El otro día os decía que estamos en plena época de conserva de excedente y que no damos abasto. Seguimos igual, y aún quedan una par de semanas o tres de locura, ya que ahora que terminan los higos empiezan las moras. A veces una se plantea ¿por qué?¿por qué pudiendo pasar la tarde tirada a la bartola, o largarme el finde a la playa, por qué echo la tarde embotando tomates y haciendo pickles como si no hubiera un mañana? En nuestro caso por necesidad no es, desde luego. Afortunadamente. ¿Por qué me empeño en hacer mi vida más complicada? ¿Es porque soy friki? ¿Por una cuestión política? ¿Por desmarcarme del camino de la comida basura que la industria agroalimentaria nos marca? ¿Por comer sano, ecológico, sin pesticidas ni otras guarrerías? ¿O es porque me gusta cocinar y de este modo puedo tener la mejor materia prima posible? Parte de todo eso hay, pero leyendo un estupendo blog que conocí hace poco, Northwest Edible Life, me di cuenta de que ninguno de esos motivos sería suficiente si no hubiera uno más, uno de mucho peso: porque me gusta. Hacemos esto porque nos encanta, pasar la tarde entre fogones, y meses después abrir un bote de mermelada de higos, o un pickle de berenjena. Lo disfrutamos enormemente, y no sólo por el sabor, sino porque cada bote de conserva está lleno de recuerdos de cuando y donde recogimos lo que va en ese bote. Es comida "con alma", como diría D. Podríamos comprar la mermelada (aunque ninguna tiene tan poco azúcar como la nuestra), podríamos comprar la salsa de tomate, pero el buen rollo y el orgullo de plantar, recolectar y conservar tu propia comida no se puede comprar ni con todo el oro del mundo.
D. opina que a él le gusta hacer conservas porque le reconecta con otras estaciones a través de los sabores. Y es que para él, todo esto de la agricultura le parece que se trata de ruedas que giran y giran. Tendemos a olvidar con demasiada facilidad (sobre todo viviendo en la ciudad) lo cambiantes que son las estaciones. Cada vez que abrimos uno de esos botes en invierno, un trozo de verano inunda la casa, y es fácil recordar que apenas cuatro meses atrás en un día caluroso recogíamos kilos de higos. Por cierto, para aquellos que dicen que en Canarias no hay estaciones que se pongan a cultivar, ¡y luego que me digan !
Esta receta está inspirada en las "green beans, red sauce" de Nigel Slater. Nos hemos hecho con su famoso libro Tender, en el que habla de la relación con su huerto, de las particularidades de cada cultivo y de cómo cocinar cada vegetal de la mejor manera posible. Son recetas sencillas pero que sacan lo mejor de cada producto, y se ha convertido en un nuevo libro de cabecera, junto con Plenty y el Garden Cookbook de Sarah Raven.
La manera de hacer la salsa, en particular, nos ha parecido todo un descubrimiento. Tanto, que es como estamos haciendo la salsa para embotar esta temporada. No sé si es que el horneado carameliza los tomates un poco o qué es lo que le da ese sabor espectacular, pero os aseguro que queda una de las salsas de tomate más ricas que he probado nunca. Si os animáis a conservarla, y es la primera vez que hacéis conservas, leed antes antes el tutorial que podéis encontrar aquí.
D. opina que a él le gusta hacer conservas porque le reconecta con otras estaciones a través de los sabores. Y es que para él, todo esto de la agricultura le parece que se trata de ruedas que giran y giran. Tendemos a olvidar con demasiada facilidad (sobre todo viviendo en la ciudad) lo cambiantes que son las estaciones. Cada vez que abrimos uno de esos botes en invierno, un trozo de verano inunda la casa, y es fácil recordar que apenas cuatro meses atrás en un día caluroso recogíamos kilos de higos. Por cierto, para aquellos que dicen que en Canarias no hay estaciones que se pongan a cultivar, ¡y luego que me digan !
Esta receta está inspirada en las "green beans, red sauce" de Nigel Slater. Nos hemos hecho con su famoso libro Tender, en el que habla de la relación con su huerto, de las particularidades de cada cultivo y de cómo cocinar cada vegetal de la mejor manera posible. Son recetas sencillas pero que sacan lo mejor de cada producto, y se ha convertido en un nuevo libro de cabecera, junto con Plenty y el Garden Cookbook de Sarah Raven.
La manera de hacer la salsa, en particular, nos ha parecido todo un descubrimiento. Tanto, que es como estamos haciendo la salsa para embotar esta temporada. No sé si es que el horneado carameliza los tomates un poco o qué es lo que le da ese sabor espectacular, pero os aseguro que queda una de las salsas de tomate más ricas que he probado nunca. Si os animáis a conservarla, y es la primera vez que hacéis conservas, leed antes antes el tutorial que podéis encontrar aquí.
Ingredientes, para 3 o 4 personas
750 gr de tomates de salsa (los nuestros eran unos ropreco de la huerta)
aceite de oliva virgen
un chorrito de vinagre de Módena o vinagre de vino tinto
un par de dientes de ajo
sal y pimienta
600 gr de judías verdes francesas o, como las llaman en Canarias, habichuelas (las nuestras eran una mezcla de Reine des Pourpres, Beurre de Roquencourt y habichuela del país)
la ralladura de la piel de un limón
Calentamos el horno a 200ºC. Ponemos los tomates en una fuente de horno, añadimos suficiente aceite de oliva como para que todos los tomates estén rebozados en aceite y que haya una finísima capa en el fondo de la fuente. Salpimentamos, añadimos un chorrito de vinagre y los dientes de ajo cortados en láminas. Horneamos 40 minutos, hasta que la piel de los tomates empiece a oscurecer. Los sacamos del horno y los aplastamos con un tenedor, mezclando con el jugo que hayan soltado. (En nuestro caso, la salsa que hacemos para conservar la pasamos además por el chino.)
Mientras tanto, hacemos las habichuelas al vapor, o las escaldamos unos minutos. No tienen que quedar demasiado blandas. Escurrimos y reservamos.
Servimos en un plato las salsa con las habichuelas y la ralladura de la piel del limón por encima.
Y a disfrutar. Como dice el señor Slater, este plato representa todo el sabor del verano.
¿Y a vosotros? ¿Qué os motiva para pasar horas y horas haciendo conservas?
¿Y a vosotros? ¿Qué os motiva para pasar horas y horas haciendo conservas?
Hola Ajonjolí. Me encanto esta salsa de tomate. En estos días yo también he pasado haciendo mermeladas de higo y algunas salsas de tomate y salsa de chile picante. A mi me gusta hacer conservas porque me gusta regalarlas a mi familia y amigos. Aquí donde vivo la agricultura es muy vasta y se encuentra de todo casi todo el año y de farms locales y orgánicas, tengo suerte. Pero cuando algo sale del propio huerto, eso no se compara con nada! Es muy satisfactorio abrir una conserva que empezaste tu misma de sólo una semilla. Felicidades por tu huerta y gracias por compartir tus ricas recetas, me gustan todas!
ResponderEliminarMuchas gracias Prieta!! y gracias por compartir tus motivos para dedicar el tiempo a hacer conservas. La verdad que lo de las granjas orgánicas es una suerte. Aquí lo más parecido son los mercados de agricultor, que al menos son productores locales, pero sólo unos pocos son eco. Así que disfruta de ese privilegio!!
EliminarAh! Y me encantan los ejotes, así les llamamos acá.
ResponderEliminarQué bonito y qué gran verdad: lo hacemos porque nos gusta :). Y lo de reconectar con las estaciones también lo comparto, a mí me encanta disfrutar de cada cosa en su momento. Ahora estoy terminando de disfrutar los higos del campo en Murcia (me voy ya a Madrid) y me da una pena no poder tener higueras al alcance de la mano...
ResponderEliminarGenial la receta. Yo siempre que puedo preparo los vegetales de cualquier receta asándolos, ganan muchísimo en sabor. La calabaza, por ejemplo, y desde luego también el tomate. Puse un mi blog una receta de crema de tomate asado que me encantó, y otra con pimientos también asados... qué hambre me está dando! :)
esa crema de tomate asado... ¿cómo se me ha podido pasar por alto? tengo que ver esa receta, lástima que la temporada está terminando.....
EliminarQué bueno lo de los tomates! Lo tengo que probar, con lo que nos gustan todo tipo de mojes con tomate en casa. Además a uno de mis hijos le encantan las judías verdes con tomate. Bss!
ResponderEliminarmira que yo no era muy de comerlas con tomate, pero definitivamente les va muy bien!
Eliminar¡¡Creo que esta misma noche ceno tu receta!! Tengo judías verdes y muuuuchos tomates en la nevera, hoy a mediodía he hecho gazpacho para ir dándole salida, pero me siguen quedando muchísimos y esta es la receta perfecta. A mí también me encanta hacer conservas, aunque siempre hago mermeladas a pequeña escala y con la fruta comprada (porque me encanta meterme en la cocina a hacerlas), no tengo la suerte de poder contar con mi propio huerto ecológico, ojalá muy pronto pueda comenzar uno aunque sea pequeñito, porque comerte algo que has cuidado tu hasta que madura ¡no tiene precio!
ResponderEliminarCarolina, si tienes oportunidad anímate con lo del huerto, es adictivo, y como tú dices comerte algo que has plantado tú es una sensación estupenda. Hay que dedicarle tiempo, desde luego, pero a mi me relaja un montón y me hace olvidarme de los problemas.
Eliminar¿Probaste la receta?¿Qué tal?
Ummm todo una delicia.
ResponderEliminarMe encantan las judias y estas se ven riquísimas.
Esa es mi cena muchas noches, lo único que yo tambien le añado un huevo pochado.
bsss
yo a veces le pongo huevo duro, tengo que probarlo con huevo pochado :)
Eliminar¡¡Tengo que probar ese tomate!!. En cuanto a lo de las conservas muy buena pregunta.
ResponderEliminarYo también lo hago porque me gusta, y como digo en mi blog, me niego a que las empresas me roben el placer de hacer yo misma todo lo que puedo. Me fastidian mucho los anuncios de productos que dicen cosas como "lo hacemos por ti para que tu disfrutes de tu tiempo". ¿Qquienes son ellos para decirme en qué debo disfrutar mi tiempo? ¿o es que haciendo conservas u otras cosas no se puede disfrutar?
Además creo que es una manera de conectar con nuestra naturaleza más primitiva y de no perder saberes de antaño. Ver crecer en cada estación un producto distinto te hace ver cómo pasan las estaciones observando de cerca la naturaleza. Nos acerca a nuestra esencia. Y además si dejaran de fabricar tomate, mermelada o lo que sea, no dependemos de ninguna fábrica porque podemos hacerlo nosotros mismos. Saber hacer cosas es lo que te hace realmente independiente.
Besos
Cristina
Sí señora, toda una declaración de intenciones. Yo estoy de acuerdo contigo, por ese mismo motivo hago pan, y no compro productos procesados (excepto vino y cerveza). Cómo decía Wendell Berry "la agricultura es un acto político" y comer también lo es. Nuestra pequeña rebelión diaria ;)
EliminarPero desde luego, si no nos gustara no aguantaríamos ni un asalto. Quizá lo haríamos una temporada, pero no aguantaríamos año tras año.
Un beso.
Qué buena pinta, yo lo frío, pero ahora que tengo tomates (unos pocos que lo mío es un mini huerto, no un huertón), voy a probar a hacerlo así, asado. Por probar. Que es lo que me gusta, probar y probar, porque ¿cuántas cosas no habrá por el mundo que me gusten y yo no lo sepa porque no las he probado aún? lo dicho, a probarlo todo.
ResponderEliminarEsta salsas me ha robado el corazon!!! Tengo que hacerla YA!!! Yo tambien estoy en pleno auge conservero y tengo que decirte un secreto: ME ENCANTA!!! Estoy totalmente de acuerdo con tus palabras, las comparto al 100%.
ResponderEliminarSobirania alimentaria!
Un besote
Una entrada adorable, de verdad, veo que compartimos un estilo de vida, la casa, el huerto, las gallinas, los pollos, en mi caso hasta ovejas... y por qué nos gusta esto? porque nos va, lo disfrutamos, y sobre todo porque le damos valor, a mi me hace feliz como una perdiz comer mi pan, mis mermeladas, mis conservas, creo que somos unas priviligiadas, que siga así. Por cierto, la receta la tendré en cuenta que las tomateras de cherrys las tengo a tope.... que ricos así tan pochaditos. Un besín!
ResponderEliminarUy Ana, ¡¡ya me gustaría tener pollos y gallinas!! Por desgracia aún no he llegado ahí, aunque a este paso.... ya veremos.
EliminarComo comprendo tus palabras, siento exactamente lo mismo y algo similar decía y el otro día en mi post.
ResponderEliminarCOMIDA CON ALMA, no se podría definir mejor. Ahora me siento un poco agotada de tarros, tapas, picar cebolla etc... pero también es porque aquí en el norte como las lluvias se prolongaron mucho en primavera todo se ha retrasado mucho. Otros años las primeras conservas de tomate y pimiento las hacia a finales de agosto y este año toda tarea ha comenzado a mediados de septiembre y ha sido más a la vez.
Nunca se me ocurrió lo de asar los tomates en el horno, sin embargo la cebolla que le suelo añadir a la salsa si la hago en el horno, ¡voy a probar!.
Un abrazo.
Flori.
Sumándome a lo de Ana, lo de los pollos y las gallinas es un puntazo, que placer comerte un huevo frito.
ResponderEliminarUn beso.
Flori-