Esta receta es de esas simples a más no poder, cuyo éxito depende única y exclusivamente de la calidad de los ingredientes. En las islas Canarias encontramos variedades de papas muy antiguas, debido a que se encontraba a medio camino entre América y Europa. Fue el primer lugar fuera de América en donde se sembraron. Muchas de esas especies que se quedaron están emparentadas directamente con sus parientes andinos. Pero otras, como las papas negras, evolucionaron aquí y probablemente son únicas en el mundo, ya que tienen un número de cromosomas diferente tanto al del resto de papas de las islas como al de las que se encuentran en los Andes (si tenéis curiosidad, más información aquí).
Las papas negras tienen una textura cremosa y densa, nada harinosa, y un sabor delicado, que combina muy bien con la rúcula y el hinojo. Son perfectas para comerlas en ensalada, o arrugadas, acompañadas de un buen pescado a la espalda, como se comen habitualmente en Canarias. Los que vivís en Santa Cruz las podéis encontrar en el mercado de La Recova.
Jami Sorrento was our June Daring Cooks hostess and she chose to challenge us to celebrate the humble spud by making a delicious and healthy potato salad.
Las papas negras tienen una textura cremosa y densa, nada harinosa, y un sabor delicado, que combina muy bien con la rúcula y el hinojo. Son perfectas para comerlas en ensalada, o arrugadas, acompañadas de un buen pescado a la espalda, como se comen habitualmente en Canarias. Los que vivís en Santa Cruz las podéis encontrar en el mercado de La Recova.
Jami Sorrento was our June Daring Cooks hostess and she chose to challenge us to celebrate the humble spud by making a delicious and healthy potato salad.
Jami Sorrento es la anfitriona del evento de los Daring Cooks del mes de junio y eligió que hiciéramos una ensalada de papas saludable y sabrosa.
Bueno, pues aquí va la mía.
500 gr de papas negras o bonitas
un buen puñado de rúcula (de la huerta, la rúcula recién recogida tiene un sabor mucho más pronunciado que la comprada)
una cucharada de hinojo (hojas) picado (de la huerta también)
un chorro de un buen aceite de oliva virgen extra
Hervir las papas, sin pelar, en abundante agua con sal durante unos 10 minutos. Tienen que quedar tiernas pero no deben deshacerse. Escurrirlas. Dejar que se enfríen.
Poner las papas, partidas por la mitad, en un bol, con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, el hinojo picado y la rúcula. Salpimentar al gusto y saborear a ser posible frente al mar con buena compañía y una cervecita bien fría.