Este es el postre que no me dio tiempo a presentar al III Concurso de postres con miel de La Casa de la Miel. Tenía que haberlo llevado el sábado por la mañana, pero no tuve tiempo para prepararlo hasta el sábado por la tarde (fue el postre que nos cenamos tras los spirocanelones) así que otro año será. De todos modos, sí que pudimos visitar la III Feria de la Miel, catar varias mieles, visitar las instalaciones, hablar con los productores y comprar una gran variedad de mieles que no siempre se encuentran en el mercado. Aquí tenéis a Paco orgulloso del pequeño botín que nos trajimos de la Feria:
compramos 2 tarros de miel de hinojo, que fue la ganadora de las mieles monoflorales de este año. También compramos 1 tarro de miel de retama del Teide, para tener de reserva porque este año por las condiciones meterológicas no ha habido una gran "cosecha" y está siendo raro encontrarla, otro tarro de miel de tedera y uno más de miel de tasagaste, estas dos últimas de la isla de La Palma.
Además nos regalaron una botella de vino de miel, la mítica hidromiel que era la bebida favorita de Julio César. El productor nos explicó que se hace mezclando miel con agua y dejando que fermente, la miel produce alcoholes de manera natural al fermentar. Este mismo vino es el que se utiliza para producir el vinagre de miel del que ya os hablé hace algún tiempo.
La visita a las instalaciones fue muy interesante. Los productores entregan los panales a la Casa de la Miel y ellos son los encargados de procesarla, analizarla y envasarla. Hacen un análisis químico, para ver qué tipos de polen hay en la miel y clasificarla como monofloral o multifloral. Parece increíble, pero en Tenerife hay tantos tipos de mieles como en toda Europa continental, debido a la cantidad de microclimas diferentes existentes en la isla y a la rica flora autóctona. La miel puede ser de hinojo, de castaño, de aguacate, de retama, de tajinaste, de relinchón..... Cuando han pasado los controles, se envasan y etiquetan con el nombre y el teléfono del productor, y con un código que sirve además de para que tenga una perfecta trazabilidad, para poder ver la composición química de la miel metiendo dicho código en la web de la Casa de la Miel. Si venís a Tenerife, ya sabéis, buscad la miel que se comercializa bajo la marca "El productor", que es el sello de la Casa de la Miel.
Y ahora la receta. La base del postre es este bizcocho, una adaptación del "pain d'épices des apiculteurs" que encontré en Marmiton. He modificado los ingredientes para hacerlo un poco más "canario". Primero se prepara el bizcocho, y luego se usarán unas láminas para montar el postre.
Ingredientes
para el bizcocho:
200 gr harina
25 gr gofio
225 gr miel
1 huevo
150 ml de leche
la ralladura de 1/2 limón
1/2 cucharadita de jengibre
1 cucharadita de azúcar vainillada
1 cucharada de azúcar moreno
1 sobre de levadura en polvo
para el relleno:
mermelada canaria de otoño
crème fraîche
para la cobertura:
chocolate de repostería (la cantidad depende del número de postres que queramos hacer)
Hervir la leche con el jengibre y la ralladura de limón durante unos minutos y dejar enfriar. Mezclar la harina con el gofio, la levadura y los azúcares. Añadir la yema del huevo, la miel, y la leche hervida con las especias. Montar la clara del huevo a punto de nieve, y mezclar delicadamente con el resto de ingredientes. Verter en un molde para bizcochos alargado, y poner en el horno precalentado a 160º durante unos 45 minutos. El bizcocho se pone muy oscuro, es normal, se debe a la cantidad de miel que lleva. Hay que pinchar con un cuchillo o una aguja de punto y comprobar que está bien hecho antes de sacarlo del horno. Si vemos que aún no está hecho, pero que se está quemando por arriba, tapar esa parte con papel de aluminio. Esperar unos minutos antes de desmoldarlo, y dejarlo enfriar en una rejilla.
Una vez que esté frío, cortar tres láminas de bizcocho de un centímetro de espesor, y cortar los bordes de manera que quede un réctangulo. Unir con una capa de mermelada la primera y la segunda lámina, y con otra de creme fraiche la segunda y la tercera. Repetir la operación en función del número de postres que queramos preparar. Mientras tanto, poner el chocolate al baño maría hasta que se deshaga y esté bien líquido. Poner los rectángulos rellenos encima de una rejilla con un plato debajo, para aprovechar el chocolate que caiga. Echar el chocolate por encima, y ayudándose de una espátula hacer que rebose por los bordes cubriendo los lados, y que quede una superficie homogénea por la parte de arriba. Dejar enfriar en la rejilla, y guardar en la nevera hasta el momento en que se vayan a comer.
Está muy mal que yo lo diga, ya lo sé, pero estaba espectacular. La combinación de sabores, la cobertura de chocolate...bueno, nos encantó. Y eso que fue totalmente experimental. Pero desde luego es un postre que vamos a repetir.
compramos 2 tarros de miel de hinojo, que fue la ganadora de las mieles monoflorales de este año. También compramos 1 tarro de miel de retama del Teide, para tener de reserva porque este año por las condiciones meterológicas no ha habido una gran "cosecha" y está siendo raro encontrarla, otro tarro de miel de tedera y uno más de miel de tasagaste, estas dos últimas de la isla de La Palma.
Además nos regalaron una botella de vino de miel, la mítica hidromiel que era la bebida favorita de Julio César. El productor nos explicó que se hace mezclando miel con agua y dejando que fermente, la miel produce alcoholes de manera natural al fermentar. Este mismo vino es el que se utiliza para producir el vinagre de miel del que ya os hablé hace algún tiempo.
La visita a las instalaciones fue muy interesante. Los productores entregan los panales a la Casa de la Miel y ellos son los encargados de procesarla, analizarla y envasarla. Hacen un análisis químico, para ver qué tipos de polen hay en la miel y clasificarla como monofloral o multifloral. Parece increíble, pero en Tenerife hay tantos tipos de mieles como en toda Europa continental, debido a la cantidad de microclimas diferentes existentes en la isla y a la rica flora autóctona. La miel puede ser de hinojo, de castaño, de aguacate, de retama, de tajinaste, de relinchón..... Cuando han pasado los controles, se envasan y etiquetan con el nombre y el teléfono del productor, y con un código que sirve además de para que tenga una perfecta trazabilidad, para poder ver la composición química de la miel metiendo dicho código en la web de la Casa de la Miel. Si venís a Tenerife, ya sabéis, buscad la miel que se comercializa bajo la marca "El productor", que es el sello de la Casa de la Miel.
Y ahora la receta. La base del postre es este bizcocho, una adaptación del "pain d'épices des apiculteurs" que encontré en Marmiton. He modificado los ingredientes para hacerlo un poco más "canario". Primero se prepara el bizcocho, y luego se usarán unas láminas para montar el postre.
Ingredientes
para el bizcocho:
200 gr harina
25 gr gofio
225 gr miel
1 huevo
150 ml de leche
la ralladura de 1/2 limón
1/2 cucharadita de jengibre
1 cucharadita de azúcar vainillada
1 cucharada de azúcar moreno
1 sobre de levadura en polvo
para el relleno:
mermelada canaria de otoño
crème fraîche
para la cobertura:
chocolate de repostería (la cantidad depende del número de postres que queramos hacer)
Hervir la leche con el jengibre y la ralladura de limón durante unos minutos y dejar enfriar. Mezclar la harina con el gofio, la levadura y los azúcares. Añadir la yema del huevo, la miel, y la leche hervida con las especias. Montar la clara del huevo a punto de nieve, y mezclar delicadamente con el resto de ingredientes. Verter en un molde para bizcochos alargado, y poner en el horno precalentado a 160º durante unos 45 minutos. El bizcocho se pone muy oscuro, es normal, se debe a la cantidad de miel que lleva. Hay que pinchar con un cuchillo o una aguja de punto y comprobar que está bien hecho antes de sacarlo del horno. Si vemos que aún no está hecho, pero que se está quemando por arriba, tapar esa parte con papel de aluminio. Esperar unos minutos antes de desmoldarlo, y dejarlo enfriar en una rejilla.
Una vez que esté frío, cortar tres láminas de bizcocho de un centímetro de espesor, y cortar los bordes de manera que quede un réctangulo. Unir con una capa de mermelada la primera y la segunda lámina, y con otra de creme fraiche la segunda y la tercera. Repetir la operación en función del número de postres que queramos preparar. Mientras tanto, poner el chocolate al baño maría hasta que se deshaga y esté bien líquido. Poner los rectángulos rellenos encima de una rejilla con un plato debajo, para aprovechar el chocolate que caiga. Echar el chocolate por encima, y ayudándose de una espátula hacer que rebose por los bordes cubriendo los lados, y que quede una superficie homogénea por la parte de arriba. Dejar enfriar en la rejilla, y guardar en la nevera hasta el momento en que se vayan a comer.
Está muy mal que yo lo diga, ya lo sé, pero estaba espectacular. La combinación de sabores, la cobertura de chocolate...bueno, nos encantó. Y eso que fue totalmente experimental. Pero desde luego es un postre que vamos a repetir.