Este mes las Ventanas Verdes hemos decidido unirnos a la causa de los que tienen/tenemos que comer de tupper, bien por elección bien por necesidad. Yo soy de tupper de toda la vida, desde que empecé a ir al colegio. Mi colegio quedaba como a una hora en transporte público desde mi casa, así que era impensable volver a comer. Somos 7 hermanos y supongo que en esos momentos no había becas de comedor, así que mi madre nos preparaba la comida a diario y nos la llevábamos en lo que, en los años '80, se llamaba la tartera. Supongo que también influía que yo comía fatal, fatal, fatal, y mi madre se aseguraba así de que algo comería al menos. Luego en la Universidad me solía quedar a estudiar o nadar por las tardes, y la comida de la cafetería de Físicas (que además se pasó cerrada por obras muchos años) era nefasta (no sólo de bocata de tortilla vive el hombre....). Y luego en Holanda... bueno, ya os he hablado en varias ocasiones del horror de la comida holandesa de batalla. Así que me he pasado casi toda la vida con el tupper de aquí para allá a diario.
Actualmente soy de tupper por elección. Con la cantidad de verduras que produce mi huerto, y con lo poco saludable que suele ser la comida de cafetería, realmente me trae cuenta dedicar un mínimo de tiempo a preparar mi comida todos los días. Con un poco de organización y un equipo mínimo se puede comer todos los días de maravilla.
Voy a empezar con unos consejos básicos para los que os estrenáis este otoño en el mundo tupper:
- Las comidas de tupper deben ser sencillas, pero no aburridas porque si lleváis todos los días la misma ensalada de pasta en menos de un mes estaréis hartos
- Una comida equilibrada tiene que tener verduras, algo de grano y algo de proteína, ya sea vegetal o animal
- Las ensaladas nunca nunca nunca se deben de aliñar antes de comerlas. Hay que llevar el aliño a parte en otro recipiente
- No he encontrado evidencia científica ninguna que demuestre que usar un microondas sea perjudicial para la salud. Así que si tenéis posibilidad de calentar la comida en vuestro puesto de trabajo, adelante. Comer frío todos los días no mola. Y que conste que yo no tengo microondas en casa. Me parece un armatoste horrible y no va con mi manera de cocinar. Pero en el trabajo sí lo uso para calentar la comida. Eso sí, hay ciertas cosas, como las croquetas, que es mejor comerlas frías a calentadas en microondas. Se quedan blandurrias, puaj
- No he encontrado evidencia científica ninguna que demuestre que usar un microondas sea perjudicial para la salud. Así que si tenéis posibilidad de calentar la comida en vuestro puesto de trabajo, adelante. Comer frío todos los días no mola. Y que conste que yo no tengo microondas en casa. Me parece un armatoste horrible y no va con mi manera de cocinar. Pero en el trabajo sí lo uso para calentar la comida. Eso sí, hay ciertas cosas, como las croquetas, que es mejor comerlas frías a calentadas en microondas. Se quedan blandurrias, puaj
- Al hacer la cena pensad en preparar más cantidad para llevarlo el día siguiente. Parece una tontería de perogrullo pero te facilita la vida bastante
- Tened en la nevera cuscús, arroz integral o quinoa ya hervidos, para añadir en el momento a unas verduras asadas o una ensalada, de esa manera os prepararéis la comida en un pispás
- Para preparar una ensalada rápidamente lo que hago es tener limpia la lechuga en el frigorífico, y hago una ensalada mezclándola con frutos secos (pipas, nueces...), semillas, dátiles...
- Para preparar una ensalada rápidamente lo que hago es tener limpia la lechuga en el frigorífico, y hago una ensalada mezclándola con frutos secos (pipas, nueces...), semillas, dátiles...
Respecto al equipo necesario para comer dignamente de tupper, depende un poco de si vais a tener un sitio donde calentar la comida o no. En el primer caso, basta con tener un par de tuppers que quepan en una bolsa isotérmica. Lo de la bolsa isotérmica no es un capricho, especialmente en sitios como España que normalmente en verano hace bastante calor, y no es plan de que la comida se ponga mala y te pilles una intoxicación alimentaria. Es conveniente poner dentro de la bolsa un bloque de esos que tienen un líquido dentro y se congelan. O si no con un enfriador de botellas os vale. Cualquier cosa que mantenga frío el interior. También son muy prácticos los tuppers tipo bento, como el que veis en las fotos, con varios compartimentos. Yo siempre llevo uno con el plato principal y otro con una ensalada o con una macedonia de fruta.
En el segundo caso, si queréis comer caliente vais a necesitar un termo. Los mejores son los que aíslan por vacío. Yo tengo un par, uno alargado para líquidos, que viene genial también para llevarse una café calentito a las caminatas por el monte, y otro donde poder llevar comidas sólidas.
Por último, el tema tuppers de plástico sí/no. Si bien es cierto que el bisfenol A, presente en algunos plásticos (¡ojo! algunos, no todos) ha sido prohibido en cualquier recipiente que se use para alimentar a bebés, no he encontrado evidencia de que la cantidad de bisfenol A que llega a la comida al calentar un tupper que lo contenga sea perjudicial para un adulto. El bisfenol A es un disruptor endocrino, por eso afecta más a bebés, porque están creciendo y formándose. En el caso de los adultos, el problema no viene de que calienten un tupper, el problema viene de que esta sustancia está también en el material que recubre el interior de las latas o los envases de comida preparada. Yo creo que en esto hay que aplicar el sentido común, y preocuparnos sobre todo de lo que está dentro del tupper, que desde luego va a afectar mucho más a nuestra salud que la mínima cantidad de sustancia que desprenda el contenedor al calentarlo. Si normalmente no consumís refrescos, ni comida de lata, ni precocinados envasados, probablemente no tenéis de qué preocuparos. Por supuesto, siempre podéis llevar tuppers de cristal, o de plásticos del tipo 1, 2, 4, o 5, que no usan bisfenol A para su polimerización.
En esta ocasión os traigo esta receta de pimientos rellenos de cuscús, pero aquí podéis ver todas mis recetas aptas para tuppers o picnics, por si necesitáis inspiración.
En esta ocasión os traigo esta receta de pimientos rellenos de cuscús, pero aquí podéis ver todas mis recetas aptas para tuppers o picnics, por si necesitáis inspiración.
Ingredientes, para 5-6 raciones
10 pimientos medianos
para el relleno,
300 gr de cuscús
1 cebolla
2 berenjenas pequeñas
10 aceitunas negras
1 limón confitado
un manojo de hierbabuena
1/2 cucharadita de pimentón dulce
para la salsa,
2 yogures naturales
el zumo de una lima
un manojo de hierbabuena
una puntita de pimentón
Calentamos el horno a 180ºC.
Abrimos los pimientos cortando la parte de arriba y les sacamos las semillas.
Preparamos el cuscús siguiendo las indicaciones del envase (normalmente se hierven un volumen de agua por un volumen de cuscús). Lo reservamos.
Picamos la cebolla fina y la rehogamos en un poco de aceite de oliva. Cuando esté transparente añadimos la berenjena también picada fina. Cuando esté hecha añadimos el pimentón, removemos y apartamos del fuego.
Mezclamos el cuscús, la cebolla y berenjena, las aceitunas y el limón confitado cortados en rodajitas, y la hierbabuena picada. Con esto rellenamos los pimientos. Los ponemos en una fuente de horno y horneamos durante 50 minutos.
Mientras hacemos la salsa. Mezclamos los yogures con el zumo de la lima y la hierbabuena picada. Añadimos el pimentón (puede ser picante si os gusta). Esta salsa es el complemento ideal de los pimientos porque el relleno no es muy jugoso (lo que hace que se conserven mejor) y por eso conviene acompañarlos con una salsa.
Para llevarlo en el tupper, yo pongo los pimientos en un tupper y la salsa en otro, porque no queremos calentarla. Calentamos los pimientos en el micro y en el momento de comerlos les añadimos la salsa.