Novedad en Tenerife, ¡hace mal tiempo! Ayer hizo malo y hoy también, así que nos quedamos en casa, cocinando esos platos que jamás harías un día entre semana. No porque sean difíciles de hacer, sino porque necesitan horas de cocción. Por ejemplo, este curry de verduras lo tuve hora y media cocinándose en mi recientemente adquirida olla de hierro fundido (imitación descarada de las francesas Le Creuset) que es perfecta para este tipo de cosas.
La receta original es de un libraco que se llama Cocina Vegetariana, y es un poco diferente de esta. Yo adapto los ingredientes a lo que tengo por casa. Ayer hice la versión “canaria” del curry, ya que sustituí el calabacín por un bubango, la patata por una batata y use garbanzos de Lanzarote, que me parecieron buenísimos:
1 cebolla
2 cucharaditas de semillas de comino
1 cucharadita de curry
1 cucharadita de jengibre
1 lata de tomate triturado
1 lata de leche de coco
½ coliflor cortada en ramitos
1 bubango (calabacín en la receta original) cortado en rodajas
2 zanahorias cortadas en rodajas
1 batata (patata en la receta original) cortada en daditos
100 gr de garbanzos secos, cocidos previamente (o 250 gr de garbanzos cocidos)
cilantro fresco
(cantidades para cuatro o cinco personas)
La receta del libro también lleva yogur natural, pero para cuando me di cuenta de que no tenía yogur ya era tarde. Da igual, sale bueno de todos modos. Otras veces lo que no he puesto ha sido leche de coco, porque en Madrid era difícil de encontrar. También sale bien sin ella. Pero una de las dos cosas hay que ponerlas, o yogur, o leche de coco.
Se calienta aceite de oliva en una cazuela y se fríe la cebolla hasta que se ablanda. Se añade el comino, el curry y el jengibre y se fríe todo junto un momentito con cuidado de que las especias no se quemen. Se añade el tomate y la leche de coco. Se remueve bien. Se añaden las verduras y los garbanzos. Se sala y se deja cocer a fuego lento. Yo lo tuve 1 hora y ½, pero eso depende de la olla, del fuego…las verduras deben estar tiernas pero no deben deshacerse. Por último, se añade el cilantro fresco picado y el yogur, pero sin dejar que llegue a hervir.
Se sirve acompañado de arroz.
Un truco que he aprendido del libro “La cocina y los alimentos” es que cuando se compra tomate enlatado para hacer salsa, hay que fijarse en que no lleve carbonato cálcico. Le ponen calcio a los tomates enlatados para que mantengan la forma, pero luego es un problema a la hora de hacer espesar la salsa. Ese libro es una joya….
Otra anécdota: los norteamericanos ya han catalogado y convertido en tendencia la actitud de intentar que la dieta de uno se base fundamentalmente en productos locales, frescos, o traídos de lo más cerca que sea posible. Conste que yo esto no lo hago por moda, sino por apoyar la biodiversidad de cada región y por motivos ecológicos (siento ponerme pedorra, pero la cosa es seria) No sabía ni que existía un movimiento pro-dieta local. Y ahora que lo pienso, la cosa es jodida si te ha tocado nacer en Siberia......Bueno, lo han llamado la Dieta de las 100 millas. En su página web puedes ver cual es tu círculo de 100 millas que se considera local. Yo he puesto Tenerife y parece ser que incluso mis garbanzos de Lanzarote están a más de 100 millas !!!! Bueno, es lo que tiene vivir en una isla. Ahora que peor lo tenéis en Madrid, ¡nada de pescado! Hala, os dejo meditando sobre el tema.