. En Chile cocinamos un plato típico con Ellas "porotos granados", es una delicia.
ResponderEliminarBesos.
Me encantan esas judías! Las tenemos plantadas en el huerto de mis padres y, aunque no salen un montonazo, nos chiflamos por ellas.
ResponderEliminarPor cierto, opino como tú en lo de Masterchef. Yo vi 2-3 capítulos a través de internet y me saltaba lo que menos me interesaba. La verdad es que sé quién ha ganado porque lo han dicho por la TV o por la radio, porque al final me desvinculé por completo. Creo, como con casi todos los realities, que estaba más que preparado todo.
Besitosssssssss
Que sencilla esta ensalada, me gusta muchísimo el toque de albahaca. No me gustan mucho las judías, me obligo a comerlas de vez en cuando porque se que son muy buenas, tengo que probar esta manera igual me aficiono y todo. Tengo que reconocer que he seguido el programa casi desde el principio y me gustó mucho. De acuerdo en tu reflexión sobre el esfuerzo, pero mejor este tipo de mensajes que nada. La televisión de hoy carece de valores, y unos poquitos aunque sólo se queden al principio del camino no vienen mal. Un besote
ResponderEliminarque plato tan delicioso. Con productos de primera calidad, sencillos, se hacen unos platos riquísimos, claro, hay que saber combinarlos, y esta receta es una maravilla.Un besito!
ResponderEliminarNo podía estar más de acuerdo contigo. Yo también vi algún programa, y por la misma razón que tu, por ser seguidora de Clara, pero eso de que con esfuerzo se consigue lo que uno quiere sólo pasa en las películas, porque por mucho que te esfuerces nadie te asegura el éxito.
ResponderEliminarLo único seguro es que esa ensalada de alubias tiene que estar deliciosa, y ahora en verano es una buena manera de comer legumbres.
Un beso
Cristina